La ciencia, que tiene cada vez más peso en las aspiraciones de la ciudadanía europea, contará en España con un presupuesto histórico, un 60% mayor que el año pasado, gracias a 72.000 millones de euros provenientes de fondos comunitarios



Una nueva encuesta del Eurobarómetro sobre «Conocimientos y actitudes de los ciudadanos europeos respecto a la ciencia y la tecnología» muestra que nueve de cada diez ciudadanos de la UE (86%) estiman que la influencia general de la ciencia y la tecnología es positiva. Esta encuesta es la más amplia hasta la fecha sobre ciencia y tecnología en cuanto al número de participantes y de países estudiados.
Los participantes consideran que una serie de tecnologías actualmente en fase de desarrollo tendrán un efecto positivo en nuestro modo de vida en los próximos veinte años: en particular, la energía solar (92%), las vacunas y la lucha contra las enfermedades infecciosas (86%), y la inteligencia artificial (61%).
Además, los resultados revelan un elevado nivel de interés por la ciencia y la tecnología (82%). Los ciudadanos de la UE tienen una visión positiva de los científicos y de las características que los definen, como la inteligencia (89%), la fiabilidad (68%) y el carácter colaborador (66%). Más de dos tercios (68%) consideran que los científicos deberían intervenir en los debates políticos para garantizar que en las decisiones se tengan en cuenta las pruebas científicas y también una gran mayoría (78%) piensa que los países deberían invertir más en esta materia.
Será el caso de España que, gracias a los 72.000 millones de euros de los fondos europeos, dispone de «un presupuesto histórico», un 60% superior al del año pasado, según ha anunciado la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, en su primera comparecencia ante la Comisión de Ciencia del Congreso de los Diputados.
Se trata de una «clarísima apuesta del Gobierno por la transformación del país a través de la ciencia y la innovación. Y les anuncio que el próximo presupuesto de este Ministerio será aún mayor», ha dicho Morant.


La ministra ha subrayado que lo «prioritario» es apostar por el talento y subsanar más de una década de «fuga de cerebros constante», que tuvieron que marcharse «porque su país les dio la espalda o porque solo encontraban trabajo muy mal pagado».
Para ello, el Ministerio está mejorando la situación de los doctorandos que están haciendo su tesis, aumentará un 80% el número de contratos del programa Juan de la Cierva para jóvenes doctores, subirá sus salarios un 14%, y les facilitará el intercambio con otros centros de investigación punteros del mundo.
Además, el Ministerio aumentará los contratos del programa Juan de la Cierva, que pasará de 278 a 400 contratos postdoctorales y subirá el salario un 21%, y reforzará el programa Ramón y Cajal, «nuestro buque insignia de captación de talento», unas medidas que permitirán la contratación de más de 2.500 doctores en los próximos tres años.
En paralelo, convocará los Premios Nacionales de Investigación para jóvenes, que ayudarán a visibilizar unas carreras científicas brillantes y a dotarlas de financiación inicial extra.
Más científicos en las empresas
Morant recordó que España está 12 puntos por debajo de la media europea en personal de I+D en las empresas, y para acabar con esta situación ha avanzado que el Ministerio financiará con 150 millones de euros la contratación de doctores en las empresas, reforzará el programa Torres Quevedo elevando un 26% el salario de estos doctores, y dará 100.000 euros adicionales a las compañías que contraten a un doctor.
Todas estas medidas, ha subrayado, acompañarán a la mayor oferta pública de empleo en el sector científico de los últimos 15 años, con 1.083 plazas para personal investigador, técnico y de gestión de la I+D+i.
Se ha referido también a las mujeres científicas, con las que el mundo «está en deuda» y ha anunciado que pondrá en marcha un programa de mentorazgo para jóvenes investigadoras y financiará proyectos de innovación empresarial liderados por mujeres, entre otras medidas.
Los miembros de la Comisión coincidieron en la trascendencia del Pacto por la Ciencia para dotar de estabilidad al sistema y de la modificación de la Ley de Ciencia para mejorar la carrera investigadora, reducir la burocracia, conseguir una mayor colaboración público-privada, disminuir la precariedad laboral de los investigadores y retener el talento en España.
