El Consejo de la Unión Europea ha instado a “prestar más atención” a la “importancia estratégica del agua” en el diálogo político a todos los niveles, de cara a reducir la pobreza, fomentar la seguridad alimentaria e impulsar la paz y la estabilidad
Sin agua no hay prosperidad, comida ni paz. Ese es el mensaje que ha querido enviar el Consejo de la Unión Europea (UE) este viernes tras la reunión de los ministros de Desarrollo del club comunitario: entre la conclusiones adaptadas, los países europeos resaltan “importancia estratégica del agua” para el desarrollo sostenible. Y es que, ya hablemos de aspectos humanos la reducción de la pobreza y la seguridad alimentaria o de temáticas ambientales como la acción climática, la protección de los ecosistemas y la conservación de la biodiversidad, el agua es un aspecto completamente central del desarrollo sostenible, además de ser una condición indispensable para “la acción humanitaria, la paz y la estabilidad”.
El Consejo destacó que el agua es esencial para los sistemas ambientales, sociales, culturales y económicos a nivel mundial, regional y local, al tiempo que reconoció que los impactos del cambio climático se “sienten principalmente a través de agua”. Así, los ministros consideraron que la UE debe “prestar más atención” al agua en los diálogos políticos a nivel local, regional y multilateral.
Esta preferencia por los aspectos hídricos debe formar parte también en los procesos intergubernamentales y foros internacionales, incluidos los relacionados con el cambio climático, la biodiversidad, el medio ambiente, los sistemas alimentarios, la energía, la salud, el desarrollo humano y los océanos. En concreto, los países del Consejo destacaron la importancia de los diálogos regulares con todas las partes interesadas pertinentes, incluida la sociedad civil, con un enfoque particular en la inclusión de los grupos marginados y vulnerables, especialmente en zonas de conflicto o con fuerte presencia de refugiados.
Por otra parte, los ministros también pidieron que la UE, en su acción exterior, aborde las deficiencias en el sector del agua, incluida la financiación, la gobernanza y la capacidad, y que ponga en común estándares, conocimientos, experiencias y los recursos comunitarios. En ese contexto, los ministros reafirmaron la necesidad de acelerar la investigación y la innovación y el intercambio de datos y conocimientos.
Para poder cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible sobre la disponibilidad y gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos, el Consejo hizo hincapié en que la financiación para ese fin sigue siendo insuficiente y confió en que la Conferencia del Agua de la ONU de 2023 pueda marcar una “oportunidad” para movilizar a todas las partes y sectores implicados y producir resultados concretos.
Aunque aun queda un año y medio para su celebración, el evento de 2023 será la segunda Conferencia de ONU-Agua después de la Conferencia de 1977 en Mar del Plata y ofrece una oportunidad única para reunir a las diferentes partes interesadas y fortalecer la agenda del agua. En este sentido, según apunta el Consejo, un proceso preparatorio inclusivo y un resultado orientado a la acción serán importantes para el éxito de esta Conferencia.
