Inspirados en el proceso de la fotosíntesis de las plantas, un grupo de científicos ha logrado crear un artefacto capaz de crear combustible a partir de la luz solar y del dióxido de carbono. A pesar del hallazgo, estos científicos no han sido los primeros en lanzarse a la aventura de crear materiales por esta vía



El proceso de la fotosíntesis se presenta como uno de los mejores aliados de la humanidad para vencer a la crisis climática. Gracias a él, el dióxido de carbono de la atmósfera se transforma en oxígeno a través de un proceso que muchos científicos han tratado de copiar, ya no solo para obtener el aire que respiramos, sino otros elementos.
Es el caso de Yimin Wu, profesor de ingeniería en la Universidad de Waterloo, que ha logrado crear recientemente una hoja artificial capaz de generar combustible, utilizando como elemento base dióxido de carbono.
Una reacción química de una hora de duración crea el polvo rojo necesario para desarrollar esta tecnología
La clave para lograr este proceso reside en el óxido cuproso, un polvo de color rojizo diseñado químicamente para tener tantas partículas de ocho lados como sea posible y que, además, es bastante barato.
Para crear este polvo, el grupo de científicos dio origen a una reacción química a través de glucosa, acetato de cobre, hidróxido de sodio, dodecil sulfato de sodio y agua calentada a una temperatura específica.
Una vez obtenido este polvo, este material sirve entonces como catalizador, o disparador, para otra reacción química que se origina al mezclar esta nueva sustancia con agua, dióxido de carbono y luz solar.


La reacción produce oxígeno, como en la fotosíntesis, al tiempo que convierte el dióxido de carbono en la solución de agua en polvo en metanol. El metanol se recoge después por evaporación, ya que su punto de ebullición es más bajo que el agua.
Los próximos pasos en la investigación incluyen aumentar el rendimiento de metanol y comercializar el proceso patentado para convertir el dióxido de carbono recolectado de las principales fuentes de gases de efecto invernadero, como plantas de energía o los vehículos.
«Estoy extremadamente entusiasmado con el potencial de este descubrimiento para cambiar la batalla contra el cambio climático. Nos enfrentamos a un problema urgente y podemos ayudar a reducir las emisiones de CO2 y al mismo tiempo crear un combustible alternativo», ha afirmado Yimin Wu.
No han sido los únicos


Además de Yimin Wu y equipo, otros científicos se han atrevido antes que ellos a utilizar el poder de la fotosíntesis para crear materiales, como los expertos de la Universidad de Cambridge, que han logrado fabricar un aparato más complejo que, a diferencia del de Yimin Wu y su equipo, es capaz de crear más materiales, así como combustible.
Se trata de Syngas, un artefacto elaborado a través de una mezcla de hidrógeno y monóxido de carbono que, gracias al poder del agua y de sus potentes receptores solares, es capaz de funcionar hasta en los días más nublados.
