Cada 5 de mayo se activa una campaña mundial de concienciación a través del Día de la Higiene de Manos, la principal barrera que tenemos contra las enfermedades y que se reivindica de manera especial en medio de la pandemia de covid-19



Millones de personas, en especial los niños, enferman cada año a causa de una inadecuada higiene. La pandemia de covid-19 nos recuerda cada día la importancia del lavado de manos con agua y jabón como el escudo más eficaz contra la enfermedad, un acto cotidiano que cada 5 de mayo cobra una especial transcendencia con la celebración del Día Mundial de la Higiene de Manos.
De manera paralela al Día Mundial del Lavado de Manos designado por UNICEF para el 15 de octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en 2009 el 5 de mayo como el Día de la Higiene de las Manos con la puesta en marcha de una campaña mundial, difundida por centros sanitarios, con el título «Salve vidas: límpiese las manos». La campaña, menos conocida que la iniciativa celebrada en octubre, contó el año pasado con una especial difusión a causa del momento álgido de la pandemia que se estaba viviendo. Y este año, en pleno proceso de vacunación pero aún con muchos países con cifras altísimas de contagios y muertes, la campaña sigue en plena vigencia.
Este día tiene como objetivo no solo impulsar la práctica del lavado de manos con jabón, sino ampliar el programa en los centros sanitarios y en los colegios, ya que muchos alrededor del mundo todavía no cuentan con agua y jabón entre sus recursos básicos.
3.000 millones de personas (el 40% de la población mundial) no disponen de instalaciones para poder lavarse las manos con agua y jabón. Un 43% de las escuelas de todo el mundo carecían de acceso al lavado de manos básico con agua y jabón y 1.400 niños menores de cinco años mueren a diario debido a las enfermedades diarreicas causadas por la falta de agua potable, saneamiento e higiene.
Y qué decir de los sanitarios que deben hacer frente a la enfermedad en centros que no tienen servicios básicos de agua. Las cifras también son desoladoras: 1 de cada 4 centros de atención de la salud carece de servicios de agua, 1 de cada 5 no dispone de acceso a la higiene de las manos en los lugares donde se presta atención y 1 de cada 10 no tiene servicios de saneamiento.


Ante estos datos, no hay duda de que la pandemia de covid-19 ha puesto al descubierto la urgente necesidad de una acción mundial en materia de seguridad hídrica para universalizar el lavado de manos como principal escudo contra las enfermedades.
En España, donde estamos acostumbrados a abrir un grifo y obtener agua sin ningún límite, el agua no nos ha faltado durante la pandemia. En los meses de confinamiento, cuando las cifras de contagios y muertes nos ahogaban, el sector del ciclo urbano del agua no falló en su servicio a la ciudadanía como actividad esencial. En este año tan difícil el agua no se ha cortado en ningún hogar, asegurando que la mejor guardia contra el covid no se haya bajado nunca.
Un año sin duda en el que hemos aprendido a apreciar la importancia del agua, clave para la salud de todos.