Inauguran en Ávila una ruta didáctica para aprender sobre las riadas

Inauguran en Ávila una ruta didáctica para aprender sobre las riadas

Las cicatrices de la riada originada en Navaluenga en 1997 se han transformado en una senda natural con la que se pretende concienciar sobre el peligro de las riadas y la necesidad de su estudio y respeto para evitar sus terribles consecuencias


Las lluvias fueron intensas en Ávila durante los meses de noviembre y diciembre de 1997. De hecho, con la llegada del frío, las abundantes gotas de agua se convirtieron en pequeños copos de nieve que cubrieron con un manto blanco muchas regiones de la Sierra de Gredos.

Una estampa muy habitual en la región dada la estación y a la que estaban acostumbrados los habitantes de Navaluenga, un pueblo situado al pie de la sierra. Sin embargo, aquel año, todo iba a ser muy diferente para sus habitantes: un repentino periodo de calor derritió la nieve que, al encontrarse en un terreno saturado de agua, no encontró más camino que ladera abajo, llevándose todo aquello que encontraba por delante, en un cauce con cerca de un kilómetro de desnivel.

Imagen en la que se muestra el cauce del arroyo en la inundación, así como los sedimentos arrastrados | Foto: Geomorphology, 2011

“La masa de rocas y grava de la lengua del deslizamiento de tierra luego se convirtió en una avalancha de escombros en las pendientes más empinadas, suministrando carga de sedimentos a la ola de inundación transformándola en un flujo hiperconcentrado”, detalla un estudio publicado en el 2011 que investigó el caso de desbordamiento del arroyo de la Cabrera, cercano a Navaluenga.

El nivel de destrucción fue tal que provocó un serio desastre natural que dejó cicatrices visibles incluso dos décadas después de lo sucedido. En este sentido, la naturaleza no fue la única afectada, sino que la riada también impactó en los elementos culturales de la región, como el puente romano que cruzaba el arroyo.

Tras el suceso, numerosos científicos pertenecientes a distintas instituciones nacionales, como el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) se lanzaron a estudiar el desastre con el fin de no solo entender las condiciones que favorecieron la riada, sino también con el objetivo de prevenir futuras.

Ahora, aquel entorno devastado se ha convertido en una senda natural, a través de una iniciativa de Bankia y Fundación Ávila, que pretende convertir la región en un aula natural que “proporcione una formación ambiental basada en el respeto a los cauces y en la importancia de valorar la energía que poseen las crecidas y los riesgos reales que existen para las personas y bienes”, tal y como han detallado.

La senda se compone de dos tramos diferenciados que desembocan en una explanada donde se han instalado paneles informativos con infografías que dan sentido a los estudios realizados y ofrecen información didáctica.

De izda. a dcha.: el vicepresidente de Fundación Ávila, Luis Sánchez; la presidenta de Fundación Ávila, Dolores Ruiz-Ayúcar, y el director de zona Ávila Centro-Norte de Bankia, Óscar Pérez | Foto: Bankia

El primero de los tramos discurre por el margen derecho del cauce de la Garganta Cabrera, zona inundable sobre la que se ha instalado una plataforma. Mientras, el segundo transcurre íntegramente sobre el terreno natural alejado del cauce, formado por tierra.

Cabe destacar que la adecuación de ambos tramos, al igual que la explanada final, se ha llevado a cabo con los propios materiales del río.

“Este proyecto no solo nos permite contribuir a la sostenibilidad de esta zona naturalmente privilegiada, sino también educar y concienciar en el cuidado de la naturaleza a los niños y niñas de la colonia de Venero Claro gracias a la aportación de Bankia”, ha declarado Dolores Ruiz-Ayúcar, presidenta de Fundación Ávila.

Proyectos ambientales

Bankia y Fundación Ávila lanzarán, además, el próximo mes de septiembre la I Convocatoria de Medioambiente y Desarrollo Sostenible, con el objetivo de apoyar con 20.000 euros proyectos medioambientales en la provincia de Ávila comprometidos con el desarrollo sostenible y la conservación de la naturaleza.

La convocatoria, que estará abierta a partir del próximo 1 de septiembre y hasta el 21 de ese mismo mes, va dirigida a respaldar proyectos que fomenten la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, marinos y de agua dulce que ayuden a reducir y reciclar residuos, especialmente los plásticos, y que fomenten la innovación tecnológica encaminada a reducir o evitar el daño ambiental.

Entre otros aspectos, se valorará positivamente el impacto en la reducción de huella de carbono.

Las ayudas serán destinadas a entidades privadas no lucrativas, cuyos estatutos recojan fines de protección de la naturaleza y el medioambiente en la provincia de Ávila



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