Las mediciones de la NASA establecen que el agujero en la capa de ozono del 2021 fue el decimotercero más extenso desde 1979 debido a las condiciones frías sobre la Antártida. Creen que a partir de este mes se reducirá y persistirá hasta mediados de noviembre o diciembre



Las temperaturas más frías en el hemisferio sur durante el invierno, al igual que el año pasado, expandieron el agujero de la capa de ozono por encima de su extensión media habitual. Según los científicos de la NASA, el 7 de octubre el agujero llegó a medir 24,8 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente el tamaño de América del Norte, antes de comenzar a reducirse a mediados de octubre. Probablamente persista hasta noviembre o diciembre.
Esta cifra lo sitúa como el decimotercer agujero más grande desde 1979. No obstante, los científicos resaltan que podía haber sido aun mucho más grande si el Protocolo de Montreal no se hubiese implementado en la década de los 80.
Lo que llamamos el «agujero de ozono» es un adelgazamiento de la capa de ozono en la estratosfera (una capa superior de la atmósfera de la Tierra) sobre la Antártida que comienza cada septiembre. Las formas químicamente activas de cloro y bromo derivadas de compuestos producidos por humanos se liberan durante las reacciones en las nubes polares de gran altitud e inician reacciones que destruyen el ozono cuando sale el sol en la Antártida al final del invierno.
Entre otras cosas, ese acuerdo mundial prohibía a reducir gradualmente el consumo y la producción de los casi 100 diferentes Sustancias que Agotan el Ozono (SAO) de manera escalonada, con diferentes calendarios para los países desarrollados y en desarrollo. Según la Organización de las Naciones Unidas, desde su nacimiento se han eliminado hasta el 98% de las SAO a nivel mundial en comparación con los niveles de 1990 y que, en esencia, podían haber multiplicado por 10 el deterioro de la capa de ozono.
“Si los niveles de cloro atmosférico de los CFC fueran tan altos hoy como lo eran a principios de la década de 2000, el agujero de ozono de este año habría sido mayor en aproximadamente unos cuatro millones de kilómetros cuadrados en las mismas condiciones climáticas”, señala la NASA.
Los investigadores de la NASA y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos detectan y miden el crecimiento y la ruptura del agujero de ozono con instrumentos satelitales a bordo del Aura, Suomi-NPP y NOAA-20. Mientras, con ayuda de sensores y satélites, el entramado de Copernicus hace lo propio para las administraciones europeas.


En el caso de los científicos de la NOAA en la Estación del Polo Sur, una de las redes de monitoreo de ozono a nivel mundial, registran el espesor de la capa de ozono liberando globos meteorológicos que llevan instrumentos de medición de ozono llamados “ozonosondas” que miden las concentraciones variables de ozono a medida que el globo asciende a la estratosfera.
Cuando sale el sol polar, los científicos de la NOAA también realizan mediciones con un espectrofotómetro Dobson, un instrumento óptico que registra la cantidad total de ozono entre la superficie y el borde del espacio conocido como el valor de ozono de la columna total. Este año, los científicos registraron el valor más bajo de ozono en columna total de 102 unidades Dobson el 7 de octubre, el octavo más bajo desde 1986. En altitudes entre 14 a 21 kilómetros, el ozono estuvo casi completamente ausente durante el máximo del agujero de ozono.