Ante el grave incremento del número de contagios por la variante ómicron, Aigües de Barcelona ha reactivado el confinamiento de trabajadores en instalaciones, tal y como se hizo al inicio de la pandemia, para garantizar la continuidad del servicio esencial del ciclo integral del agua



Garantizar la seguridad de los trabajadores y, al mismo tiempo, asegurar la prestación de unos servicios esenciales para los ciudadanos, como son los de agua y saneamiento, han sido aspectos prioritarios para las empresas gestoras del ciclo urbano durante toda la pandemia.
El compromiso del sector y sus trabajadores quedó patente desde la aparición de la covid-19 en España con la puesta en marcha de protocolos de contingencia para que el servicio no se viera alterado en ningún momento. Ejemplo de ello fue Agbar, compañía referente en gestión del agua y servicios medioambientales, que fue más allá y optó por la presencia permanente de trabajadores en plantas potabilizadoras y depuradoras, durante los primeros meses de la pandemia, con el objetivo de minimizar los riesgos de contagio del coronavirus en el personal de estas instalaciones y garantizar su funcionamiento con normalidad.
Para ello, la compañía desplegó una compleja logística para que estos trabajadores estuvieran en las mejores condiciones posibles, con autocaravanas de la máxima calidad, servicios de catering, lavandería y limpieza, y soporte psicológico.
Ahora, casi dos años después del inicio del coronavirus, y ante el grave incremento del número de contagios registrados durante las últimas semanas por la variante ómicron, Aigües de Barcelona ha reactivado desde el 4 de enero el confinamiento de trabajadores de forma voluntaria, por el momento en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) Besòs, para garantizar la continuidad del servicio esencial del ciclo integral del agua.
La compañía asegura así que el funcionamiento de las infraestructuras no se vea alterado velando por la la seguridad y la salud de los trabajadores, a los que asegura la máxima confortabilidad durante su estancia en la planta.


Además de esta iniciativa, Aigües de Barcelona ha definido un protocolo estricto para garantizar la seguridad de las instalaciones y la salud de los trabajadores confinados a través de test de antígenos continuados, el uso de mascarillas FFP2 y equipos de protección individual (EPIs), la desinfección de caravanas e instalaciones, así como la restricción de acceso de proveedores al recinto.
Dichas medidas se suman a las ya planteadas para el resto de trabajadores y trabajadoras de la compañía, como la priorización del teletrabajo, el uso obligatorio de mascarillas o la realización de test de antígenos en continuo. De hecho, Aigües de Barcelona realizó, durante el pasado año, un total de 7.000 test de antígenos a sus profesionales.
El objetivo, garantizar la normalidad y la calidad del servicio para que el agua siga llegando a casi 3 millones de habitantes del área metropolitana de Barcelona.
