Santiago de Chile, una mancha de aceite con gran segregación social

Santiago de Chile, una mancha de aceite con gran segregación social

Santiago de Chile, una mancha de aceite con gran segregación social

Hace su debut en El Ágora el arquitecto, urbanista, crítico, analista y divulgador Federico Sánchez, un personaje bien conocido de la radio y la televisión chilenas. Desde el año 2009 conduce el programa de televisión City Tour, donde explica asuntos relacionados con la ciudad y la cultura con un tono ameno y personal. Es el mismo estilo con el que explica el pasado y futuro de la capital chilena en este vídeo con el que arranca una colaboración regular con nuestro diario


El Ágora
Madrid | 3 julio, 2020


En su vídeo, especialmente producido para El Ágora, el arquitecto y urbanista chileno Federico Sánchez define los valores esenciales de la ciudad. Esta «expresa la voluntad de vivir junto a otros, de convivir, de habitar un lugar de intercambio y de interacción cultural, social y económica«, afirma.

 

Estos ideales, acordes con el concepto de polis griega y de ciudad construida a escala humana, son los que caracterizaron las urbes del mundo durante largos siglos. Fue así también para Santiago de Chile, que en los primeros 500 años transcurridos desde su fundación se mantuvo en unos límites espaciales muy definidos que la hacían manejable, explica el conocido urbanista chileno.

Sin embargo, la llegada del siglo XX transformó el sueño de la polis griega en la pesadilla de las macrourbes de millones de habitantes tomadas por las distancias siderales, el automóvil y la desconexión personal con el entorno. Llegamos a la paradoja de la soledad individual cuando se vive rodeado de millones de personas.

Federico Sánchez señala algunos hitos del crecimiento explosivo de Santiago de Chile, ciudad que hoy tiene unos siete millones de habitantes en su área metropolitana. Un primer impulso demográfico se dio hacia 1920, con la llegada de la emigración del campo, como ocurrió en muchos otros países del mundo debido a la industrialización.

Segregación social

Más tarde, en los años 60, comienza la ola de crecimiento definitiva que convierte a Santiago de Chile en una gran capital. A nivel de planificación urbana, el hito más importante, explica Federico Sánchez, ocurre en 1979. «Las políticas de libre mercado marcan la abolición del límite urbano y se liberaliza el suelo, afirma. De este modo, la ciudad «crece de una manera descontrolada e inorgánica y termina siendo una gran mancha de aceite».

Además, a partir de la década de los 80 tiene lugar un proceso masivo de reinstalación de personas que ocupaban viviendas improvisadas y que son realojadas en nuevos desarrollos en el sur. Esto desplaza a la masa trabajadora a larga distancia de sus puestos de trabajo y obliga a que muchos habitantes dediquen hasta cinco horas al día al transporte. Como dice Federico Sánchez, un cúmulo de circunstancias ha convertido a Santiago de Chile en «una de las ciudades más segregadas del mundo».

¿Qué futuro espera a las ciudades y a urbes como Santiago?, se pregunta el urbanista. El experto apuesta por la sostenibilidad y un empleo inteligente de las tecnologías al servicio del interés humano. En ese sentido, afirma: «Hoy más que nunca las ciudades deben considerarse ecosistemas biodiversos, donde el intercambio enriquezca a sus habitantes».

Respecto al futuro y la tecnología, añade: «La tecnología podría ayudar a recuperar los ideales de la ciudad a escala humana. Pero cuando hablamos de ciudad inteligente hablamos más que tecnología al servicio de algo operativo. Se trata de usar estas tecnologías para promover valores de convivencia que creíamos perdidos para siempre, usando por ejemplo aplicaciones que te den información necesaria para moverte a determinada hora y te ofrezcan más tiempo libre para socializar».



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