En 2013, un pequeño equipo de científicos del Joint Research Center, el servicio científico de la Unión Europea (UE), se embarcó en un ambicioso proyecto para cartografiar el agua superficial de la Tierra y hacer un seguimiento continuo de su evolución.
Trabajando en colaboración con Google Earth Engine, el equipo del JRC procesó unos cuatro millones de imágenes de satélite del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), la NASA y el programa Copernicus de la UE.
Tres años después, en 2016, se hacía público el primer producto de esta asociación, el Global Surface Water Explorer (GSWE), una fascinante herramienta online que mapea la ubicación y distribución temporal de las superficies de agua en todo el mundo y ofrece estadísticas sobre su tamaño y sus cambios. El objetivo es respaldar con información la toma de decisiones sobre la gestión de los recursos hídricos. Tanto es así que ha sido designada como fuente de referencia para verificar el cumplimiento del ODS6 de la ONU, dedicado al Agua Limpia y Saneamiento.


Para comprender de un vistazo el tremendo dinamismo del agua sobre el planeta, merece la pena visitar esta página web, que despliega ante nuestros ojos el viaje del agua sobre el planeta.


El GSWE muestra lagos glaciares que aumentan en el Tíbet, cuencas endorreicas que se agotan en regiones áridas, ríos caudalosos que crean meandros nuevos o la mano del ser humano generando lagos nuevos al embalsar ríos.


Ahora, los gestores del GSWE han dado un paso más recopilando en una publicación titulada Atlas of Global Surface Water Dynamics, o Atlas de la dinámica mundial de las aguas superficiales por su traducción en español, buena parte del conocimiento adquirido en este lustro, en un formato de fácil acceso legible para todos.
A través de una serie de mapas, estudios de casos concretos e imágenes impactantes, el Atlas of Global Surface Water Dynamics lleva al lector de viaje a través de “algunos de los ejemplos más fascinantes de cambios en el agua superficial, que resaltan la belleza y fragilidad del medio ambiente y la necesidad de preservar este precioso recurso”, según las propias palabras del JRC.
Vigilar el cambio climático
El Atlas of Global Surface Water Dynamics permite comprender mejor las consecuencias que el cambio climático y las acciones humanas tienen sobre los recursos hídricos superficiales del planeta. “Es imposible exagerar la importancia fundamental del agua en nuestra vida diaria. Los cuerpos de agua superficiales, incluidos lagos, estanques y ríos, son particularmente importantes como fuentes de agua para uso doméstico, industrial y agrícola”, se afirma en la presentación del atlas.
“Como el agua superficial de la Tierra es intensamente dinámica, nuestro conocimiento sobre dónde se pueden encontrar las masas de agua no siempre ha sido exacto. Los cuerpos de agua se mueven, lagos enteros se secan y se forman nuevos ríos y lagos, lo que dificulta el mapeo de estos objetivos en movimiento”, afirma el JRC en un comunicado.


Los gestores de esta herramienta de monitorización terrestre creen que sirve para mejorar la comprensión de los efectos del cambio climático y la huella humana sobre los recursos hídricos superficiales. En su opinión, esto puede ayudar a diseñar políticas efectivas de gestión sostenible de los mismos.
Colaboración público privada
El atlas es fruto de la colaboración entre entidades públicas como el Joint Research Center de la UE, otros centros de investigación y grandes compañías privadas. Es un ejemplo de colaboración público privada que analiza y pone en la nube ingentes cantidades de datos para ser empleados por la comunidad investigadora, los administradores públicos o los gestores particulares.


En 2013, el JCR de la UE aunó voluntades con el equipo de Google Earth Engine, que estaba concentrando sus enormes capacidades computacionales en los principales problemas que enfrenta la humanidad, como la deforestación, la seguridad alimentaria, el cambio climático y la gestión del agua.
Los dos equipos se unieron en un intercambio de habilidades, sin acuerdo comercial por medio, y dedicaron miles de horas/persona y miles de años de tiempo de computación de los procesadores más potentes del mundo para convertir petabytes de imágenes de satélite como las del Landsat de la NASA en mapas únicos y contrastados de las aguas superficiales del mundo.
El resultado está accesible en un solo click, y sirve tanto a los expertos en planificación hidrológica como al ciudadano de a pie, que puede recrearse con las portentosas historias que protagoniza el agua vista desde el espacio.
En 2019, el Global Surface Water Explorer, la herramienta con la que se ha elaborado el atlas, se adoptó como base para la evaluación de ONU Medio Ambiente de la meta 6.6.1 del Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 relativa a los ecosistemas de agua dulce
