A partir de este lunes 3 de agosto, Chile se convertirá en el primer país de Latinoamérica en prohibir por ley que se entreguen bolsas plásticas en cualquier tipo de comercio, un primer paso en la estrategia del país austral para acabar con el consumo de plástico



Los chilenos vivirán este lunes un hito histórico en su lucha contra la contaminación ambiental. Por primera vez, no podrán pedir bolsas de plástico en ningún tipo de comercio y tendrán que optar por opciones como el papel o la tela para hacer sus compras. A partir de este 3 de agosto, la ley que prohíbe la entrega de bolsas plásticas en Chile ampliará la restricción a las pequeñas y medianas empresas, que hasta el momento tenían permitido dar dos de estos productos por compra.
Los números del Ministerio del Medio Ambiente hablan por sí mismos. Antes de que existiera la ley, en Chile se empleaban unos 3.400 millones de bolsas plásticas por año, lo que supone cerca de 200 bolsas anuales por persona. Pero en el año y medio que ha pasado desde su promulgación, que en un principio prohibía las bolsas grandes tiendas y supermercados, se ha evitado el consumo de unos 5.000 millones de plásticos para el transporte de productos.
“Hacemos una evaluación muy positiva de la aplicación de esta ley, que es ampliamente valorada por la ciudadanía y el primer paso para combatir el uso indiscriminado del plástico en nuestro país» ha asegurado la ministra de Medio Ambiente chilena, Carolina Schmidt. La política, cara visible en materia ambiental del Gobierno de Sebastián Piñera, cree que gracias a las medidas antiplástico, que gozan de un amplio respaldo popular en el país austral «se ha evitado que muchas bolsas plásticas terminen contaminando nuestros barrios, ríos o playas”.
A pesar del avance que supone la nueva fase de la ley, el plástico no queda eliminado del todo del comercio. Las bolsas que se utilizan para envasar alimentos no están prohibidas, ni tampoco aquellas cuyo uso sea necesario por razones higiénicas o para evitar el desperdicio de alimentos. Esto quiere decir que, en las ferias y comercios de productos frescos, se podrá seguir entregando envoltorios de plástico para aislar las frutas o verduras.
Las multas por seguir entregando bolsas serán de hasta 250.000 pesos (unos 280 euros) para el comercio infractor. Eso sí, a la hora de determinar la sanción, se considerará el número de bolsas plásticas entregadas, la conducta anterior del infractor y su capacidad económica. La fiscalización dependerá de los municipios y las sanciones serán aplicadas por el juzgado de policía local correspondiente.
Chile, contra el plástico
La ley que prohíbe las bolsas de plástico es tan solo uno de los primeros pasos del combate del Ministerio de Medio Ambiente de Chile contra el uso indiscriminado por plásticos. El país austral ya se ha alzado como uno de los referentes lationamericanos en la lucha contra el uso de las pajitas o popotes, un residuo muy extendido. Además, las autoridades se encuentra en estos momento trabajando también en la implementación de la ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), una medida que obligará a las empresas a hacerse cargo de todos sus residuos, recolectándolos y reciclándolos.
Por otro lado, avanza en el Congreso chileno el proyecto de ley que busca regular los productos de un solo uso, prohibiendo algunos como cubiertos, bandejas, vasos o bombillas que sean de materiales desechables. El objetivo es sobre todo frenar su uso en aquellos restaurantes especializados en comida preparada o para llevar, que tendrán que buscar opciones más sostenibles para empaquetar sus envíos.
Además, el proyecto de ley busca establecer que, si el consumo es dentro del establecimiento, se prohíba la entrega de productos de un solo uso, aunque estén compuestos por materiales reciclables como el papel: solo se podrá poner productos reutilizables a disposición de los clientes.
“Nuestra meta es al menos lograr que el 65% de los residuos domiciliarios que se generan en el país sean reciclados para 2040, y que, ese mismo año, solo el 10% de los residuos vaya a un vertedero”, ha asegurado Schmidt. Chile suscribió recientemente el acuerdo Compromiso Global de la Nueva Economía de Plásticos, impulsado por las Naciones Unidas y la Fundación Ellen MacArthur, por el que se comprometen a implementar políticas ambiciosas y objetivos medibles que apoyen la lucha contra la contaminación por este material.
