Un nuevo estudio ha demostrado que el asfalto también es una fuente importante de contaminantes del aire en las áreas urbanas, especialmente en los días calurosos y soleados de verano, cuando algunas de sus partículas se descomponen con facilidad



El asfalto es una sustancia casi ubicua, ya que se encuentra en carreteras, techos, calles y entradas de garaje. Sin embargo, sus emisiones químicas son bastante desconocidas y por eso rara vez figuran en los planes de gestión de la calidad del aire urbano. Ahora, un nuevo estudio demuestra que el asfalto también es una fuente importante de contaminantes del aire en las áreas urbanas, especialmente en los días calurosos y soleados.
Los investigadores de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, han observado que los asfaltos comunes de carreteras y techos producen mezclas complejas de compuestos orgánicos, incluidos contaminantes peligrosos, en un rango de temperatura y condiciones solares típicas. Los resultados del trabajo del laboratorio de Drew Gentner, profesor asociado de ingeniería química y ambiental, se publican en la revista Science Advances.
Décadas de investigación y regulaciones de las emisiones de los vehículos de motor y otras fuentes relacionadas con la combustión han dado como resultado una mejor calidad del aire urbano. Pero estudios recientes muestran que, aunque algunos de esos esfuerzos han tenido éxito, el balance final es mixto porque numerosas fuentes no relacionadas con la combustión se han convertido en importantes contribuyentes de la polución urbana.
Entre ellas, está el asfalto: los investigadores comprobaron, tras recoger asfalto fresco y calentarlo a diferentes temperaturas, que este material emite una gran cantidad de mezclas diversas de compuestos orgánicos contaminantes al aire. Aunque después de un tiempo, las emisiones del asfalto con las temperaturas de verano se acaban reduciendo, sí que persistieron a un ritmo constante, lo que sugiere que hay emisiones continuas a largo plazo del asfalto en las condiciones del mundo real.
Principalmente, el asfalto emite aerosoles orgánicos secundarios (AOS), unos importantes contribuyentes a la contaminación del aire y la polución urbana que consisten en partículas de menos de 2.5 micrómetros de diámetro que tienen efectos significativos en la salud pública.
Contaminación por el efecto del sol
Los investigadores también examinaron lo que sucede cuando el asfalto está expuesto a una radiación solar moderada y vieron un aumento significativo en las emisiones, hasta un 300% para el asfalto de carreteras, lo que demuestra que la radiación solar, y no solo la temperatura, puede aumentar las emisiones. «Eso es importante desde la perspectiva de la calidad del aire, especialmente en condiciones de verano calurosas y soleadas», advierte Gentner.
Las superficies pavimentadas y los techos constituyen aproximadamente el 45% y el 20% de las superficies en las ciudades estadounidenses, respectivamente. Los investigadores calcularon las posibles emisiones totales y la formación de contaminación derivada del asfalto en Los Ángeles, una ciudad clave para los estudios de casos de calidad del aire urbano.
Debido a los tipos de compuestos que emite el asfalto, la contaminación que produce es comparable a las emisiones de los vehículos de motor en Los Ángeles, sobre todo en lo que respecta a los AOS. Esto implica que encontrar formas de hacer que las carreteras sean más respetuosas con el medio ambiente puede ser tan importante como hacer lo mismo con los automóviles y camiones para avanzar en la movilidad sostenible.
Sin embargo, Gentner señala que el efecto de las emisiones de asfalto en la formación de ozono fue mínimo en comparación con el de los vehículos de motor y los productos químicos volátiles en los productos de limpieza y cuidado personal, otra fuente emergente clave de emisiones orgánicas reactivas que produce grandes cantidades de AOS en áreas urbanas. Es decir, el asfalto es solo una pieza en el rompecabezas de los AOS urbanos, aunque muy importante, por lo que urge pensar cuanto antes en soluciones.
