Un nuevo estudio que compara varias ciudades europeas asegura que las visitas a espacios verdes urbanos y rurales pueden tener un impacto positivo en las rutinas diarias



Caminar por la naturaleza se asocia desde hace tiempo con el bienestar. La mayor calidad del aire, el ejercicio físico que se desarrolla o la belleza de los parajes verdes son motivos más que suficientes para que el senderismo o el simple paseo por el parque sean sinónimos de calidad de vida. Ahora, un nuevo estudio proporciona mayor evidencia científica a esta presunción popular: las visitas a espacios verdes, como parques o bosques puede tener un impacto positivo en la salud tanto física como emocional.
La investigación del Instituto de Salud Global de Barcelona, un centro impulsado por el banco La Caixa, ha recogido muestras en cinco ciudades: Barcelona, Stoke-on-Trent (Reino Unido), Doetinchem (Países Bajos) y Kaunas (Lituania). El objetivo: estudiar la relación entre exposición al aire libre y salud de la población.
Para el estudio, publicado en Environmental International, los expertos han tenido en cuenta diferentes parámetros: la cantidad y la calidad de los espacios verdes, y la experiencia y el uso que se hace de ellos. “Muchos estudios previos se centraban en medidas cuantitativas de las áreas verdes como la cantidad de vegetación, o la distancia hasta la residencia, pero no tenían en cuenta la calidad de estas áreas ni qué actividades se desarrollan en ellas”, comenta Mark Nieuwenhuijsen, líder de estudio.
“Nuestra investigación muestra que el desarrollo de actividad física y los paseos caminando o en bici no aumentan únicamente por la presencia de entornos verdes”, asegura Nieuwenhuijsen. “El hecho de percibir más verdor, pasar más tiempo en estas áreas y considerarlas importantes para las actividades relacionadas con la salud se ha asociado con más minutos de actividad física”, explica el autor.
De igual manera, las puntuaciones altas para la calidad del paisaje urbano, el verdor percibido, la satisfacción con los espacios y la importancia que se le otorga respecto al hecho de desarrollar actividades relacionadas con la salud se asociaron también con una frecuencia mayor de contactos sociales con los vecinos.
Ayuda a la salud mental
La investigación también se ha centrado en el aspecto emocional de las visitas a la naturaleza. 370 personas voluntarias recibieron unos dispositivos móviles con los que se realizaba un seguimiento de su estado emocional durante una semana, al mismo tiempo que controlaban si estaban visitando espacios urbanos naturales.
“Existe una relación positiva entre el estado de ánimo y la visita a los espacios verdes”, comenta Michelle Kondo, primera autora del estudio. “Sin embargo, esta relación varía en función de la edad, el género y la ciudad de residencia”, añade. De hecho, el efecto beneficioso de los espacios verdes sobre la salud mental se ha visto especialmente notable en los hombres.
De acuerdo con los resultados, entre las cuatro ciudades estudiadas, Barcelona es la que posee menos verdor: solo el 49,3% de los participantes de Barcelona posee un espacio verde a menos de 300 metros de su hogar, en comparación con el 99,9% de los participantes de Doetinchem.
“Esta investigación pone de manifiesto la importancia que tienen el uso y la calidad de los espacios verdes para que los ciudadanos realicen actividad física, participen en encuentros sociales y mejoren su bienestar emocional”, concluye Nieuwenhuijsen. Y añade, “es importante tener en cuenta estas experiencias para comprender qué motiva a las personas a visitar un espacio verde. Posibles iniciativas como involucrar la ciudadanía en el proceso de diseño de los parques, u organizar actividades en los entornos naturales urbanos podrían hacer que estos espacios sean aún más beneficiosos para la salud”.
