El pabellón de España ha acogido entre sus actividades un debate en el que cuatro representantes religiosos han argumentado cómo cada uno de sus dogmas han educado a los fieles valores climáticos durante miles de años. Esto, según ellos, puede ser de ayuda para combatir el problema del cambio climático actual



En tiempos donde la ciencia tal y como la conocemos aún no estaba asentada, las religiones, en cierto modo, ejercían un papel fundamental a la hora de transmitir los valores de respeto y conservación de la naturaleza a todas las sociedades del mundo.
Ahora, en un contexto dominado por la influencia de la crisis climática, representantes del cristianismo, el judaísmo, el islamismo y el hinduismo han reclamado en un evento organizado por la Universidad Pontificia de Comillas en la COP25 que “las religiones deben retomar ese papel de nuevo para impulsar el cambio social que el planeta necesita”.
«La religión tiene un papel crucial porque trabaja desde el interior de la persona a través de la educación», ha expuesto Abdelaziz Hammaoui, miembro de la Junta Islámica de Melilla.
Pero ¿qué es lo que pueden enseñar estas principales religiones a la sociedad? En este sentido, cada representante ha analizado en el evento cómo cada una de sus religiones ha inculcado el respeto por la naturaleza a sus fieles durante toda su historia.
Según Raphael Benatar, miembro del Centro de Estudios Judeocristianos, el judaísmo refleja la protección del mundo desde casi su fundación: “Desde las primeras líneas de la Cábala en las que se explica cómo se creó el universo, se narra cómo Dios concentró toda su esencia en un recipiente que se rompió, y cómo la misión del ser humano es reparar el mundo que también se fragmentó en aquel proceso”, ha detallado.
«Algunas de las normas judías establecían pautas de reducción de basura o la creación de cinturones verdes alrededor de las ciudades, algo que era novedoso en tiempos pasados», ha explicado Raphael Benatar
Dentro de esta línea, Juan Carlos Chellaram, presidente de la Federación Hindú de España, ha narrado que hinduismo determina, dado a su enorme antigüedad, que los humanos no tienen el derecho de explotar a la Tierra o a sus creaciones, sino que deben respetarlas.
De hecho, ha recordado que, dentro de su religión, Bhumi es la diosa que representa a la Tierra y, como tal, merece ser respetada, así como que se debe respetar su creación.
Por otro lado, Juan Carlos Chellaram ha destacado que el hinduismo también anima a las personas a realizar un tipo de alimentación basada en el veganismo, “una idea que puede ayudar a conseguir una menor explotación y consumo de carne en nuestra época, tal y como apuntan las recomendaciones de los científicos”.
Dentro de su discurso, Juan Carlos ha apuntado que la perdida de estos y muchos más valores y la escasa educación de ellos ha abocado a la India a ser un país enormemente contaminante, motivado por su afán de industrialización.
En su exposición, Abdelaziz Hammaoui ha incidido en los numerosos textos y referencias del islam sobre cuidado de la naturaleza y, sobre todo, de los seres que la componen. En este sentido, ha destacado algunas líneas en la que se narra cómo el profeta Muhammad o Mahoma recriminaba a un fiel por utilizar de forma abusiva el agua, a pesar de que este la usaba en uno de sus ritos.
“Esta historia versa sobre la educación en el consumo responsable de los recursos que nos ofrece la Tierra. Las escrituras así lo dicen: Dios no ama a los derrochadores, y menos cuando se contaminan las fuentes de agua potable”, ha señalado.
En cuanto a la representación cristiana, Jaime Tatay, teólogo e investigador de la Universidad de Comillas, se ha enfocado más en la visión futura y en la justicia social. Para él, el cambio climático puede vulnerar los derechos y reducir la calidad de vida de las futuras generaciones, por lo tanto, “los creyentes deben trabajar para que eso no ocurra”.
El investigador también ha hecho referencia a que la Tierra supone un regalo de la creación y, como tal, se debe cuidar, así como a la máxima de la religión de establecer un estilo de vida sencillo, alejado de los excesos.
Para acabar, Jaime Tatay ha hecho alusión a siete grandes valores que todas las religiones comparten y que se deben poner de manifiesto en esta COP, como es el respeto universal, anteponer la unión universal a los intereses propios y el enorme capital moral que poseen y que puede servir para construir el mundo del futuro.
“Las religiones tienen un gran papel de influencia, algo que se debe utilizar para acabar con las grandes dolencias actuales, como el cambio climático, y para educar a la población”, ha concluido Jaime Tatay.
Las mejores imágenes de la COP25
