La investigación climatológica ha vivido una auténtica revolución. El territorio se ha consolidado como una pieza clave en materia de clima, calentamiento global y sus riesgos asociados. Javier Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional, ha vivido el cambio de los estudios más generalistas e internacionales a estar al frente de unas investigaciones cada vez más concretas.



En apenas una década la investigación climatológica en España ha vivido una auténtica revolución. El territorio ha pasado de realizar algunas modificaciones conceptuales, donde se incorporaban algunas aproximaciones teóricas, a consolidarse como una pieza clave en materia de cambio climático y sus riesgos asociados. Javier Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante ha vivido el cambio de los estudios más generalistas e internacionales a estar al frente de unas investigaciones cada vez más concretas, acotando el terreno donde se producen.
Entre sus trabajos más destacados se encuentra los efectos del cambio climático y sus riesgos en el Litoral Mediterráneo. Un territorio que ha manifestado un calentamiento en las últimas décadas y que ha condicionado el funcionamiento de los elementos climáticos más protagonistas de la zona: las temperaturas y las precipitaciones. Una evidencia cada vez mayor, según apunta Olcina, que se puede apreciar en los cambios estacionales de las precipitaciones, la intensidad de estos chubascos y el incremento de las temperaturas, en especial durante las noches.
Se trata de un campo donde aún queda mucho que aportar e investigar. Por ejemplo se puede delimitar y desarrollar modelos de comportamiento climáticos que puedan determinar políticas ambientales más concretas. Además, los continuos avances tecnológicos permiten obtener una información más precisa que ayudarán a comprender el comportamiento evolutivo climatológico en determinados espacios geográficos y facilitarán la toma de decisiones al respecto. Y no hay que olvidar la relación entre el agua y la atmósfera. Cada vez más se están registrando en el litoral temporales y aumento de noches tropicales donde no solo afectan a las temperaturas, sino también a la subida del nivel del mar y por tanto sus consecuencias en la costa.
La acumulación de población y las actividades en los núcleos urbanos costeros y sus entornos exige resultados detallados donde se demandan estudios, pronósticos con más detalle y soluciones. Según Javier Olcina “No se puede entender el análisis del clima disociado del resto de elementos del medio natural y de su relación con los seres vivos y, en particular, con el ser humano, con sus actividades, con su forma de ocupar el territorio y con su propio bienestar y salud”.