UNICEF presenta la iniciativa ‘Water Security for All’ con el objetivo de movilizar el apoyo mundial y obtener recursos para llegar a los niños que viven en los países en vías de desarrollo, especialmente vulnerables en materia de acceso al agua y el saneamiento



La falta de agua puede ser tan grave para el bienestar infantil como el hambre o las enfermedades. Es más, demasiado a menudo, se encuentra en el origen de estas lacras. Y es que la dificultad de acceso al líquido elemento no sólo se traduce en sed, sino que puede traducirse también en problemas educativos y de seguridad en los países menos desarrollados, donde el trabajo de recoger agua de fuentes que a veces se encuentran a horas de camino recae en las mujeres y los niños. En todo el mundo, más de 1.420 millones de personas, incluidos 450 millones de niños, viven en zonas donde la vulnerabilidad hídrica es alta o extremadamente alta, según un nuevo análisis publicado por UNICEF. Esto significa que uno de cada cinco niños en el mundo carece siquiera del agua suficiente para satisfacer las necesidades de su día a día.
Este sombrío dato forma parte de un análisis publicado por esta organización de Naciones Unidas dentro de la iniciativa Water Security for All (Agua segura para todos), cuyo objetivo es el de movilizar el apoyo mundial y obtener recursos para llegar a los niños que viven en los puntos vulnerables en materia de agua. El documento describe las zonas donde los riesgos de que se produzca una escasez física de agua se combinan con unos niveles deficientes de los servicios de agua y explica la díficil situación que soportan aquellas comunidades que viven en estas zonas dependen de aguas superficiales, fuentes no mejoradas o fuentes de agua que se encuentran a más de 30 minutos de distancia de sus viviendas.
“La crisis mundial del agua no está simplemente por llegar, ya está aquí, y el cambio climático no hará más que empeorarla”, ha explicado la Directora Ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, en un comunicado. “Los niños son las mayores víctimas. Cuando los pozos se secan, los niños son los que faltan a la escuela para ir a buscar agua. Cuando las sequías disminuyen el suministro de alimentos, los niños sufren desnutrición y retraso en el crecimiento. Cuando hay inundaciones, los niños contraen enfermedades transmitidas por el agua. Y cuando los recursos hídricos disminuyen, los niños no pueden lavarse las manos para combatir las enfermedades”, ha asegurado.
Los datos muestran que los niños de más de 80 países en vías de desarrollo viven en zonas donde la vulnerabilidad hídrica es alta o extremadamente alta. En África Oriental y Meridional se registra la mayor proporción de niños que viven en estas zonas, ya que más de la mitad (el 58%) tiene dificultades para acceder a una cantidad suficiente de agua cada día. Le siguen África Occidental y Central (31%), Asia Meridional (25%) y Oriente Medio (23%). Eso sí, en Asia Meridional se encuentra el mayor número de niños que viven en zonas donde la vulnerabilidad hídrica es alta o extremadamente alta: más de 155 millones de niños.
Los niños de 37 países donde hay “puntos vulnerables” se enfrentan a circunstancias especialmente graves en términos de cifras absolutas y proporción de niños afectados; es en estos lugares donde se deben dirigir los recursos mundiales e impulsar el apoyo y las acciones urgentes. Esta lista incluye muchos países en vías de desarrollo y/o con conflictos en marcha, como Afganistán, Burkina Faso, Etiopía, Haití, India, Kenya, Níger, Nigeria, Pakistán, Papúa Nueva Guinea, Sudán, Tanzanía y Yemen.
El reto del cambio climático
Actualmente, la demanda de agua sigue aumentando drásticamente mientras que los recursos disminuyen. Y es que, además del rápido crecimiento de la población, la urbanización, el uso y la gestión deficientes del agua, el avance del cambio climático provocado por el hombre, que aumenta la probabilidad y severidad de fenómenos meteorológicos extremos como las inundaciones o las sequías, reducen las cantidades disponibles de agua potable, exacerbando el estrés hídrico. Según un informe de UNICEF de 2017, casi uno de cada cuatro niños a nivel mundial vivirá para 2040 en zonas donde el estrés hídrico será extremadamente alto.
Todos los datos de los que dispone Naciones Unidas alertan de que, aunque todo el mundo siente las repercusiones de la escasez de agua, nadie sufre más las consecuencias que los niños más vulnerables. Y es que los niños y las familias que viven en comunidades con pocos recursos económicos se enfrentan al arma de doble filo que supone tener que hacer frente a los altos niveles de escasez de agua y a la vez recibir los servicios de agua más deficientes, lo que hace que el acceso a una cantidad suficiente de agua dependa especialmente de las perturbaciones climáticas y de los eventos extremos.En respuesta, UNICEF ha presentado la iniciativa Water Security for All para garantizar que todos los niños tengan acceso a servicios de agua sostenibles y resilientes al clima. La iniciativa pretende impulsar recursos, alianzas, medidas de innovación y respuestas mundiales destinados a los lugares en los que se ha determinado que hay puntos vulnerables donde la necesidad de servicios de agua, saneamiento e higiene seguros, resistentes y sostenibles es mayor y más urgente.
“Tenemos que actuar ahora tanto para abordar la crisis del agua como para evitar que se agrave”, ha asegurado Fore. “Sólo podemos lograr la seguridad del agua para todos los niños mediante la innovación, la inversión y la colaboración, y garantizando que los servicios sean sostenibles y resistentes a las perturbaciones climáticas. Por nuestros hijos y nuestro planeta, tenemos que actuar”, ha concluido.
