Un equipo de científicos ha logrado demostrar la formación de agua en el satélite terrestre gracias a unos experimentos realizados en laboratorio en los que se han probado las sinergias entre los protones de hidrógeno del viento solar, los minerales lunares y los impactos de micrometeoritos



El agua es la base de la vida. Gracias a ella, los seres vivos proliferan y se desarrollan. Por ello, numerosos científicos y entidades concentran sus esfuerzos en buscarla en otros planetas. Marte es uno de los principales focos de esa búsqueda, aunque no es el único: en Plutón recientemente encontraron evidencias de agua líquida debajo de su superficie, y, ahora, la Luna es la protagonista.
Así lo ha reflejado un reciente estudio interdisciplinario, encabezado por científicos de la Universidad de Hawái, que se ha encargado de aportar pruebas químicas, físicas y materiales de la existencia de agua en el satélite terrestre.
En él, los expertos han plasmado la existencia de este líquido gracias a diversas pruebas en laboratorios en los que han probado la sinergia entre los protones de hidrógeno del viento solar (recreados a través de la irradiación de iones deuterio), los minerales lunares y los impactos de micrometeoritos.
«La evidencia observacional recopilada en las últimas dos décadas apoya la existencia de agua en la Luna. Sin embargo, las fuentes y los procesos químicos y / o físicos responsables de la producción del agua lunar son aún desconocidos, hasta ahora», informa el estudio
Para el científico Ralf I. Kaiser, uno de los autores de la investigación, este hecho “nos sugirió que, si se encontraba otra fuente de energía, podría desencadenar la formación de agua dentro de los minerales de la Luna, seguida una liberación como un gas que se puede detectar”.
Así pues, los científicos repitieron el experimento, esta vez aplicando el calor de un láser que recreaba los efectos térmicos de los impactos de micrometeoritos. El resultado fue que observaron ráfagas de iones con relaciones de masa que coincidían con la del agua pesada individualmente ionizada en la fase gaseosa.
“Se continuó produciendo agua durante los pulsos del láser después de que la temperatura aumentara, lo que sugiere que el olivino (un mineral presente en la luna) estaba almacenando los precursores del agua pesada que se liberó por calentamiento con láser”, ha destacado Cheng Zhu.
Según Jeffrey Gillis-Davis, otro de los autores de este estudio, “estos resultados nos han ayudado en aumentar nuestra comprensión sobre el origen del agua detectada en la Luna y otros cuerpos sin aire en nuestro sistema solar, como el mercurio y los asteroides, y proporciona, por primera vez, un mecanismo científicamente sólido y probado de formación de agua”.
Este experimento, a su vez, ha complementado los resultados de uno de los estudios llevados a cabo por la NASA el Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory, en el que observaron que varias lluvias de meteoroides sucedidas en el 2014 hicieron expulsar vapor de agua a la atmósfera de la Luna.
El descubrimiento de agua en la Luna no es algo reciente, sino que hay que remontarse varios años atrás para ver los primeros experimentos que demostraron con más o menos certeza la presencia de este líquido en el satélite terrestre.
En concreto, hay que retroceder al 2009, año en el que el impacto generado por la parte superior del LCROSS (Lunar CRater Observation and Sensing Satellite) en una región del cráter de Cabeus, a 100 kilómetros del polo sur de la Luna, mostró las primeras evidencias de la presencia de agua allí.
