El Gobierno italiano ha utilizado por primera vez su pionero sistema de diques, conocido como MOSE, para frenar las inundaciones provocadas por la marea y el ‘acqua alta’ en Venecia



Moisés ha salido por fin al rescate de Venecia. La ciudad ha levantado con éxito este sábado por primera vez su enorme sistema de diques mecánicos, conocido como MOSE, acrónimo de Módulo Sperimentale Elettromeccanico, que juega con el nombre en italiano del profeta Moisés que separó las aguas del mar Rojo, para proteger las históricas calles y monumentos de la temida acqua alta. Más de 15 años han tardado en construir esta faraónica infraestructura que busca evitar que Venecia sufra las consecuencias de las cada vez más frecuentes inundaciones y, aunque en teoría MOSE sigue en pruebas hasta 2021, ha pasado con nota su primer test.
«Un día que hace historia, que marca el hito entre el antes y el después en Venecia«, escribía el diario local «Il Gazzetino» ante el procedimiento de levantamiento de los diques del MOSE en las tres ensenadas de la laguna que comenzó el sábado por la mañana. Y es que la turística ciudad preveía para ese día su primer fenómeno de agua alta de la temporada con un fuerte viento siroco de 30-40 km/h y un pico de pleamar al mediodía de 125 centímetros, lo que habría provocado la inundación de algunos centímetros de varias áreas de la ciudad incluida la Plaza de San Marcos.
Sin embargo, la infraestructura ha evitado la temida estampa del agua anegando los puntos más turísticos de Venecia. «Ha salido muy bien. Estamos muy satisfechos. Me han insultado porque creía en esta obra, pero hoy hemos frenado el mar, que tiene un nivel más alto fuera de la laguna. Hoy celebramos algo histórico«, ha señalado el alcalde de la ciudad, Luigi Brugnaro, en una cadena de televisión italiana.


El éxito de esta prueba supone un espaldarazo para el polémico proyecto del MOSE, cuyo coste final se ha situado en torno a los 7.000 millones de euros. Aunque inicialmente se iba a inaugurar en 2016, los retrasos, sobrecostes y hasta juicios por corrupción han postergado su estreno oficial a 2021, aunque algunos de sus diques ya se pueden utilizar en fase de pruebas, como ha ocurrido este fin de semana.
«La prueba salió bien. Apreciamos una diferencia consistente entre la altura del agua de la parte defendida por el MOSE y la que no lo está«, ha asegurado la concejala de Obras Públicas de Venecia, Cinzia Zincone. Un auténtico hito que podrá hacer que imágenes como la del otoño pasado, cuando la Plaza de San Marcos quedó completamente anegada por un acqua alta que causó importantes daños al patrimonio histórico, sean cosa del pasado.
Un sistema faraónico
La obra consiste en una gran barrera compuesta por 78 esclusas móviles de casi 300 toneladas y 60 metros de longitud instaladas en las bocas del puerto de la laguna: Lido, Malamocco y Chiggia. Los diques, que se sumergen cuando hay marea baja, tienen la capacidad de retener las subidas del nivel del mar y otros fenómenos costeros que puedan dañar la zona y funcionan de manera similar a un submarino. Las cajas metálicas que los componen se llenan de agua para hundirse y utilizan aire comprimido para elevarse, en un sistema pionero que sin embargo ha recibido las críticas de ambientalistas por los efectos desconocidos que puede tener en los ecosistemas de la laguna veneciana.
Este sábado, las 58 puertas móviles ya operativas del MOSE se levantaron en una hora y 17 minutos y está previsto que se pongan en marcha siempre se esperan más de 110 centímetros de acqua alta Aunque cada uno de los diques puede ser operado de forma independiente según las necesidades de cada momento, esta primera prueba ha demostrado el funcionamiento normal de todos los ya finalizados.


La conocida como acqua alta es un fenómeno climático habitual en Venecia, que es probablemente uno de los enclaves más afectados por la subida del nivel del mar que implica el calentamiento global. Su particular situación, con unos cimientos que se asientan en las más de cien islas que recorren una laguna del mar Adriático, la hace especialmente vulnerable a las crecidas de la marea y las inundaciones excepcionales empiezan a ser ya una tónica habitual.
De hecho, las mareas altas son cada vez más dañinas, porque a la subida del nivel del mar hay que sumar que la ciudad se está hundiendo lentamente, y esto provoca que las crecidas se multipliquen. Sin embargo, y aunque el tiempo juega en contra de Venecia, el correcto funcionamiento del MOSE supone un auténtico soplo de esperanza para los habitantes de esta histórica ciudad.
