En un escenario donde el déficit hídrico se agudizará en España como consecuencia del cambio climático, optimizar el uso del agua dando una segunda vida a las aguas regeneradas es clave para un sector como el agrario. El proyecto «Reutivar» reúne todas las claves de este nuevo enfoque



Cuando los agricultores miran al cielo en espera de la cada vez más escasa lluvia, o estiran la poca que llega del río, el pantano o la que existe en el subsuelo, hay que buscar alternativas que permitan sacar adelante sus cosechas del olivar.
Un proyecto europeo pretende avanzar para que los agricultores utilicen las aguas residuales tratadas de las ciudades cercanas a los cultivos, que, bien tratadas en las depuradoras podrían ser idóneas para cierto tipo de cultivos.


Un proyecto innovador y pionero en Europa, denominado “Reutivar”, y cofinanciado por la Unión Europea y la Junta de Andalucía con fondos Feader, permitirá optimizar el uso de aguas regeneradas en el olivar de Jaén.
Un objetivo estratégico para el regadío de esta provincia, sobre todo tras recibir de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir la asignación provisional de 4,1 hectómetros cúbicos para este fin, repartidos entre las comunidades de regantes de Linares (0,86 hm3), Santa Ana en Torredelcampo (1,2 hm3), Alcalá la Real (0,39 hm3), Aguas de Alcalá (0,75 hm3), Santísimo Cristo del Consuelo en Cazorla (0,29 hm3), y Carlos III en la Carolina (0,53 hm3).
La asignación definitiva y ejecución de estos regadíos supondrán la creación de unas 3.000 hectáreas de olivar por riego localizado de alta eficiencia.
Además de optimizar el tratamiento de regeneración de aguas al uso específico del olivar, “Reutivar” desarrollará un sistema de precisión de fertirriego (fertilización, más riego), ajustado también a este cultivo y al uso de aguas regeneradas.
El objetivo final es, por lo tanto, impulsar el desarrollo sostenible del olivar mediante la mejora y adaptación a este cultivo del uso de aguas regeneradas, una de las estrategias básicas alentadas por la Unión Europa para gestionar los desequilibrios hídricos, es decir, generar una fuente de riego donde tradicionalmente no existe.


Liderado por Feragua (Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía), el Centa, la Universidad de Córdoba y la Comunidad de Regantes del Tintín, “Reutivar” es un proyecto de innovación cofinanciado por la Junta de Andalucía y la Unión Europea con fondos Feader 2014-20, que ha sido seleccionado por la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía en el marco de las ayudas de la Línea Olivar para el funcionamiento de grupos operativos de la Asociación Europea de Innovación (AEI) en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas.
Para Feragua, el uso de aguas regeneradas representa una alternativa de gran interés para mejorar la garantía hídrica del regadío, creando pequeñas zonas regables verdes en la campiña fundamentalmente de cultivo de olivar, que generen empleo y riqueza y sean capaz de fijar población en el medio rural andaluz.
El interés del estudio de su uso en el olivar obedece a que este cultivo representa el 55% de la superficie de riego de Andalucía y es clave para la vertebración social y dinamización económica del medio rural andaluz.
También en Almería
La gestión de las aguas residuales ha conseguido dar una ‘segunda vida’ a esas aguas, vía depuración y posterior tratamiento para la regeneración, que permite que las aguas que desechan los almerienses pueda ser utilizada en la agricultura con garantías sanitarias más que suficientes.
Los datos de aprovechamiento señalan que de los alrededor de 16 hectómetros cúbicos que consumen Almería y su área metropolitana, habitada por alrededor de 200.000 personas, casi el 90%, 14 hectómetros cúbicos, son recuperados y, adecuadamente tratados, permiten facilitar el riego a 3.200 hectáreas de cultivos en la Vega de Almería y en la del Bajo Andarax.


El proceso de regeneración ha posibilitado que una zona agrícola claramente deficitaria en recursos hídricos experimentara un avance significativo gracias a esos recursos. Más allá de la mera depuración de las aguas residuales, el programa de recuperación, que se inició con una planta de ozonización y que en la actualidad utiliza el microfiltrado, hace posible que esas aguas residuales se hayan convertido en opción de futuro para los agricultores de la Vega.
La recuperación de ese volumen de agua es, para la Federación de Regantes de Almería, un ejemplo de las posibilidades de conseguir nuevos aportes de agua para los regadíos y una fórmula para reducir el acusado déficit hídrico que arrastra la provincia desde hace años.
Sus cálculos le llevan a afirmar que si a los procesos de depuración se suman los de regeneración de las aguas para hacer viable su utilización en todo tipo de regadíos, la provincia podría contar con un cupo ‘extra’ de agua que estaría en torno a los 50 hectómetros cúbicos, suficiente para abastecer a alrededor de 10.000 hectáreas de cultivos bajo plástico, los más abundantes en la provincia y los que generan más del 90 por ciento de la renta agraria.
Las bondades de este método de aprovechamiento cumplen con el objetivo que se han propuesto los agricultores de aprovechar “hasta la última gota de agua” y, de paso, obtener una seguridad de suministro de la que ahora no disponen a causa de la disminución de lluvias provocada por el cambio climático.
La reutilización de aguas residuales tratadas para riego agrícola ha recibido el impulso del Parlamento Europeo, que ha aprobado una nueva legislación para contrarrestar la escasez en épocas de sequía.
Las aguas regeneradas (es decir, aguas residuales tratadas en instalaciones especializadas) podrán utilizarse para todo tipo de riego agrícola (cultivos alimentarios y no alimentarios). La Comisión deberá evaluar en un plazo de cinco años si el agua regenerada puede tener otros usos.
Los eurodiputados son partidarios de que, entre tanto, los Estados miembros utilicen las aguas tratadas para otros usos, por ejemplo, en la industria, el riego de jardines o con fines medioambientales, siempre que se garantice la protección de la salud y el medio ambiente.
Se podría incrementar el volumen de agua reutilizada hasta 6.600 millones de metros cúbicos anuales en 2025, desde los 1.100 millones actuales. Con una inversión de menos de 700 millones de euros podríamos evitar la extracción directa del 5% de las masas de agua y reservas subterráneas.
