Tanto la Organización Mundial de la Salud como diferentes organismos internacionales y nacionales coinciden en afirmar que la reutilización de agua regenerada es segura cuando el agua residual es tratada correctamente y se aplican procedimientos de desinfección que acaban con el COVID-19



En las últimas semanas distintas ciudades europeas han puesto el foco en la monitorización de trazas genéticas del coronavirus responsable de la pandemia de COVID-19 en el agua, un aspecto que según todas las evidencias científicas clarifica que el consumo de agua potable es absolutamente seguro.
Al inicio de la pandemia la Organización Mundial de la Salud y el propio Ministerio de Sanidad aseguraron que el actual tratamiento de desinfección de las aguas en España garantiza un adecuado nivel de protección de las aguas de consumo, de modo que es segura para beber, cocinar y para uso higiénico.
Todos los informes científicos estacan que la morfología e inestabilidad lipídica de este virus hacen que sea menos estable por su capa exterior lipídica que otros virus encontrados en las aguas residuales mucho más resistentes que aún así son eliminados prácticamente en su totalidad por mecanismos de degradación, depredación, etc.
No obstante París, llevando al extremo el principio de precaución clausuró el circuito de riego de parques y jardines con aguas residuales tras encontrar material genético del COVID en 24 puntos sin comprobar si esas trazas tenían capacidad infectiva o estaban desactivadas.
Según ha explicado para El Ágora Carlos Montero, director general del Centro Tecnológico del Agua, Cetaqua, centro mixto público-privado de investigación, en España ya hay en marcha varios proyectos para la detección y caracterización de restos genéticos del SARS-COV2 responsable de la COVID-19 tanto en entrada como a la salida de las potabilizadoras; así como en la entrada y salida de las depuradoras.
Los resultados preliminares coinciden con lo que ya indicaron la Organización Mundial de la Salud y las autoridades sanitarias de todo el mundo y es que este coronavirus es muy poco resistente a los tratamientos obligatorios para garantizar la calidad del agua potable por lo que se puede garantizar la salubridad y seguridad el agua que bebemos.
De la misma manera, insiste Montero, los tratamientos de depuración que se desarrollan en las depuradoras para regenerar el agua, tanto los secundarios como los terciarios que se complementan, además, con sistemas de desinfección eliminan prácticamente en un cien por cien los restos genéticos de este coronavirus.
Montero explica que desde Cetaqua se ha lanzado un proyecto en diferentes depuradoras y en colaboración con los departamentos de virología de la Universidad de Barcelona y de Santiago de Compostela para la detección de restos genéticos del virus y determinar su infectividad.


A priori, si bien se han detectado estas trazas a la entrada de las depuradoras, lo cual servirá para desarrollar mecanismos de alerta temprana que ayuden al sistema de control epidemiológico a partir del análisis de aguas residuales, es importante saber si nuestros tratamientos anulan el virus y si los restos que puedan hallarse tienen o no capacidad de infectar células y replicarse en ellas, es decir, si conservan su capacidad de contagio, cosa que a priori resulta poco probable. «Y no solo en el agua, sino en los lodos y en el aire de las pantas».
De estudios anteriores ya se sabe que hay familias de virus, como los rotavirus, mucho más resistentes que este coronavirus, que no plantean problemas de efectividad con los tratamientos actuales de regeneración de aguas residuales, tanto si se hace con tratamientos por cloración como por sistemas de rayos ultravioleta. Por lo que estas trazas halladas son muy improbablemente infectivas.
No obstante, desde Cetaqua desarrollarán cultivos y análisis de PCR en laboratorio posteriores para corroborar estas evidencias, añade Montero.
El director general de Cetaqua apunta también que se han llevado a cabo monitorizaciones específicas en áreas de máxima concentración viral en agua a la salida de hospitales y su seguimiento a las depuradoras y el mensaje de los resultados es de absoluta tranquilidad porque los sistemas de potabilización y depuración han demostrado su robustez y eficacia frente al COVID.
Reutilización segura
En cuanto a la reutilización del agua para riego de espacios públicos o valdeo de calles desde la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR) concluye que no hay motivos para suspender la reutilización siempre y cuando se usen aguas tratadas adecuadamente y en España eso implica como mínimo por legislación un tratamiento secundario seguido de algún tipo de desinfección.
Todas las plantas que producen agua para reutilización cuentan con un tratamiento final de desinfección que garantiza la eliminación total del virus
Lo que se encuentra en el agua residual es material genético, por ello, cuando se hace una PCR para muestras de aguas residuales se salta un paso que es muy importante en los análisis clínicos, la desactivación del virus.
En España ya hay alguna comunidad, como la Región de Murcia, que desde el pasado 12 de marzo realiza controles a la entrada y salida de una serie de plantas depuradoras para detectar material viral, insisten desde Aedyr.
En este estudio que desarrolla Esamur se explica que «la mejor noticia es que no se ha encontrado nada de material genético, hasta el momento, a la salida de las instalaciones con sistemas secundario y terciario. Esto muestra la eficacia de nuestras depuradoras para eliminar ese material genético«.
Las aguas reutilizadas en España deben cumplir con los criterios de calidad establecidos en el Real Decreto 1620/2007, de 7 de diciembre, por el que se establece el régimen jurídico de la reutilización de las aguas depuradas. Esta normativa establece unos valores máximos de presencia de indicadores de microorganismos, en función de los usos del agua, y que son muy exigentes para aguas que se vayan a reutilizar en usos para los que pueda haber riesgo de contagio.
Es por eso que todas las plantas que producen agua para reutilización cuentan con un tratamiento final de desinfección que garantiza la eliminación total del virus.
En la actualidad hay varios estudios en España y USA para detectar el virus en agua residual como forma de estimar el número de infectados, pero se trata de detectar la presencia del mismo en las aguas residuales no tratadas, antes de su tratamiento en las depuradoras. Para la protección de los trabajadores en las EDAR, se están adoptando las medidas habituales de higiene y protección con EPIS, pero no suponen un riesgo biológico diferente al que se tenía anteriormente.
Agua del grifo segura
La Organización Mundial de la Salud, que el 11 de marzo pasado declaró la pandemia mundial por el virus SARS-CoV-2, señala que el suministro del agua para consumo humano y el saneamiento son elementos esenciales para la protección de la salud durante todos los brotes de enfermedades infecciosas.
En el documento del Ministerio de Sanidad se señala que un reciente análisis de riesgos de la Comisión Europea ha resaltado la importancia de garantizar el suministro de materias primas, materiales y productos químicos utilizados para el mantenimiento de la correcta calidad del agua de consumo y un adecuado tratamiento de las aguas residuales.
Desde que comenzó la crisis sanitaria, las empresas responsables del ciclo integral del agua en cada ayuntamiento han establecido los mecanismos y protocolos necesarios para garantizar el abastecimiento de agua potable y el saneamiento a todos los ciudadanos españoles aún en el peor de los escenarios.
Según el Ministerio de Sanidad, a día de hoy existe “consenso” en las distintas organizaciones científicas, como la Organización Mundial de la Salud, el Centers for Disease Control and Prevention europeo y la Environmental Protection Agency de Estados Unidos en que el virus SARS-CoV-2 “no ha sido detectado” en aguas de consumo cuando están tratadas al menos con filtración y desinfección, Estos tratamientos, habituales en todos los municipios españoles, eliminan o inactivan el coronavirus.