La seguridad hídrica, expresada en el lema “agua para todos”, exige un cambio de paradigma en la gestión de los recursos hídricos. La ciencia, la tecnología y la colaboración de todos los agentes es clave para que el cambio climático no frene el logro de los ODS



Más de 3.000 expertos, profesionales, líderes, innovadores de negocios y jóvenes profesionales de una variedad de sectores y países se encuentran en Estocolmo con motivo de la celebración de la Semana Mundial del Agua 2019, . El encuentro tiene el objetivo de poner en común ideas y soluciones a los retos actuales del recurso hídrico, bajo el lema: «Agua para la sociedad: incluidos todos».
Esta celebración, que se lleva a cabo desde 2015, está liderada por el Stockholm International Water Institute (Instituto Internacional del Agua de Estocolmo) y reúne a todos los que toman parte en la cadena de toma de decisión para fortalecer la gobernanza del agua y garantizar una correcta gestión de los recursos hídricos.
Todo ello encaminado a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el ODS6 y su meta 6.1 que quiere garantizar para el año 2030 el acceso universal al agua potable a un precio asequible.


Según el Banco Mundial, en el mundo hay 2.100 millones de personas que viven sin agua potable en sus hogares y una de cada cuatro escuelas primarias carece de servicios de agua potable.
Las cifras señalan que cuatro de cada cinco personas que no tienen acceso al agua potable viven en zonas rurales y que 159 millones de personas se ven obligadas a beber agua de superficie, obtenida de fuentes como estanques y arroyos.
Además, casi dos tercios de la población mundial sufre una grave escasez de agua durante al menos un mes al año y se calcula que 700 millones de personas podrían verse desplazadas por escasez del líquido al año 2030.
El cambio climático agrava el déficit hídrico
Los recursos hídricos se encuentran bajo una presión sin precedentes en la mayoría de los países. La población mundial crece con rapidez, y según estimaciones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC), de seguir las prácticas actuales, el mundo enfrentará un déficit del 40 % entre la demanda prevista y el agua disponible en 2030.
Hoy, el 70% del agua que se extrae en el mundo se destina a la agricultura.
Para alimentar a 9.000 millones de personas en 2050 será necesario que la producción agrícola aumente en un 60% y la extracción de agua en un 15%
El cambio climático empeorará la situación, ya que se alterarán los ciclos hidrológicos y la disponibilidad de agua será más impredecible. El estrés hídrico aumentará en muchas zonas del mundo. Los casi 1.000 millones de personas que viven en cuencas monzónicas y los 500 millones que residen en deltas fluviales son particularmente vulnerables. Los países más pobres serán los más afectados.
Para hacer frente a estos desafíos complejos e interrelacionados, los países tendrán que mejorar la manera en que gestionan sus recursos hídricos y los servicios asociados y enfrentarse a un cambio sistémico de paradigma, según afirma la delegada del Banco Mundial, Ayat Solimán.
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Se necesitan herramientas institucionales, como marcos legales y regulatorios, mecanismos de fijación de precios e incentivos para asignar, regular y conservar mejor los recursos hídricos.
Los responsables internacionales afirman que, además, se necesitan sistemas de información para el monitoreo de los recursos, la toma de decisiones en condiciones de incertidumbre, el análisis de los sistemas, y los pronósticos y alertas hidrometeorológicos.
Ciencia, tecnología y conocimiento al servicio de la seguridad hídrica
Se deben explorar inversiones en tecnologías innovadoras para mejorar la productividad, conservar y proteger los recursos; reciclar el agua de lluvia y las aguas residuales, así como desarrollar fuentes de agua no convencionales y buscar oportunidades para mejorar el almacenamiento del agua, incluidas la recarga y la recuperación de acuíferos.


Asegurar la rápida difusión y la adecuada adaptación o aplicación de estos avances será clave para fortalecer la seguridad hídrica en todo el mundo, afirma el Banco Mundial que colabora con numerosos países a través del Programa Prácticas Mundiales del Agua.
Las Prácticas Mundiales del Agua se centran en el agua en un sentido amplio, aprovechando la mejor gestión hídrica y los servicios para lograr los diversos ODS relacionados con el agua.
La colaboración internacional es esencial para la gestión de los recursos hídricos. En el mundo existen 263 ríos internacionales, por lo que el apoyo a la administración colectiva de las aguas transfronterizas puede contribuir de manera importante al aumento de la eficiencia y la equidad en la gestión de la disponibilidad de agua.
La Semana Mundial del Agua es el evento más importante a escala global acerca de las dificultades que representa garantizar el acceso a agua de calidad. En el evento que se celebra la última semana de agosto de cada año también se discute acerca del cambio climático, la seguridad alimentaria y la tecnología innovadora. El tema de este año es Agua para la sociedad: Incluidos todos.
Durante estas jornadas se entregará el Premio Junior Water de Estocolmo, en presencia de la Princesa Victoria de Suecia. En esta ocasión, hay una joven española seleccionada entre los finalistas. Se trata de Ariadna González, estudiante de 1º de Bachillerato en el Instituto Argentona de Barcelona, que ha sido seleccionada por un innovador proyecto de producción de energía eléctrica con las olas.
También se dará a conocer el galardón de la categoría senior, el Premio del Agua de Estocolmo, el más prestigioso del mundo en este sector que se entregará en presencia del rey Carlos Gustavo de Suecia.
