Un estudio revela que las sequías estivales en el continente serán cada vez más extremas y señala a la Península Ibérica como el ‘punto más caliente’ de esta tendencia, donde la probabilidad de sufrir una sequía severa en verano será del 96%
La sequía, causada por un prolongado déficit de precipitaciones, conlleva el riesgo de graves consecuencias económicas y ecológicas para las sociedades afectadas. Se espera que la ocurrencia de este importante peligro hidrometeorológico aumente considerablemente en muchas regiones debido al cambio climático, sin embargo, también está sujeto a una alta variabilidad climática interna. Esto requiere una evaluación de las tendencias climáticas y los puntos calientes que considere las variaciones debidas a condicionantes regionales.
Es lo que ha tratado de analizar un nuevo estudio, centrado en Europa, liderada por científicos de la Universidad Ludwig-Maximilian de Munich, que avanza que las sequías estivales en el continente serán cada vez más severas y extremas, y que en la Península Ibérica sus efectos serán especialmente acusados.
La investigación, publicada en Frontiers in Water, identifica, además de España, otros puntos calientes como Francia, los Alpes y el Mediterráneo. «Se observa una clara tendencia hacia más sequías estivales, más largas y más intensas, en términos de déficit de precipitaciones«, apunta Magdalena Mittermeier, autora principal del estudio, que analiza los graves efectos de que las sequías de los años 2003, 2010 y 2018 han causado en Europa.
Modelo predictivo
El estudio pronostica que entre 2080 y 2099, Europa sufrirá un aumento de la frecuencia y de la intensidad de las sequías de verano y una disminución de las sequías de invierno, mientras que las lluvias, aumentarán durante el invierno y disminuirán durante el verano.
Por regiones, el estudio apunta que la probabilidad de sufrir sequías extremas en verano aumentará un 25% en centro Europa, y que en Europa oriental y los Alpes, las probabilidades de sequías graves subirán al 20% y al 40% las extremas. En Francia, los modelos prevén un aumento de la frecuencia de las sequías extremas de hasta el 60%, según el estudio.
Ya en el sur del Mediterráneo, los porcentajes de sequías extremas de verano se disparan hasta el 80%, si bien, la Península Ibérica, es el lugar con más probabilidad de sufrir sequías severas: del 96% en julio y del 88% en agosto. Además, en estas dos regiones, los valores absolutos de precipitación en julio y agosto también son bajos en el periodo de referencia (cada uno de ellos contribuye solo en torno al 2-3 % a la precipitación anual).
«Nuestro estudio muestra que si el cambio climático no disminuye, el riesgo de sequías en los puntos calientes empeorará drásticamente. Pero además, en algunas regiones en las que las sequías desempeñan actualmente un papel menor, se prevé que el riesgo de sequía en el futuro se agrave. Los Alpes deberían considerarse un futuro punto caliente adicional», concluye Mittermeier.
