El intenso trabajo de los medios aéreos y terrestres, que han empleado más de un millón de litros de agua, ha conseguido estabilizar el incendio que asola Gran Canaria. Ya no hay llamas ni humo, pero las brasas pueden activar el fuego debido a las rachas de viento



Los vientos de más de 50 kilómetros por hora y las altas temperaturas impiden que se dé por controlado, aunque sí estabilizado, el fuego que desde el sábado ha arrasado 1.500 hectáreas en la zona alta de Gran Canaria. El fuego no se ha extendido y sigue dentro de un perímetro de 23 kilómetros.
Los medios aéreos y terrestres han descargado más de un millón de litros de agua en la zona del incendio desde su inicio. Solo en el día de ayer se emplearon 600.000 litros desde tierra y aire.
En la jornada de hoy seguirán trabajando todos los medios aéreos implicados en el operativo; 11 helicópteros, un avión y dos hidroaviones.
Los intensos trabajos han conseguido que el incendio en la cumbre de Gran Canaria ya no desprenda llamas ni humo pero sí hay brasas que pueden reactivar el fuego a causa del viento. El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres explicó que el incendio no se puede dar por controlado hasta que no cambien las condiciones del viento, pero ha apuntado que «hay buenos augurios».
No obstante, aún no está previsto que los más de 1.000 evacuados puedan volver a sus casas y el plan de contingencia que se puso en marcha para los traslados sigue vigente por si hiciera falta realizar nuevos desalojos en las próximas horas.
Paralelamente, a última hora de la tarde de ayer se declaró un segundo incendio forestal en la zona de Cazadores, en el municipio de Telde, que en poco tiempo se dio por estabilizado. Según el presidente de la comunidad, «todo hace indicar» que este fue «intencionado» aunque se está a la espera de las conclusiones de la investigación.
