El Ayuntamiento de Madrid ha lanzado el concurso internacional de ideas para construir el Bosque Metropolitano, un proyecto a diez años que pretende crear una enorme infraestructura verde de 75 kilómetros de longitud y 450.000 árboles alrededor de la capital



Las infraestructuras verdes son una de las grandes herramientas de las que dispone el ser humano para intentar mitigar en la medida de lo posible los impactos del cambio climático. Desarrollar amplias extensiones de bosque, prado o simples suelos naturales son una forma de apoyarse en la naturaleza para generar ventajas ecológicas, económicas y sociales, que van desde el control de inundaciones a la mejora de la calidad del aire. Por eso las grandes ciudades, que son uno de los espacios más vulnerables a los efectos del calentamiento global, plantean cada vez más infraestructuras de este tipo. Y, por supuesto, Madrid no se podía quedar atrás y acaba de lanzar su mayor proyecto de soluciones basadas en la naturaleza: el Bosque Metropolitano.
El pasado jueves, la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el delegado de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, han presentado en el Palacio de Cibeles un proceso con el que buscan talento internacional para crear la que han calificado de «mayor infraestructura verde de Europa». En total, serán más de 75 kilómetros de «anillo verde», que estará conformado por unos 450.000 árboles que rodearán la capital.
Este bosque, que forma parte ya de los Acuerdos de la Villa para el Madrid postcovid impulsado por el Gobierno de José Luís Martinez Almeida, se diseñará en cinco lotes y un jurado internacional elegirá los mejores diseños. Los interesados tienen tres meses de plazo para presentar ideas en un concurso que fue publicado en el Boletín Oficial de la Unión Europea el pasado 6 de julio y tiene un presupuesto de 3,6 millones de euros, de los cuales 200.000 han sido aportados por empresas madrileñas.
Villacís ha señalado que el Bosque Metropolitano será «la mayor infraestructura verde en la próxima década en Europa», que hará que el Madrid del futuro sea «sostenible», algo clave para la salud de los madrileños pero también para el reequilibrio territorial. Además, la alcaldía asegura que este proyecto contribuirá a paliar la desertización que vive ya la capital, donde el calor es mayor en el sur. Las plantaciones comenzarán en otoño en el cerro Almodóvar y serán de especies autóctonas como encinas, pinos, álamos o madroños.
Según ha adelantado ya el ayuntamiento, el jurado valorará aquellas propuestas que primen los criterios ambientales de biodiversidad, la reducción de la isla de calor, la gestión sostenible del agua. Además, los proyectos presentados deberán tener una ejecución y mantenimiento de bajo coste y que promuevan valores educativos, entre otras muchas cuestiones.
Cinco planes distintos
El objetivo final es que el Bosque Metropolitano conecte montes naturales como los del Pardo y Valdelatas o parques urbanos de la talla de Valdebebas o el Juan Carlos I, sin olvidar la conexión con la operación Campamento y los desarrollos del sureste. Sin embargo, el proyecto se divide en cinco lotes que se están repartidos según criterios de continuidad geográfica, y aunque los candidatos pueden presentar varias ofertas, a un mismo licitador no se le podrá adjudicar más de un lote.
En el lote 1 se incluye la corona noroeste bajo el epígrafe Entre montes naturales, con el objetivo de conectar de espacios de importante valor ambiental como son los montes del Pardo, Valdelatas y Casa de Campo, apoyándose en la continuidad del eje fluvial del río Manzanares y los parajes de Valdegrulla y Valverde. Por otro lado, el lote 2 se encargará del área noreste de Madrid. En Uniendo parques urbanos, la finalidad es lograr la conectividad ambiental del conjunto de parques urbanos y dotaciones presentes en este entorno: Arroyo y parque de Valdebebebas, recintos feriales, Nueva Centralidad del Este, parque de cuña de O’Donnell y cerro Almodóvar, donde se sitúa el kilómetro cero del anillo verde.


El lote 3 es El anillo verde del sureste, que incluirá zonas verdes en los nuevos desarrollos de los Cerros, Cañaveral, Ahijones, Berrocales, Ensanche de Vallecas y Valdecarros, un proyecto que contará con financiación de la Junta de Compensación. Al sur, el lote 4 unirá los parques fluviales, conectando el entorno del río Manzanares y el arroyo de la Gavia e integrando zonas verdes en Entrevías, La Atalayuela, Mercamadrid y Butarque. Por último, la corona suroeste se desarrollará en el lote 5, que busca la «integración del sistema metropolitano suroeste (Getafe, Leganés, Alcorcón) con la Casa de Campo».
El Ayuntamiento de Madrid es consciente de que es necesario actuar para dar solución a la situación actual de crisis climática y del papel que en este sentido juegan las infraestructuras verdes como reguladoras del clima, de la contaminación y de la biodiversidad, así como de los numerosos beneficios que tienen para la población. Además, este tipo de infraestructuras aparecen como una de las prioridades de futuro en los pactos que han firmado todas las fuerzas con representación en el consistorio de la capital para reconstruir la ciudad tras el coronavirus.
Por tanto, no es de extrañar que el gran proyecto del Bosque Metropolitano se alinee con estos objetivos. “Es el mejor ejemplo de nuestras prioridades en política urbanística, que nos fijamos al principio del mandato e incluimos en la estrategia 360º, para lograr una ciudad más vivible, más sostenible y más próspera”, han señalado Villacís y Fuentes.
