El programa Resccue, que estudia los efectos del cambio climático en ciudades costeras como Barcelona, alerta de que el impacto de las inundaciones desencadenará fallos en los sistemas urbanos y pide apostar de manera decidida por la adaptación



El número de desastres naturales relacionados con la meteorología se ha “más que triplicado” desde los años sesenta, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que señala que, además, los eventos meteorológicos cada vez más intensos “obligarán” a desplazarse a más de la mitad de la población mundial que vive a menos de sesenta kilómetros del mar.
El aumento del nivel del mar como consecuencia del deshielo polar se encuentra entre los principales peligros relacionados con la emergencia climática que amenaza a ciudades de la costa, por ello, los modelos meteorológicos predictivos pueden ayudar a evitar el fenómeno conocido como “efecto cascada”.
El impacto de algunos fenómenos climáticos pueden generar fallos en servicios a la población que pueden desencadenar en impactos e interrupciones en otros servicios, por lo que los modelos matemáticos ayudan a que las ciudades estén preparadas para lo que vendrá en un futuro, explican desde el programa Resccue, un proyecto que tiene como objetivo ayudar a las áreas urbanas de todo el mundo a ser más resistentes al cambio climático para responder a las amenazas de los múltiples peligros.
El programa realiza estudios integrados de sistemas urbanos tan diversos como el agua, el alcantarillado, la electricidad, los residuos o las telecomunicaciones, su comportamiento ante los efectos del cambio climático y establece puntos de mejora extrapolables a otras ciudades del mundo.
El responsable del Grupo de Sistemas de Energía en el Instituto de Investigación en Energía (IREC) de Cataluña, José Luis Domínguez, explica que en Barcelona se prevé un aumento del «calado de agua de casi un metro” dentro de cincuenta años, lo que sitúa la ciudad en una zona crítica que hay que proteger por su gran estructura eléctrica, un aspecto sobre el que ha publicado diversos estudios.
Asimismo, la sequía o las inundaciones se han convertido en objeto de estudio para profesionales que buscan comprender la variabilidad de las precipitaciones, y gracias a los avances de la ciencia, se puede prever los desastres que estos pueden causar en las ciudades.
Los datos recopilados demuestran cómo las tecnologías inteligentes para emergencias como inundaciones contribuyen significativamente a la respuesta oportuna y han reducido el número de personas afectadas o muertes durante situaciones de desastre. En este punto, innovaciones como el big data o el intercambio de datos en la nube, también ayudan en la recuperación de la ciudad tras el desastre, identificando prioridades de inversión y reutilizando casos de éxito para aplicarlos en nuevos contextos.
Prevención y adaptación
Domínguez, colaborador del proyecto Resccue, utiliza la predicción meteorológica y climática para establecer modelos de simulación de inundaciones a causa de la subida del nivel del mar, ríos o aumento de precipitaciones en ciudades piloto como Barcelona o Bristol (Reino Unido).
Los modelos de inundación se forman a través de datos históricos para observar la tendencia del aumento de lluvias torrenciales por zonas y “generar”, a partir de ahí, mapas que muestran “cuáles son las zonas de mayor probabilidad de sufrir inundaciones”, sostiene.
Las fuertes precipitaciones, el aumento del nivel de los ríos y la subida del nivel del mar a causa del cambio climático se han convertido en tres riesgos para la ciudad de Barcelona, siendo “aconsejable” que se desplacen los equipos eléctricos a zonas más altas.Las estimaciones del modelo predictivo alcanzan hasta el año 2100, sin embargo, cuanto más lejos llega la predicción, “mayor es la incertidumbre y el error”, por lo que estos modelos se tienen que ir “actualizando con nuevos datos constantemente”.
No obstante, las previsiones de la subida del nivel del mar no han alertado lo suficiente a los países europeos para establecer “un plan de resiliencia y actuación para estas amenazas”, alerta Domínguez, que asegura que los datos prevén un aumento de las ciclogénesis “cada vez más normales en España”.
Los próximos 26 y 27 de agosto la Universidad de Victoria de Canadá, recibirá a reconocidos investigadores y matemáticos en la V Conferencia sobre Modelos Econométricos de Cambio Climático (Econometric Models of Climate Change) que lleva celebrándose desde el 2016.
La celebración tiene como objetivo promover un enfoque interdisciplinario para la detección y atribución del cambio climático, el intercambio de conocimientos entre la ciencia climática, la economía y la econometría, y las estimaciones econométricas de los impactos climáticos de los próximos años. Así como la publicación de estudios sobre la predicción del aumento promedio del océano global y la rapidez de su aumento para el año 2100, si se incrementa la temperatura más de dos grados.
