Gran parte de la primera jornada del Congreso Nacional del Agua, que se celebra en Orihuela (Alicante), se ha centrado en cómo planificar el territorio para aumentar la resiliencia a inundaciones como la que en 2019 arrasó la Vega Baja como consecuencia de una DANA



Dos años han pasado ya de una de las peores riadas que se recuerdan en la vertiente mediterránea peninsular, en Alicante y Murcia. Entonces, una tremenda DANA comenzó a descargar con fuerza y torrencialidad desconocida el 12 de septiembre de 2019, desbordando toda la Vega media y Baja del río Segura, llevándose por delante siete vidas y causando daños por más de 2.150 millones de euros. De hecho, este desastre natural ha pasado a la historia como uno de los episodios más severos de la gota fría de la comarca con 425 litros por metro cuadrado en 48 horas y las roturas de varias motas del río Segura que arrasaron caminos y anegaron diferentes localidades. Teniendo en cuenta que el avance del cambio climático hace que estos episodios puedan ser cada vez más recurrentes, parece lógico que las autoridades de la zona no hayan querido perder el tiempo y lleven planificando desde entonces cómo mejorar la gestión del territorio para aumentar la resiliencia a inundaciones.
Así se ha puesto de manifiesto durante la primera jornada del Congreso Nacional del Agua, que se celebra en Orihuela (Alicante), precisamente una de las localidades que se vieron más afectadas por la DANA. En concreto, este jueves se ha debatido mucho sobre planificación ante inundaciones, con la presencia de expertos venidos del mundo académico, las autoridades locales y las empresas que han avanzado los planes que se están llevando a cabo para evitar que situaciones como la de 2019 no se vuelvan a repetir. En este sentido, la estrella ha sido sin duda el Plan Vega Renhace, que incluye entre sus actuaciones no solo una mayor adaptación a través un alcantarillado separado o drenajes urbanos sostenibles, sino también un importante programa para la mejora de la depuración de aguas residuales que permitirá regenerar 25 millones de m3 en la Vega Baja y luchar contra la sequía.
En concreto, las autoridades locales planean en colaboración con la compañía Hidraqua una serie de planes directores que se ocupen de todos los aspectos hídricos de esta zona e incluya por supuesto también la escasez de agua. “El objetivo de estos planes directores es preparar las poblaciones de la Vega Baja para que sean capaces de responder al estrés hídrico tan propio de la zona, ya se trate de inundaciones o sequías prolongadas”, ha destacado Sergio Sánchez, gerente de Hidraqua en la Vega Baja, que ha apuntado que estos planes, fruto de la alianza entre diferentes actores con un mismo objetivo, están recogidos en cuatro ejes de trabajo que permitirán una gobernanza integrada.
El primero de ellos está centrado en la construcción de redes separativas de alcantarillado y pluviales, de tal forma que se consiga aumentar la capacidad de drenaje ante episodios de lluvia, evitando el colapso de la red: con ello, se reducirán los posibles vertidos al medio y las inundaciones, permitiendo además la reutilización del agua de lluvia. El segundo eje de trabajo que recogen estos proyectos es la implantación de sistemas de drenaje urbano sostenible, utilizando o poniendo en marcha zonas verdes urbanas que permitan la infiltración y la acumulación del agua de lluvia en puntos controlados para su posterior envío a la depuradora.


Por otro lado, el tercer eje de trabajo que plantea este documento para los municipios de la Vega Baja es la canalización de ramblas y cursos de agua que afectan a los núcleos urbanos, combinando soluciones estructurales y no estructurales, como diques de contención y laminación, reforestación de cuencas, canalización y desvío de cauces; y la conexión con la red de azarbes. El último eje de trabajo que recoge el plan director planteado por la compañía está centrado en el aprovechamiento y reutilización del agua en la Vega Baja, ya que la zona destaca por contar con un alto estrés hídrico, donde además de las lluvias intensas, son habituales los periodos prolongados de sequía. Así, entre las iniciativas que se plantean en este bloque, se encuentra el uso de agua regenerada para riego de parques y jardines, zonas reforestadas, protección de incendios, huertos urbanos y uso agrícola.
Una herramienta adaptable
Además de estos planes directores, Sánchez también ha presentado en Orihuela la solución que la compañía ha diseñado y que gestiona en colaboración con la Diputación Provincial de Alicante para poder calcular cuáles serán las consecuencias que provocarán los fenómenos meteorológicos extremos como la DANA o las sequías prolongadas conforme se van produciendo diferentes hechos o alternaciones.
“Hasta la puesta en marcha de esta herramienta se contaba con mapas de inundabilidad que permitían conocer cómo se iba a comportar el agua que atravesaba la cuenca durante una lluvia de alta intensidad. Es decir, el nivel de agua que se va a alcanzar según la previsión meteorológica, pero eran estáticos y no permitían cambiar los criterios atendiendo a los incidentes que se pudieran ir produciendo durante la lluvia, como por ejemplo la rotura de un puente, una mota o una presa”, ha añadido Sánchez, que apunta que con esta solución se consigue información de gran interés a través de dos módulos, el de alerta temprana frente a inundaciones y el de sequías.


En cualquier caso, según ha apuntado por su parte Miguel Abellán Alcaraz, ingeniero del Estado en la Confederación Hidrográfica del Segura, el plan Vega Renhace se complementará con una serie de actuaciones estatales que están ahora mismo en fase de planificación. En concreto, los principios básicos de las medidas a tomar serán reducir los caudales punta que afluyen al llano de inundación de la Vega Baja, impulsar la renaturalización y homogeneización de la capacidad de encauzamiento del río Segura, crear de una red de conducciones y corredores verdes y reconstruir un humedal en el entorno del Hondico de Amorós. «El objetivo no es otro que marcar cuando venga una avenida qué zonas se van a inundar y por dónde va a venir el agua«, ha asegurado en la sesión inaugural del Congreso.
Por su parte, el catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), Félix Francés, ha presentado una serie de herramientas para evaluar las actuaciones de resiliencia que permita priorizar o modificar las más convenientes antes incluso de iniciar la construcción. «Necesitamos la mejor tecnología posible para conseguir la máxima fiabilidad de los resultados, para hacer las cosas lo mejor posible«, ha asegurado este profesor, que cree que para garantizar la resiliencia es fundamental «capturar la variabilidad espacio-temporal de las tormentas e incluir la posible influencia de los sedimentos, especialmente en las ramblas.»
