Tras el verano más caluroso desde que hay registros en España, nos espera un otoño cálido y seco, una tendencia que podría extenderse a los primeros meses de 2023. La ministra Teresa Ribera ha urgido a mejorar la respuesta ante los eventos extremos



La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha dicho que ante la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos como las olas de calor y las sequías «no queda otra alternativa» que mejorar el conocimiento, la preparación y la capacidad de respuesta urgente ante el desafío del cambio climático.
Ribera ha participado este lunes por primera vez en la presentación del balance climático del verano 2022 y la predicción estacional para el otoño, elaborado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), donde además se ha dado a conocer un informe sobre los climas áridos en España.
Para la ministra, el verano que termina «ha sido particularmente cálido, particularmente seco, fuera de lo que viene siendo habitual en climas de transición como el Mediterráneo», con tres olas de calor prolongadas e intensas que han dado lugar a sequías graves en Europa y en España e incluso a miles de fallecimientos a causa de las altas temperaturas.
Ha apelado a la urgencia de «buscar un control permanente sobre nuestra resiliencia, nuestra capacidad de anticipación y preparación frente al cambio climático» con el horizonte puesto en año 2030 y «en un contexto de cooperación», porque «debemos prepararnos para lo que probablemente serán veranos cada vez más cálidos y más secos«.
«A mediados del siglo nos podríamos estar enfrentando a veranos insoportables», ha continuado Ribera, y ha dicho que estos fenómenos climatológicos repercutirían negativamente en las actividades económicas más importantes de nuestro país, tanto en el sector primario como en el turístico o a la hora de garantizar el suministro energético.
Por ello, y en el contexto del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, ha incidido en la importancia «de adaptar, de reforzar la capacidad de observación y seguimiento» para evitar la extensión de los climas áridos, propiciar la fertilidad de los suelos y observar una mejor gestión y atención de la producción y del consumo.
En España «ha mejorado en los últimos diez años la eficiencia en el uso del agua«, según la ministra, pero ha recordado que la falta de suministro afecta al 20% del territorio europeo y al 30% de la población, cifras «enormemente preocupantes» que requieren de una planificación hidrológica distinta y de medidas de «anticipación y resiliencia» frente al cambio climático.
Por ello, ha apuntado que el nuevo ciclo del agua requerirá de una inversión en infraestructuras de hasta 8.000 millones de euros aunque también considera necesarias otras medidas que requieren la preparación de los ciudadano desde el ámbito de la protección civil.
Otoño cálido y seco
El otoño, que comenzará el próximo 23 de septiembre a las 03:04 hora peninsular, dejará menos lluvias, sobre todo en el centro y oeste peninsular, donde más sequía hay, y temperaturas por encima de lo normal, tras el verano más cálido en los últimos 61 años, desde que hay registros.
Durante la rueda de prensa para presentar la predicción estacional del otoño y el análisis climático del verano, el portavoz de Aemet, Rubén Del Campo, ha avanzado que el trimestre octubre, noviembre y diciembre será más cálido de lo habitual en toda España, y de manera más «robusta» en la vertiente mediterránea y Baleares.
Esta tendencia «cálida» podría alargarse durante los primeros meses del próximo año, ha incidido el portavoz, y ha anunciado que este otoño lloverá menos de lo habitual, con mayor incidencia en el noroeste peninsular.