La vida microbiana en Marte podría trasladarse a través del planeta en partículas de polvo transportadas por el viento, según un estudio realizado en el desierto de Atacama, en el norte de Chile, un conocido análogo del planeta rojo por sus condiciones extremas



El desierto chileno de Atacama, el lugar más árido de la tierra, con suelos altamente salinos y oxidados y una radiación ultravioleta extremadamente alta, es escenario de numerosos estudios para intentar comprender la vida en el planeta Marte.
Recientemente, un equipo liderado por el científico Armando Azua-Bustos ha investigado si la vida microbiana podría moverse a través del desierto de Atacama usando partículas de polvo impulsadas por el viento. Además buscaron determinar dónde se originan estos microorganismos, lo que puede tener implicaciones para la vida microbiana en ambientes extremos.
Las conclusiones del estudio han sido publicadas en Scientific Reports de la revista Nature.
Los autores recolectaron 23 especies bacterianas y ocho fúngicas de tres lugares distintos en dos regiones del Atacama que atraviesan su núcleo hiperárido. Solo tres de las especies fueron compartidas entre las muestras, lo que sugiere que existen diferentes ecosistemas en el aire en diferentes partes del desierto. Las especies bacterianas y fúngicas identificadas a partir de las muestras incluyeron el Oceanobacillus oncorhynchi, una bacteria descrita por primera vez en ambientes acuáticos, y Bacillus simplex, que se origina en plantas. Estos hallazgos indican que los microbios pueden llegar al núcleo hiperárido del Océano Pacífico y la cordillera costera del desierto.
Los autores encontraron que las células microbianas recolectadas durante la mañana tendían a provenir de áreas cercanas, mientras que por la tarde, el viento transportaba aerosoles marinos y vida microbiana en partículas de polvo desde lugares remotos. Este hallazgo sugiere que la vida microbiana es capaz de moverse eficientemente a través del desierto más seco e irradiado en la Tierra. La vida microbiana potencial en Marte podría extenderse de manera similar, especulan los autores.
