El Gobierno ha aprobado la nueva Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación enmarcada para el 2021 y 2027 que pretende duplicar los recursos financieros públicos y privados para alcanzar así una inversión en ciencia del 2,12% del PIB español que nos equipare a la media europea



El Consejo de Ministros ha aprobado la Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2027, un marco que aspira a fomentar la investigación científica en nuestro país, sobre todo, apoyándose en inversiones privadas. De este modo, se pretende duplicar la suma de las inversiones en los sectores públicos y privados hasta alcanzar en 2027 el 2,12% del PIB, casi un 1% superior a la destinada en la actualidad.
Cabe recordar que el Gobierno dio el primer paso hacia ese objetivo en julio, cuando anunció la aprobación de su Plan de Choque para la Ciencia y la Innovación que contempla una inversión directa de 1.000 millones para el año actual y el 2021.
“La Estrategia está diseñada para una fase de expansión de recursos, con una orientación gradual que permita la consolidación de un Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación de mayor tamaño y potencia a largo plazo”, han comentado desde el Ministerio de Ciencia e Innovación.
“Nuestra meta es aumentar el presupuesto de la I+D+I durante el 2021 y el 2017, e incentivar la inversión privada, hasta alcanzar la media de la Unión Europea. Esto se llevará a cabo mediante ayudas directas y el establecimiento de líneas adecuadas para facilitar el uso de los fondos europeos, así como el cumplimiento de la normativa de Ayudas de Estado”, han añadido.
Novedades y prioridades
Entre las principales novedades y prioridades de la Estrategia se incluyen el diseño de un itinerario científico y tecnológico de acceso al sistema de I+D+I equiparable al de los países de nuestro entorno (Tenure Track). De igual manera, se elaborará un itinerario tecnológico en el que se desarrollará la figura de Tecnólogo recogida en la Ley de la Ciencia de 2011.
Por otro lado, también destacan la estructuración de los programas en misiones nacionales, el reforzamiento de los ecosistemas de innovación, el aumento de proyectos tractores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la incorporación de la perspectiva de género, el refuerzo de la investigación e innovación en salud, la consolidación de una red de infraestructuras y equipamientos científico-técnicos que desarrollen ciencia excelente y abierta, el fomento de las asociaciones del programa Horizonte Europa y la promoción de la I+D+I privada mediante incentivos fiscales adaptados a las empresas del sistema de ciencia e innovación.
Así pues, entre los principales objetivos de la Estrategia destaca la necesidad de generar conocimiento y liderazgo científico, “optimizando para ello la posición del personal investigador y de las instituciones, así como la calidad de sus infraestructuras y equipamientos”.
En este sentido, han informado que ya se está trabajando en establecer un itinerario científico y tecnológico de entrada al sistema de I+D+I que permitirá la promoción y seguridad laboral del personal científico, técnico e innovador en universidades, organismos públicos, institutos de investigación sanitaria, centros públicos y privados de I+D+I y empresas.
Asimismo, en la Estrategia se ha expresado la necesidad de aumentar la capacidad de España para atraer, recuperar y retener talento perdido durante estos años. Esto se conseguirá otorgando facilidades al progreso profesional y la movilidad del personal investigador en el sector público y privado, y su capacidad para influir en la toma de decisiones.
Otro de los grandes objetivos en los que han enfatizado es la potenciación de la colaboración público-privada “que permita favorecer la transferencia de conocimiento y desarrollar vínculos bidireccionales entre ciencia y empresas, a través de la comprensión mutua de necesidades y objetivos, en especial en el caso de las pequeñas y medianas empresas”.
Para lograr este fin, han señalado que será necesario asegurar la cooperación público-privada en las distintas etapas de la cadena de valor, desde las fases iniciales del desarrollo de las tecnologías en las que se favorecerá la aplicación del conocimiento, hasta la llegada al mercado de productos de interés para la sociedad.
“El desarrollo de este objetivo implica promover la I+D+I en el tejido empresarial español e impulsar al colectivo de empresas innovadoras a generar ecosistemas con mayor capacidad y masa crítica”, han subrayado.
El paso del coronavirus
Los últimos compases de la elaboración de esta Estrategia se han gestado durante la pandemia del coronavirus, por lo que el Ministerio ha destacado que también proyectan en ella actividades específicamente dirigidas a solventar los problemas causados por el virus y a consolidar y potenciar la ciencia y la innovación como una herramienta para la reconstrucción social, económica e industrial de nuestro país.


“La crisis sanitaria ha puesto a la ciencia en un lugar preeminente de la sociedad española y en la toma de decisiones de las administraciones, y ha puesto de manifiesto el papel de la ciencia y del acceso al conocimiento como palancas esenciales en los planes de reconstrucción de España y de la UE”, han comentado desde el Ministerio de Ciencia e Innovación.
“Sin embargo, la crisis también ha hecho aflorar la insuficiencia del sistema de ciencia e innovación en sectores estratégicos determinantes y la necesidad de desarrollar un modelo de investigación paneuropeo abierto y sólido”, han continuado.
En estas circunstancias, la Estrategia se ha planteado en dos fases. La primera de ellas, prolongada hasta el 2023, ha sido enfocada a garantizar las fortalezas del sistema, reforzando la programación actual, las infraestructuras y los recursos humanos que se beneficiarán del diseño de una carrera investigadora bien definida, que permita el necesario recambio generacional.
En esta fase “será esencial” apoyar, de forma clara y contundente, la I+D+I en el ámbito sanitario, así como la inversión en transición ecológica y digitalización, partiendo de la ciencia de excelencia, mediante programas específicos, acciones estratégicas en los sectores prioritarios, y grandes proyectos tractores, que permitan afrontar los retos sociales, económicos, industriales y medioambientales, necesarios para alcanzar un bienestar sostenible y un crecimiento inclusivo en nuestro país.
La segunda fase, que finalizará en el 2027, y previa evaluación de la primera fase, permitirá situar a la I+D+I entre los pilares fundamentales de nuestro Estado y consolidar su valor como herramienta para el desarrollo de una economía basada en el conocimiento.
Sinergias con Europa
Con el fin de facilitar la articulación de la política nacional de I+D+I con las políticas de la Unión Europea, especialmente con el programa marco de investigación e innovación, Horizonte Europa (2021-2027), la Estrategia se ha elaborado para cambiar su marco temporal de ocho a siete años, como se planteó en un principio.
Además, la Estrategia tendrá en consideración las recomendaciones del Consejo Europeo sobre el Programa de Estabilidad 2019 y 2020 de España, que coincide con la toma de medidas (en los años 2020 y 2021) para mejorar la eficacia de las políticas de apoyo a la I+D+I, centrar la política económica de inversión en el fomento de la innovación y de la transición ecológica y digital, así como, de forma general, impulsar la investigación y la innovación a través de sus instrumentos de planificación.
Por otro lado, y en línea con Horizonte Europa, la Estrategia defenderá la inclusión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas entre las prioridades y objetivos de I+D+I, que serán clave en el direccionamiento estratégico de los planes y programas de financiación estatal y regional.
