Miles de personas se han echado a la calle este viernes en Madrid en la Marcha por el Clima, organizada por activistas jóvenes. La joven sueca Greta Thunberg, estrella del acto, ha pedido a los responsables políticos que «actúen ya, porque el tiempo se acaba»



El tiempo para detener el aumento de las temperaturas a nivel global provocado por el cambio climático se acaba. Y la gente cada vez es más consciente de ello. Este viernes, en Madrid, cientos de miles de personas han salido a la calle para reclamar a los líderes internacionales, que están reunidos estas semanas en la COP25, que actúen ya contra el calentamiento global. Liderada por movimientos juveniles como Fridays for Future y con la presencia de la activista estrella Greta Thunberg, la Marcha por el Clima ha tomado el eje principal de la capital.
Cientos de miles de personas (500.000, según los organizadores) han recorrido los más de cuatro kilómetros que separan Atocha de Nuevos Ministerios, en una de las manifestaciones más largas y concurridas de los últimos años.
Baile de cifras
La Policía Nacional ha contabilizado 15.000 asistentes a la Marcha por el Clima de Madrid, de acuerdo con la cifra facilitada a la Delegación del Gobierno, mientras que según los organizadores de Fridays For Future, en el recorrido reivindicativo entre Atocha y Nuevos Ministerios han participado unas 500.000 personas, informa Efe.
La anterior convocatoria ecologista celebrada en la capital el pasado 27 de septiembre reunió a 20.000 personas, según la Delegación del Gobierno, y 100.000, según los ecologistas.
Disfraces de Pokémon o de seres del bosque, charangas y batukadas, performances artísticas y bailes indígenas. La manifestación ha sido especialmente animada durante todo su recorrido y la imaginación era el límite: una activista coreana disfrazada de dinosaurio animaba a la gente a cambiar sus hábitos para que «no nos extingamos como ellos». O un grupo de personas vestidas de criaturas del bosque pedían proteger a los ecosistemas de «la avaricia del hombre».
Pero también niños, muchos niños. David y Marta son hermanos, tienen ocho y 11 años respectivamente y llevan una pancarta con un planeta dibujado que es más grande que ellos. Su madre, Carmen, explica orgullosa que han sido ellos los que han querido venir: «En el cole llevan toda la semana con talleres para concienciarles, así que estaban con muchas ganas. En casa son ellos los que llevan el reciclaje». También Paula, nueve años, ha venido con sus padres desde Móstoles para «ver a Greta y decirle que yo también me preocupo por los osos polares y darle ánimos».
Una estrella de rock llamada Greta
En todo caso, la conocida activista Greta Thunberg ha sido sin lugar a dudas la gran estrella de la Marcha por el Clima. Hasta límites insospechados: la joven sueca ha tenido que abandonar la manifestación tras apenas media hora porque la policía no podía garantizar su seguridad ante el acoso de periodistas y curiosos. Hasta entre la gente que ojeaban la manifestación desde los márgenes de la Castellana había un solo murmullo: «¿Dónde está Greta?».


Tras llegar a Nuevos Ministerios en un coche eléctrico, Thunberg ha subido al escenario para pronunciar su discurso. Y aunque el manifiesto precedente ha sido leído nada más y nada menos que por Javier Bardem, oscarizado actor español, la auténtica estrella del evento era sólo una. Con frases en castellano y entre fuertes ovaciones, la joven ha interpelado directamente a los manifestantes. «Estamos aquí ahora porque la COP25 está teniendo lugar en Madrid. La esperanza no se encuentra entre los muros de la COP25 sino que está aquí fuera, con vosotros. Son las personas las que son la esperanza, vosotros sois la esperanza» ha exclamado.
«Los líderes actuales nos están traicionando y no podemos dejar que eso siga sucediendo; no se pueden salir con la suya. Basta ya, el cambio viene ya, les guste o no. No tenemos otra opción» ha concluido entre vítores. Thunberg no se ha separado en ningún momento de su sempiterna pancarta de madera, en la que se lee, en sueco, «Huelga escolar por el clima». Pero por mucho que ella se esfuerce en decir que es «una activista más» y pida que se escuche a otros jóvenes, los gritos de «te queremos Greta» dejaban claro el estatus de estrella del que goza ahora mismo la joven sueca.
Políticos y asociaciones
En todo caso, en la Marcha por el Clima había un crisol de organizaciones y asociaciones de todo tipo que buscaban trasladar sus mensajes concretos sobre la lucha climática. Desde ONG ambientales como Greenpeace o Amigos de la Tierra hasta sindicatos, partidos políticos nacionales y extranjeros e incluso plataformas locales, como Salvemos el Mar Menor.
Cada uno parecía hacer la batalla por su cuenta, pero algunos cánticos unían a todo el mundo en un mismo coro. «Si la Tierra fuera un banco, ya lo habríamos rescatado» o «las personas tienen el poder, el poder para las personas» tomaban en un segundo a la muchedumbre para luego desaparecer entre los ritmos de una batukada. Pedro González, activista de Fridays for Future España, resumía muy bien el ambiente: «Aquí cada uno hemos venido por nuestra cuenta, pero una vez aquí somos una sola voz. Una voz que les dice a los gobiernos: basta ya de declaraciones y buenas palabras, ahora solo sirve actuar».


Chile también ha sido protagonista en la manifestación: varios representantes indígenas y activistas del país han tenido una posición destacada en la cabecera marcha, donde han aprovechado para lanzar consignas que vienen del malestar social que hizo cambiar la cumbre de continente. «España, en Chile matan gente», gritaban entre banderas indígenas y carteles contra Sebastián Piñera, su presidente.
Desde el Gobierno de España han querido apoyar la marcha aunque sin participar oficialmente en ella. La ministra de Transición Ecológico en funciones, Teresa Ribera, ha asegurado desde la COP25 que la Marcha por el Clima, es u»na magnífica noticia». «Ese mensaje que sale de la calle, del paseo de la Castellana hoy es fundamental, porque los gobiernos no podemos llevar a cabo esta tarea solos«, ha explicado la responsable española de políticas ambientales.
