Coincidiendo con el 10ª Aniversario del reconocimiento del Tribunal de las Aguas de Valencia como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, la UNESCO celebra su III Conferencia Internacional de Museos del Agua en la ciudad del Turia. Una veintena de países pondrán en valor estos espacios culturales



Valencia ha sido la ciudad elegida por la UNESCO para albergar durante estos días la III Conferencia Internacional de Museos del Agua. Un reconocimiento al X Aniversario de la declaración del Tribunal de las Aguas de Valencia como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Hasta el 14 de junio un centenar de asistentes provenientes de Canadá, EEUU, Ecuador, Méjico, Perú, Brasil, China, Bangladesh, India, Marruecos, Burkina Faso, Inglaterra, Holanda, Italia, Bélgica, Francia, Portugal, Rumanía, Grecia, Austria y Croacia pondrá en valor estos espacios promotores de la cultura del agua.
Analizarán, además, los avances en el Programa Hidrológico Internacional (PHI) de Unesco , que es el único programa intergubernamental del sistema de las Naciones Unidas dedicado a la investigación, la educación y el fortalecimiento de capacidades en materia de hidrología.
El encuentro ha sido organizado por la Universitat de València, a través del Vicerrectorado de Proyección Territorial y Sociedad, el Tribunal de las Aguas de la Vega de València y la Red Global de Museos del Agua (Wamu-Net).
También se pondrán sobre la mesa las claves generales del desarrollo local relacionado con el agua; la educación y los objetivos de desarrollo sostenible.
El Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia es la institución de justicia existente más antigua de Europa
Todos los jueves, a las 12:00 horas, se reúne en la puerta de los apóstoles de la Catedral de Valencia para dirimir los conflictos derivados del uso y aprovechamiento del agua de riego entre los agricultores de las Comunidades de Regantes de las 8 acequias que forman parte de él.
Aunque ya existiera desde tiempos de los romanos alguna institución jurídica que resolviera los problemas del agua en tierras de Valencia, la organización data del año 960, en los tiempos de Al-Andalus y, muy posiblemente, de la época del Califato de Córdoba, perfeccionada desde los primeros momentos de la conquista del Reino de Valencia por el rey don Jaime.
Su longevidad y su defensa de la gestión eficiente del agua durante 20 siglos ha hecho que la institución fuese declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2009.
El Tribunal está formado por un representante de cada una de las Comunidades de Regantes que forman parte, ocho en total, denominados Síndicos, y de entre ellos uno es elegido presidente.
El juicio se desarrolla de forma rápida, oral e íntegramente en valenciano. El denunciante, que puede ser el guarda o cualquier afectado, expone el caso ante el Tribunal, y después el denunciado se defiende a sí mismo y responde a las preguntas que se le formulan.
Es a continuación cuando el Tribunal, con la excepción del síndico de la acequia en cuestión, para garantizar la imparcialidad, decide la culpabilidad o no del denunciado, y en caso afirmativo, es el síndico de la acequia quien impone la pena a pagar por el infractor, de acuerdo con las Ordenanzas de la propia Comunidad de Regantes.
Todavía hoy en día la pena se impone en “sueldos”, tal y como se hacía en época medieval, entendiéndose actualmente por “1 sueldo”, el sueldo diario del guarda de la acequia.
