El Arenicola marina es un gusano con cierto parecido a la lombriz común que, a través de sus deposiciones de tierra en forma de espiral, decora muchas de las playas de Europa. Lejos de lo que se pueda pensar, este gusano posee una gran importancia en los ecosistemas costeros, que cada vez se encuentran más amenazados por los microplásticos



¿Os imagináis ir a la playa, pero no poder pasar a tomar el sol por la enorme presencia de deposiciones animales? En principio, este planteamiento es absurdo, ya que los servicios de limpieza se encargar de retirar cualquier residuo de nuestras playas, pero lo cierto es que, en aquellas donde la actividad humana no llega, es muy común encontrarse con esa estampa. El origen en esos casos, no son ninguna manada de animales descontrolados, sino que todo tiene que ver con un misterioso ser que se oculta debajo de la tierra, muy conocido entre los pescadores.
Existen dos especies de este gusano. Una de ellas tiene un color negro y forma espirales ordenadas. La otra especie, con un color más claro, las realiza de forma más desordenada
Normalmente es extraño que un animal tenga este tipo de comportamiento, pero defecar tierra para el Arenicola marina es un habito común ya que su sistema digestivo así lo requiere. De acuerdo con el Museo de Historia Natural de Londres, estos gusanos se sumergen a unos 20 centímetros por debajo de la tierra en un túnel en forma de J. En él, el gusano comienza a engullir, por el extremo donde se encuentra la boca, grandes cantidades de tierra húmeda que provienen de la entrada de su “casa” con el objetivo de obtener la materia orgánica que hay atrapada entre los sedimentos.
Una vez alimentado, el Arenicola marina defeca la tierra inerte hacia al exterior por el otro extremo de su cuerpo, en un proceso en el que se obtiene los montículos en forma en espiral que revelan la posición de estos gusanos.
Un gusano importante, pero amenazado
A pesar de que en ocasiones son difíciles de ver, lo cierto es que estos gusanos están presentes en todas las costas de Europa. No obstante, son en las costas medias y bajas de Gran Bretaña, donde la arena en más húmeda y fangosa, donde se pueden observar densidades tan altas que llegan incluso a los 200 gusanos por metro cuadrado de sedimento.
Have you ever noticed the small mounds of sand on a beach at low tide?
These are lugworm poos, and they hold a secret.
?️? pic.twitter.com/kx7GI2dWUM— Natural History Museum (@NHM_London) January 13, 2020
Durante años y debido a su abundancia, estos gusanos han sido celebres por ser utilizados como el cebo principal de muchos pescadores. Sin embargo, recientes estudios han señalado que estos gusanos juegan un importante papel en el medio ambiente gracias a su capacidad filtradora y por representar hasta el 30% de la biomasa de muchos ecosistemas.
Debido a su relevancia, numerosos científicos han manifestado cierta preocupación por la tendencia decreciente en sus poblaciones durante los últimos años, sobre todo como consecuencia de la intrusión en los ecosistemas de los microplásticos.
En este sentido, la Comisión Europea (CE) divulgó un estudio en el que señalaron que un gusano expuesto a una porción de tierra contamina en un 5% por microplásticos se veía obligado a reducir su obtención de energía de forma considerable. Este hecho, según la CE, podría tener efectos negativos en su salud, crecimiento, reproducción y, en última instancia, al ecosistema entero.
“En algunas playas, como las que baña el Mar de Wadden y donde estos gusanos juegan un papel fundamental, existe una contaminación de microplásticos del 3,17%. Esto podría hacer que los Arenicola marina procesen alrededor de 130.000 metros menos de sedimento al año”, señala la CE.
Los Arenicola marina poseen cerca de su cabeza unas hileras de pequeños filamentos velludos que realizan una función similar a las branquias en los peces. Sin embargo, y aunque necesitan el agua para respirar, estos gusanos son capaces de aguantar durante horas la respiración, lo que los permite incluso vivir la mitad de sus vidas fuera de agua.


El secreto de esta misteriosa cualidad reside en su sangre: mientras la hemoglobina de los humanos transporta cuatro moléculas de oxígeno, en estos gusanos la hemoglobina es capaz de contener hasta 156.
Esto ha despertado cierta curiosidad en los científicos, han investigado durante años esta cualidad con el fin de mejorar los procesos de conservación y trasplante de órganos. Las pruebas en ratones han resultado fructuosas y, si se demuestra que es seguro para humanos, la sangre rica en oxígeno de estos gusanos podría hacer frente al shock séptico, un colapso en la presión arterial que puede causar fallos múltiples en los órganos trasplantados, y ayudar a conservar los órganos para el trasplante.
