Un reciente estudio ha analizado unos dientes pequeños de megalodón encontrados en el noreste de España y ha llegado a la conclusión que las aguas de la región pudieron ser importantes zonas de cría y crecimiento de estos animales. Este trabajo abre la puerta a teorías sobre la posible extinción de estos tiburones



El megalodón, catalogado como el tiburón más grande conocido, fue un temible depredador cuya mordedura era cinco veces más fuerte que la del actual tiburón blanco. Sin embargo, su supervivencia no solo se basó en su fuerza bruta, sino también en su ingenio a la hora de traer al mundo a más ejemplares de su especie.
De acuerdo con un estudio del Instituto Cavanilles de la Universidad de Valencia, el megalodón podría haber establecido zonas de crías en algunas playas del mundo, como las de Tarragona. De hecho, se cree que la dependencia que tenían hacia ellas podría haber sido una de las principales causas de su extinción.


Para poder llegar a esta conclusión, los científicos analizaron una colección de dientes pequeños de megalodón encontrados en los últimos 20 años en el noreste de España y que ahora se encuentran custodiados en el Museu del Cau del Tauró, en L’Arboç, en Tarragona.
Según la información aportada en el trabajo, los dientes pertenecían a tiburones de 2,6 metros de longitud, seis veces menores que el tamaño de un megalodón adulto, que solía rondar los 15 metros.
Para los científicos, el ambiente de poca profundidad donde se hallaron habría sido una bahía de aguas cálidas que los individuos de megalodón habrían utilizado como zona de cría y crecimiento para sus individuos juveniles, en un ambiente protegido y rico en recursos alimentarios.
En este ambiente de poca profundidad se hallarían otros tiburones como Hemipristis serra o Carcharodon hastalis y especies que podrían haber formado parte de la dieta del megalodón, como por ejemplo mamíferos marinos.
Panamá y Tarragona, dos zonas de cría
Hace 10 años, un equipo de investigadores dirigidos por Catalina Pimiento, paleobióloga de la Universidad de Swansea, descubrieron restos de dientes similares frente a las costas de Panamá. En aquel momento, sugirieron que los tiburones más pequeños de esta especie podrían haber vivido allí, pero no tenían pruebas de que existiesen más zonas similares en el mundo.
Gracias al descubrimiento de Tarragona, se han podido comparar los dientes de Panamá y de otras zonas similares descubiertas posteriormente para esclarecer si realmente estas regiones se trataban de zonas de cría.
Algunos científicos advierten que aún se necesitan más investigaciones al respecto para llegar a conclusiones más certeras. Sin embargo, este trabajo abre la puerta al estudio de las posibles causas de su extinción, debido a la desaparición de muchas zonas costeras de baja profundidad, que habrían podido ser zonas de cría, durante el Plioceno, cuando la bajada del nivel del mar eliminó muchos de estos ambientes.
Trabajos futuros se centrarán en estudiar más en profundidad esta posible relación entre su compleja estrategia reproductiva y cambios climáticos como factores de la extinción del megalodón.