La joven activista sueca Greta Thunberg tiene apenas cuatro semanas para llegar desde Canadá a Madrid sin contaminar para participar en la Conferencia de las Partes de Naciones Unidas contra el cambio climático (COP25) que se celebrará en la capital de España del 2 al 13 de diciembre. Thunberg ha pedido ayuda para lograr un transporte sostenible que no deje huella de carbono y el Gobierno de España se ha ofrecido a ayudarla



Dos semanas a bordo de un velero carbono neutral y sostenible tardó Greta Thunberg en atravesar el Atlántico «en dirección contraria», según la propia activista a manifestado en redes sociales.
La renuncia el pasado jueves de Chile a albergar la celebración de la Conferencia de las Partes de Naciones Unidas contra el cambio climático (COP25), que estaba prevista en Santiago de Chile del 2 al 13 de diciembre, y su traslado a Madrid en las mismas fechas, ha puesto en un brete a la activista sueca Greta Thunberg que ha pedido ayuda para poder llegar a tiempo a España en un transporte sostenible y carbono neutral.
Todo un reto teniendo en cuenta que no viaja ni en avión ni en transatlántico por su alto nivel de contaminación. Un reto que España ha recogido y la propia ministra de Transición Ecológica Teresa Rivera se ha ofrecido a ayudarla.
Dear Greta, as we say in Spain: “échale huevos”. pic.twitter.com/Nz6iYgAjzM
— Floki Lothbrok (@LothbrokFloki) November 2, 2019
Las posibilidades de atravesar el atlántico en pleno mes de noviembre, al margen de los condicionantes del tipo de barco están comprometidas por el riesgo de sufrir las inclemencias meteorológicas de las potentes borrascas atlánticas propias de esta época del año.
De hecho, en el mes de agosto pasado cuando la activista sueca de 16 años, Greta Thunberg, decidió poner rumbo a Nueva York para acudir a la cumbre mundial de la ONU a favor del cambio climático lo hizo a bordo de un velero de competición (libre de emisiones de carbono) el Malizia II propiedad de la Familia Real de Mónaco.
«Cero emisiones» por mar
El Malizia II es un velero clase IMOCA 60. Es decir, es un monocasco de alta prestación diseñado para regatas. De hecho, este modelo en particular fue diseñado para competir en la edición 2016-2017 de la Vendée Globe, una carrera alrededor del mundo sin paradas.


Con un velamen que va de los 290 metros cuadrados a barlovento a los 490 metros cuadrados en sotavento, el Malizia II es capaz de velocidades máximas de 40 nudos (unos 74 km/h), sin embargo durante el trayecto de Thunberg desde Reino Unido a Nueva York no se sobrepasaron los 14 nudos y duró dos semanas.
Se trata de un buque de última tecnología que, además de no contaminar, también genera su propia energía si necesidad de usar combustibles fósiles, utilizando para ello paneles solares y turbinas subacuáticas.
Una de las alternativas para el viaje de vuelta de Greta al viejo continente por mar podría hacerse de nuevo a bordo del Mallizia II, aunque la salida para llegar a tiempo tendría que realizarse la semana próxima.
A la espera de que Greta acepte la ayuda del Ministerio de Transición Ecológica, su titular Teresa Rivera ha afirmado esta mañana que «Le hemos mandado un mensaje y no ha contestado. Seguramente esté valorando diferentes opciones y lo respetamos».
Además ha aclarado que desde el Gobierno, se le ha ofrecido ayuda. Se mantienen, por tanto, a la espera de que Thunberg la acepte o decida resolver su situación «por su cuenta», quizá en el Malizia II rumbo a Galicia o a Andalucía, pasando por Canarias que también se ha ofrecido a acogerla en su trayecto.
Dear Greta. Canary Islands are a bridge between America and Europe in the middle of the Atlantic Ocean. We are figthing against the climate change. If you wish,the @parcan would be honored to help you. We need to join forces.
— Gustavo Matos ?? (@matosgustavo) November 1, 2019
Por aire: a bordo de un avión solar
Por aire también habría posibilidades sostenibles, por ejemplo a bordo del avión Solar Impulse II que culminó en julio de 2016 una histórica vuelta al mundo propulsado únicamente con energía solar.


El propietario, el piloto suizo Bertrand Piccard subrayó en su día el hito que supone para la energía el hecho de haber culminado la vuelta al mundo con el Solar Impulse II. «Hay suficiente tecnología y soluciones, y no debemos aceptar un mundo contaminado: tenemos que ir más allá, el futuro es limpio«.
El avión solar necesitó 23 días completos de vuelo -558 horas y 6 minutos exactamente- para superar su periplo de 43.041 kilómetros de distancia.
En su aventura alrededor del planeta, Bertrand Piccard y André Borschberg han volado a bordo del Solar Impulse II sobre Asia, el océano Pacífico, Estados Unidos, el océano Atlántico, el Mediterráneo, el norte de África y Oriente Medio.
El Solar Impulse II, equipado con más de 17.000 células fotovoltaicas, está fabricado con fibra de carbono, pesa igual que un automóvil familiar vacío y se sustenta gracias a una envergadura alar mayor que la del Boeing 747. Su velocidad de travesía se sitúa entre 45 y 90 kilómetros por hora y alcanza una altura máxima de 8.500 metros.
En 2016 completó la ruta Nueva York- Sevilla en 71 horas y 8 minutos a 88 km/h. por lo que a priori esta sería la opción más rápida para llegar a Madrid antes del 2 diciembre a tiempo para participar en la COP25.
Por tierra, tren, bicicleta o coche eléctrico
El medio de transporte favorito para Greta Thunberg es el tren, y aunque menos rápido, de ponerse en marcha lo antes posible, el Transiberiano, que conecta Asia con Europa, podría ser una opción.


Para ello el primer tramo del viaje sería desde Nueva York hasta Alaska. Desde allí cruzaría el Estrecho de Bering en barco y desde allí en el mítico tren hasta Moscú.
En la capital rusa enlazaría con varios trenes más hasta llegar a España.
La bicicleta o el coche eléctrico serían opciones planteables pero impedirían a la joven activista llegar a tiempo de participar en la COP25 de Madrid para seguir tocando conciencias a los dirigentes mundiales a fin de lograr un mayor compromiso en una Conferencia Mundial frente al Cambio Climático crucial para evitar un impacto irreversible del clima en el planeta que dejaría de ser viable para las futuras generaciones, como la que representa Greta.