Un año memorable

Un año memorable

Nuestro diario, fundado un Día Mundial del Medio Ambiente de 2019, cumple su primer año. En este tiempo hemos visto acelerarse los cambios sociales y ambientales y hemos tenido la oportunidad de narrarlo ofreciendo información, análisis y nuevos puntos de vista para interpretar la realidad. Cerca de dos millones y medio de usuarios únicos han visitado nuestras páginas en este primer año de vida. Damos las gracias a los lectores por dejarnos acompañarles en la aventura de encontrar el camino a un futuro sostenible para una humanidad mejor


Ramiro Aurín Ramiro Aurín es director de El Ágora, diario del agua


El Ágora, nuestro diario, ha cumplido su primer aniversario. Nacimos un 5 de junio de 2019, Día Mundial del Medio Ambiente, una fecha con nombre propio, para que no se nos olvide nunca a qué vinimos al mundo.

Nuestra especie ya no evoluciona físicamente porque, a pesar de nuestras carencias, no dejamos que las condiciones extremas extingan a los menos aptos para soportarlas. Pero la tecnología tampoco es, realmente, una forma de evolución, aunque parezca un poderoso mecanismo de adaptación.

«Este primer año acaba con una pandemia, y con la convicción de que el mundo va a cambiar más rápido de lo que parecía»

La auténtica evolución de nuestra especie se sigue produciendo, como la natural, por umbrales puntuales, por puertas que cruzamos. Esas puertas son saltos de la conciencia colectiva, que se amplía cada vez que cruzamos un umbral. Y sin duda en los tiempos que nos han tocado vivir estamos en el umbral de una expansión de la conciencia colectiva de nuestra especie. Y no como una epifanía espiritual, sino como una necesidad adaptativa para la supervivencia.

Nos estamos dando cuenta de que hemos estado viviendo peligrosamente, porque creíamos que vivíamos en este planeta, -y aún estamos fascinados por nuestra aventura- pero no es verdad, no “estamos” en la Tierra, somos La Tierra, formamos parte de ella como todo el resto de los seres y materia que la conforman.

Y El Ágora nació como una humilde expresión de esa expansión de la conciencia colectiva que estamos viviendo, para ayudar a conformarla hasta sus nuevos límites, más allá de los cuales seguiría la oscuridad, hasta que consigamos dar el siguiente salto y volvamos a alejar esos límites. Porque no hay final, y recuerden que pocos tan peligrosos como los profetas de la Arcadia, que siempre aparecen cuando estamos a punto de cruzar una puerta.

«Gracias a los lectores por dejarnos acompañarles en la aventura de encontrar el camino a un futuro sostenible para una humanidad mejor»

También para eso está El Ágora, para evitar las mistificaciones. Cada estación es importante, y la siguiente no es el cielo, ni la anterior el infierno. Todas son obligadas. Y como la realidad no existe hasta que no la describen las palabras, es urgente estar ahí en el momento de cruzar el umbral. Al cambiar de pantalla hay que darle nombre a todo, hay que reconocer y describir los nuevos procesos, los nuevos mecanismos, e integrarlos en nuestra experiencia vital. Este primer año acaba con una pandemia, y con la convicción de que el mundo va a cambiar más rápido de lo que parecía.

«En el último mes hemos alcanzado las 580.000 sesiones y las 675.000 páginas visitadas por casi 500.000 usuarios»

En cuanto a nosotros, hemos buscado en esos límites nuevos, a través de la puerta, y se lo hemos contado. Y, afortunadamente, más de 2.400.000 usuarios únicos nos han visitado casi en 3.200.000 sesiones y han entrado en casi 3.900.000 páginas. Cada día mejora nuestra relación con ustedes. Así, en el último mes hemos alcanzado las 580.000 sesiones y las 675.000 páginas visitadas por casi 500.000 usuarios.

Como director, me gustaría destacar que cuento con un equipo formidable de profesionales a quienes les brillan los ojos mientras trabajan, -lo que puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar-, y que nunca dicen que no cuando hay que hacer un esfuerzo para informar más y mejor, para explicar esas historias que explican el nuevo mundo y sus actores, o lo que se opone a él. Ellos son el verbo de este proyecto. Gracias a todos, está siendo un placer.

Y a ustedes, gracias por dejarnos acompañarles en la aventura de encontrar el camino a un futuro sostenible para una humanidad mejor. Porque nosotros no hacemos otra cosa que acompañarles a ustedes, y contar lo mejor posible lo que va pasando en el camino. E intentar que, a ratos, no se pueda distinguir entre el “nosotros” y el “ustedes”.



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