Los desafíos ambientales de Chile tras el Covid-19

Los desafíos ambientales de Chile tras el Covid-19

Los desafíos ambientales de Chile tras el Covid-19

La pandemia ha puesto a prueba al sistema de salud, a la economía y a la sociedad chilenas y también ha impulsado la reflexión sobre nuestro comportamiento ante el planeta. Tras el encierro obligatorio, toca afrontar avances para cambiar la relación que tenemos con el medio ambiente

 


Gabriela Lucero | Corresponsal en Chile
Santiago de Chile | 5 junio, 2020


En las ciudades del sur de Chile y, sobre todo, en sectores rurales del país, la leña ha sido desde siempre un elemento central en la economía doméstica. Por ser un elemento de combustión económico, abunda en los hogares de miles de familias, que no sólo calefaccionan sus casas con este fuego, sino que también cocinan y secan la ropa, entre otras actividades.

Pero en los últimos años el uso de la leña se ha convertido en un dolor de cabeza para muchos. Su enorme capacidad contaminante, tanto a nivel de atmósfera como intradomiciliario, ha generado diversas campañas que han buscado la reducción y control de uso, lo cual ha dado muy pocos resultados. Por lo que hoy, en plena pandemia, y a días de iniciar el invierno, mantener las viviendas temperadas se vuelve una urgencia, aunque, por otro lado, se teme un alza en las enfermedades respiratorias, producto de las partículas contaminantes que circulan dentro del hogar, volviéndose un espacio de expansión perfecto para el virus.

Mercado Lo Valledor durante la pandemia COVID-19. | Foto: FAO/Max Valencia

Es el temor que muchos médicos, especialistas y autoridades han expuesto estos meses previos a la llegada de la estación más fría del año, los cuales poco y nada pueden hacer ante una población que recurre, por estos días y con la cesantía al alza, a la leña como elemento central para vivir y mantenerse en casa.

De esta manera, el cambio de combustible para calefaccionar las viviendas y, sobre todo, el surgimiento de nuevas opciones para que las y los chilenos puedan pasar el invierno es una tarea que, hoy con mayor urgencia, debe resolverse en el corto plazo. Se trata de un desafío que debiera resolverse antes del invierno de 2021, en el caso hipotético de que la vacuna contra el Covid-19, no haya llegado a Chile en esa fecha, en el peor de los escenarios.

Leña y combustibles fósiles

“Estamos trabajando desde finales del año pasado para tener una solución definitiva al problema de la leña. No basta con prohibir o regular la leña, debemos además entregar sustitutos eficientes para que las familias tengan alternativas concretas para reemplazarla y a costos que no impacten negativamente su bolsillo” indicó hace algunas semanas el Ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, al presentar una mesa de trabajo que busca, precisamente, mejorar la calidad del aire en algunas ciudades del sur de Chile.

Un desafío para el gobierno que se ha tornado más urgente en esta pandemia, debido al papel que la contaminación del aire juega en las enfermedades respiratorias, lo cual se busca disminuir este año, con el objetivo de frenar el avance del Covid-19, el que al día de hoy bordea los 11.000 infectados en el sur del país.

Esta mesa de trabajo busca asegurar la implementación, monitoreo, seguimiento y evaluación de las medidas 2020, para acelerar la descontaminación en la zona sur, además de coordinar y focalizar los recursos financieros de los ministerios, los municipios, gobiernos regionales y el sector privado dedicados al combate de la contaminación para aumentar y acelerar medidas.

El gobierno también ha informado en estos días que a un año del anuncio del acuerdo para el cierre de todas las centrales a carbón al 2040, ha logrado acelerar el cronograma inicial. La primera fase de esta iniciativa, al 2024, incluía ocho centrales equivalentes al 19% de la generación con este energético, pero ahora esta etapa contempla el cierre de 11 plantas que representan el 31%.

Lago General Carrera, en Chile. | Foto: Alberto Loyo
Lago General Carrera, en Chile. | Foto: Alberto Loyo

El retiro de las centrales a carbón y su reemplazo por energías renovables permitirá dejar atrás centrales contaminantes, que en general son rechazadas por las comunidades locales. Emiten gases de efecto invernadero, son más caras y han hecho al país dependiente energéticamente. Serán reemplazadas por energías como la solar, termosolar, eólica, hidroeléctrica o geotérmica, que no contaminan, son más amigables con su entorno, no emiten CO2, son más baratas y se basan en recursos que Chile tiene en abundancia.

Baja en la contaminación

Una de las frases más recurrentes que hemos escuchado en estos meses que hemos estado en casa es que uno de los aspectos positivos que ha traído la pandemia es que la contaminación ha bajado en diversas ciudades del mundo.

“En diversas zonas del mundo, especialmente las que están o han estado en cuarentena, como China, España, Estados Unidos y Chile, se han generado disminuciones importantes de contaminación. Pero esta situación no puede ser tomada como la cara amable o positiva del coronavirus”, indica Estefanía González, coordinadora de campañas en Greenpeace Chile respecto de las consecuencias ambientales que ha tenido la propagación del Covid-19.

Y agrega que “la verdad es que los esfuerzos por disminuir la contaminación causante del cambio climático deben ser producto de medidas de carácter global y no el resultado de una pandemia. El coronavirus y el cambio climático han dejado en evidencia que ambos no conocen fronteras, que afectan por igual a la humanidad y que solo acciones coordinadas y decididas son las que producen cambios relevantes para enfrentarlos”.

Bajo esta mirada, entonces, las disminuciones de CO2 de estos meses serían transitorias, por lo que, superada la crisis, existiría entonces el desafío inmenso de pensar a largo plazo y dar un paso definitivo en la adopción de políticas que garanticen la sostenibilidad del planeta.

Recicladores de Base en Chile

Mejor manejo de la basura

Otro de los desafíos que esta pandemia ha generado y que, sin duda, está impactando en la gente positivamente y provocando cambios en materia de reciclaje es el aumento de basura. Estar en casa ha supuesto un alza en la generación de basura, tanto orgánica como inorgánica, que nos está obligando a asumir nuevas conductas, como reciclar, reutilizar y compostar.

De esta forma, si somos capaces de gestionar nuestros residuos adecuadamente podremos enfrentar el calentamiento global y combatir eficientemente el cambio climático y con ello cuidar el planeta.

Eso a nivel ciudadano, pero a nivel público, se espera que el Ministerio del Medio Ambiente agilice la implementación de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, la cual obliga a las empresas a hacerse cargo de los residuos que generan y establece metas de recuperación de seis productos prioritarios: Aceites Lubricantes, Aparatos Eléctricos y Electrónicos, Baterías, Pilas, Neumáticos y Envases y Embalajes.

Además, esta ley establecerá un sistema definitivo de recolección puerta a puerta, una mayor infraestructura de las empresas recicladoras y mejores condiciones para los Recicladores de Base. La idea es que cuatro de cada cinco hogares del país tenga este tipo de recolección, pero mientras tanto esto ocurre, se establece la obligación de instalar en el 75% de las comunas del país, de aquí a cuatro años, 350 nuevos puntos limpios.

Serán  operados por el Sistema de Gestión, entidad que agrupa a las empresas financiadoras, y junto con cumplir con altos estándares de calidad, las obliga a incorporar a los Recicladores de Base en el manejo de los puntos limpios.

Gran parte de estos desafíos post pandemia implican un cambio de actitud en la ciudadanía, que muchos ya han empezado a dar durante estos meses. Sin embargo, existe la creencia que, una vez recuperada la normalidad, esta actitud desaparezca.

“El rol del Estado debería contemplar elaborar las políticas públicas que vayan direccionando el actuar de la sociedad. Así como ayer una política pública generó las condiciones para exigir el uso del cinturón de seguridad o prohibir fumar en ciertos lugares, así el Estado debería impulsar políticas que limiten la contaminación, que frenen los impactos ambientales y sociales negativos de las empresas, que promuevan el uso de espacios naturales, y así muchos más”, indica el académico Óscar Mercado, director del Programa de Sustentabilidad UTEM y presidente de Red Campus Sustentable.

Como vemos, aquella frase que indica que “los tiempos de crisis siempre ofrecen oportunidades”, podría implicar que esta pandemia nos entregue oportunidades y cambios, tanto en la conducta de las personas, las empresas y el Estado, las cuales podrían dejarnos comportamientos, proyectos e iniciativas que solo traigan beneficios a nuestro entorno y al planeta.



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