Este barco del CSIC realizará labores de apoyo logístico a las Bases Antárticas Españolas Juan Carlos I y Gabriel de Castilla, lo que incluye la movilización del personal investigador y el material necesario para el desarrollo de los proyectos previstos



Ni el coronavirus puede con la investigación polar española. El buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha zarpado este lunes de Chile en dirección a la Antártida para iniciar su participación en la XXXIV Campaña Antártica Española. Hasta finales de febrero, el buque realizará labores de apoyo logístico a las Bases Antárticas Españolas Juan Carlos I y Gabriel de Castilla, lo que supone gestionar la apertura y cierre de las bases mediante la movilización del personal investigador y el material necesario para el desarrollo de los proyectos de investigación previstos.
«Después de la obligada parada de actividad impuesta por los condicionantes de la pandemia de la covid-19, y de haber completado con éxito su periodo de mantenimiento y puesta a punto en los astilleros de Vigo, el buque ha mantenido una actividad ininterrumpida desde verano del año pasado”, explica Jordi Sorribas, director de la Unidad de Tecnología Marina (UTM) del CSIC. Además, añade que “el buen hacer de los profesionales del sector naval en su puerto base ha permitido que el buque esté en perfecto estado operativo y cumpliendo con el calendario de actividad previsto, a pesar de las dificultades añadidas por la pandemia”.
Eso sí, el Sarmiento de Gamboa será el único navío español que realice las actividades de apoyo a las bases antárticas, en ausencia, debido a un brote de covid-19, del buque de la Armada Española Hespérides, cuya participación estaba prevista para febrero.
En cualquier caso, en las dos bases españolas está previsto poner en marcha cuatro proyectos científicos, centrados en la interacción termomecánica entre los glaciares y el océano, el papel de los pingüinos en los ciclos biogeoquímicos de los metales traza, la evolución de volátiles bajo el volcán de Isla Decepción y la caracterización de aerosoles atmosféricos en la Antártida.
La actividad investigadora de esta campaña se complementará con la toma de muestras y el análisis de cuatro series temporales de datos geofísicos y ambientales que se llevan a cabo en las bases desde hace décadas.
Las bases antárticas españolas Juan Carlos I y Gabriel de Castilla estarán abiertas alrededor de 32 días y acogerán a 32 personas, entre personal científico y técnico. “Será una campaña muy condicionada y reducida por los efectos de la pandemia mundial, que obliga a observar unas muy estrictas medidas de prevención para acceder a las instalaciones polares, siendo este año más corta de lo habitual y con menor participación de personal”, apunta Sorribas.


Una investigación con historia
Tanto la base Juan Carlos I como el buque Sarmiento de Gamboa son infraestructuras gestionadas íntegramente por el CSIC. El Sarmiento de Gamboa tiene más de una década de trayectoria. Cuenta con las tecnologías más avanzadas en cuanto a sistemas de navegación y es el primer buque oceanográfico español que puede trabajar con vehículos operados de forma remota (ROV) en altas profundidades y con vehículos submarinos autónomos (AUV). Es el primer navío español en ser certificado bajo el Código Polar de la Organización Marítima Internacional.
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La base Juan Carlos I fue instalada en la Isla Livingston en 1988. En 2019 fue reformada con la construcción de nuevas instalaciones que han permitido duplicar su capacidad, hasta las 51 personas, y aumentar el espacio para el personal científico y técnico en los laboratorios. Dispone de un sistema de cogeneración de energía que utiliza todos los gases de combustión de los generadores para calentar aire y agua, proporcionando el calor y las necesidades de agua caliente de la base con mínimo consumo de combustible.
El CSIC también participa en la campaña antártica en uno de los proyectos de investigación con científicos del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN). Por último, el Observatorio del Ebro, centro mixto entre la Universitat Ramon Llull y el CSIC, continuará con la gestión del observatorio geofísico de la Isla Livingston, emplazado en la base Juan Carlos I, en colaboración con la UTM.
De hecho, la Campaña Antártica Española constituye un modelo de cooperación entre diferentes instituciones públicas y privadas al servicio de la I+D+I, en el marco del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación. El Ministerio de Ciencia e Innovación financia la operación y mantenimiento de los buques Hespérides y Sarmiento de Gamboa y los gastos asociados a la logística general de la campaña, y colabora en los gastos de las bases antárticas españolas Gabriel de Castilla y Juan Carlos I.
Por su parte, la Agencia Estatal de Investigación financia la mayoría de los proyectos de investigación. A través del Comité Polar Español se coordinan las actividades que los diferentes organismos desarrollan durante las campañas.
