El bloqueo amenaza con truncar cualquier avance significativo en la COP25

El bloqueo amenaza con truncar cualquier avance significativo en la COP25

Las negociaciones sobre los mercados de carbono se estancan y la posibilidad de que la fase de Alto Nivel de la COP se extienda al fin de semana es real. Los grandes contaminantes descartan endurecer sus recortes de emisiones


Queda solo un día para que finalice la COP25 y los progresos en las negociaciones de la fase de Alto Nivel brillan por su ausencia. Aunque algunas delegaciones llevan desde el lunes intentando desbloquear la situación, el desarrollo del artículo 6 del Acuerdo de París, que regula los mercados de emisiones y que es el elemento clave de esta cumbre, sigue interrumpido y las conversaciones podrían alargarse hasta el sábado o el domingo. “No llevamos la velocidad adecuada”, ha reconocido la ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, presidenta de la cumbre.

Una mujer pasa delante de uno de los lemas del COP25, este Jueves en la Cumbre del Clima en Madrid. EFE/Juan Carlos Hidalgo

Además, y a pesar de las buenas intenciones de las declaraciones iniciales, el objetivo de “elevar la ambición” en los recortes de emisiones de carbono que voluntariamente tiene que proponer cada país tampoco está siendo cumplido. Este miércoles, la ONU anunció que sólo 16 países se han sumado a la coalición inicial de 68 estados que se comprometían a ir más allá en las reducciones de CO2. Aunque eso supone que países grandes como Reino Unido o Pakistán se sumen a los esfuerzos, ninguno de los cuatro principales contaminantes (China, EEUU, India y Rusia) ha dejado entender que se vaya a sumar a la causa. Entre ellos suman el 57% de las emisiones de dióxido de carbono globales.

En cuanto al desarrollo del conocido artículo 6, lo único que se sabe es que las posiciones están casi iguales que antes de comenzar esta COP. Esta regulación es fundamental para reducir las emisiones, ya que se trata de un sistema para que un país que emite de más pueda pagar a otro para que reduzca una cantidad de gases equivalente a través de proyectos de mitigación y adaptación. El proyecto se encuentra bloqueado porque hay  importantes desacuerdos sobre qué tipo de emisiones podrían venderse en este mercado e incluso qué países o empresas podrían acceder a él.

Compromisos previos

Otro punto que se está revelando problemático es el cumplimiento de los compromisos previos al Acuerdo de París, que incluye mecanismos de compensación como el Fondo Verde por el Clima y diferentes vías de financiación a los países en vías de desarrollo más afectados por la cuestión climática. Los ministros de China, India, Brasil y Sudáfrica han asegurado en una declaración conjunta que “ha habido una falta de progreso en la Agenda anterior a 2020”.

Es un aviso: sin el compromiso de los países desarrollados para proveer apoyo a los estados más vulnerables, no se podrá avanzar en los compromisos de París. Y algunos de los negociadores están poniendo palos en las ruedas a esta idea. Según apunta AFP, Estados Unidos está obstaculizando cualquier progreso en esta materia al hacer demandas que “sabe muy bien que las naciones en desarrollo no pueden aceptar”, como sacar las provisiones de compensación de pérdidas y daños del Acuerdo de París, del que se está retirando. Su objetivo: eximir de responsabilidad a los países más ricos en el financiamiento de la lucha de los países más pobres por los impactos climáticos.

También hay un punto de fricción en torno a Australia, que planea usar créditos de carbono que le sobran de Kyoto para cumplir sus objetivos de reducción de emisiones de la próxima década. Australia fue uno de los pocos países que logró negociar en el anterior marco un aumento de las emisiones, lo que le permitió emitir un 8% más entre 1990 y 2012. Ahora, más de 100 países se oponen a que use créditos de la anterior década para cumplir sus objetivos de 2030.

Australia no está sola en ese empeño: también Arabia Saudí o Brasil (e incluso Rusia ha hecho declaraciones en este sentido) quieren que se incluyan los derechos de emisión no emitidos de programas anteriores. Es decir: poder contaminar ahora lo que no contaminaron en las décadas anteriores, algo que va directamente contra los objetivos de esta COP25.

Mínimos avances en océanos

Parece que, de momento, los únicos avances firmes y que reúnen los mayores consensos de cara a estar incluidos en el texto final de las conclusiones de la Cumbre son los centrados en los océanos. Precisamente, esta ha sido llamada por Chile la COP “azul”, por lo que incluir elementos de protección marina en la declaración final era casi una obligación para las partes.

oceanosEn concreto, fuentes directas de la negociación y observadores relacionados con ONG, han explicado a Europa Press que, de forma provisional, el texto de la Convención Marco que salga de esta cumbre de Madrid podría “reconocer” por primera vez la crítica importancia de los océanos como una “parte integral del sistema climático de la Tierra”.

Mientras, el texto final se negocia, lo que de momento se ha adoptado podría representar un “positivo, mínimo primer paso para integrar el océano en el proceso de la COP, que tristemente ha sido aplazada hasta ahora“, según consideran expertos de la organización One Ocean. Sin embargo, se trata en este caso de una mero avance declarativo, que no tendrá consecuencias reales a corto plazo en políticas concretas.

¿Una COP de transición?

En todo caso, hasta ahora en los pasillos de la COP la tónica es más de frustración, aunque no se abandona la esperanza. Pero la posibilidad de que se llegue a la declaración final de esta COP25 sin ningún avance significativo en el desarrollo del artículo 6 del Acuerdo de París es cada vez más real. Los diferentes juegos de alianzas podrían lograr algún tipo de declaración formal que consagre una “mayor ambición”. Pero los mecanismos de la ONU, que exigen unanimidad de los casi 200 países que participan, hacen muy difícil que se llegue a algún tipo de acuerdo vinculante.

Es cierto que para esta COP25 no estaban previstos grandes avances, que se esperaba se negociaran el año que viene en Glasgow una vez finalizados los flecos que faltaban de París. De hecho, esta cumbre era considerada por muchos analistas internacionales como de «transición». Pero la inacción de las diferentes partes reunidas en Madrid contrasta mucho con la importancia que está cobrando el tema para la sociedad civil, como demuestra la emergencia de movimientos ambientales y las manifestaciones por el clima.

Si no hay capacidad para cerrar el Acuerdo de París –que la ONU ya ha juzgado insuficiente para limitar realmente la subida de las temperaturas a 1,5 grados– o alcanzar alguna entente sobre el artículo 6, parece aún más complicado lograr el año que viene un nuevo compromiso más ambicioso.

 



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