Según un nuevo estudio, comer pescado cultivado en aguas residuales tratadas no representa una amenaza para la salud humana y garantiza la seguridad alimentaria de estos productos piscícolas



La acuicultura en aguas residuales tratadas es una práctica habitual en todo el mundo que según avanzan los tratamientos terciarios en la regeneración de las aguas residual redundan en una mejora de la seguridad alimentaria.
El tratamiento terciario de aguas residuales (TTWW) es la tercera y última etapa del proceso de limpieza que mejora la calidad de las aguas residuales antes de reutilizarlas, reciclarlas o descargarlas al medio ambiente
Su estudio sugiere que gracias a los avances de los tratamientos terciarios en las aguas residuales en los cultivos de peces en estas piscifactorías sólo se acumulan cantidades mínimas de OMP y que las aguas residuales tampoco parecen afectar otros rasgos comercialmente importantes de estos peces ni en su propiedades organolépticas.
El tratamiento terciario de aguas residuales (TTWW) es la tercera y última etapa del proceso de limpieza que mejora la calidad de las aguas residuales antes de reutilizarlas, reciclarlas o descargarlas al medio ambiente.
El tratamiento elimina los compuestos y sustancias inorgánicas restantes, como el nitrógeno y el fósforo, pero no los compuestos orgánicos.
El objetivo de este estudio era evaluar cómo el cultivo de peces en aguas tratadas en terciario (TTWW) afecta a rasgos comercialmente importantes, como la supervivencia de los peces, la tasa de crecimiento y la salud, y evaluar los riesgos potenciales asociados con la seguridad alimentaria y la protección del consumidor.
Los juveniles de carpa que usaron en la investigación fueron criados en 0%, 50% y 100% de estas aguas regeneradas, durante cinco meses. El rendimiento de los peces y los parámetros de salud no se vieron afectados en ninguno de los casos.
Los niveles de metales pesados en el músculo de los peces estaban por debajo de los niveles máximos permitidos por la FAO y la UE en peces comestibles.
Sólo siete de 40 OMP seleccionados se detectaron en las muestras al menos una vez y de las 19 OMP analizadas en tejidos de peces, solo cuatro fueron detectadas en peces expuestos, especialmente carbamazepina y diclofenaco en los músculos e hígados de peces cultivados en TTWW al 50% y 100% a concentraciones medibles.
Según las conclusiones presentadas las aguas regeneradas tratadas en terciario se pueden utilizar con éxito para el cultivo de peces, que cumplen con todos los estándares existentes de seguridad alimentaria para la acumulación de metales pesados.