La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha defendido la importancia de la COP25 de Madrid para frenar el cambio climático y ha resaltado el compromiso del Gobierno con una cita a la que no podrá acudir el presidente chileno, Sebastián Piñera



«Los impactos del cambio climático no han hecho más que incrementarse. Es algo que nos desafía como sociedad y como civilización, y no podemos fallar a nuestros hijos y a nuestros nietos». Así de contundente se ha mostrado este miércoles la ministra de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, a la hora de defender la importancia de la celebración de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (COP25) en Madrid. Una cita a la que no acudirá el presidente chileno, Sebastián Piñera, líder del país organizador, que asegura estar centrado en resolver la «urgencia» de la crisis política y social que atraviesa el país latinoamericano.
Ribera ha coincidido en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum con la ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, que ha agradecido a España su rapidez de respuesta para acoger la COP25 una vez las masivas manifestaciones en Chile habían forzado a Piñera a renunciar a organizar la cumbre. La ministra en funciones no ha tardado en recoger el guante: «España no podía fallar a América Latina como integrante de la comunidad iberoamericana. Nuestra reacción es fruto del compromiso firme con el multilateralismo inclusivo. No podemos permitirnos dejar caer una agenda clave en un momento clave».
Para Ribera, «la emergencia climática se ha hecho indiscutible para la ciencia, para la sociedad y para los jóvenes«, por lo que ha urgido a la comunidad internacional a «actuar ya». Una opinión que ha completado Schmidt al asegurar que el cambio climático es «injusto», ya que afecta sobre todo a quienes menos contribuyen al total de emisiones globales. «Aquellos que han producido menos emisiones son los que afrontan mayores costos. Chile es uno de los países más afectados y vulnerables frente al cambio climático. Aunque tuvo que renunciar a recibir la cumbre, no renunciamos a dar la batalla por transición justa con foco en las personas», ha explicado la política sudamericana.
Según los nuevos cálculos Gobierno español, la COP25 costará «muy probablemente» en torno a 50 millones de euros a las arcas públicas, lo que supondría una rebaja importante con respecto a los 86 millones de gasto que el Gobierno en funciones había estimado hace un par de semanas. «Fuimos prudentes con las partidas económicas», ha dicho Ribera que, en todo caso, ha añadido que aún están viendo «cómo encajan» los números y que las cuentas se conocerán con transparencia.
Compromisos nacionales
La ministra de Transición Ecológica ha tenido tiempo también de comentar sobre la «ambición» del Gobierno de España en materia climática, pero ha señalado que antes de la investidura «difícilmente se puede pensar en nuevos planteamientos radicales». Sin embargo, confía en que en la próxima reunión del Consejo Europeo del 12 y 13 de diciembre se acuerde formalmente la neutralidad climática de la UE para 2050. En todo caso, Ribera asegura que España está trabajando «intensamente» para lograr esa reducción de emisiones, ya que hay «consenso» entre el conjunto de fuerzas políticas del país de que hay mucho en juego y «la mayoría» ha identificado el cambio climático como «el asunto más importante».
En cuanto a la acción climática chilena, la ministra Schmidt ha lamentado que, aunque la voluntad de Chile era presentar un compromiso nacional de alcanzar la neutralidad climática para 2050, la crisis social no ha permitido llegar a la COP con este compromiso de país aprobado, aunque confía en poder hacerlo a lo largo de 2020. «Queríamos ser el primer país en presentar nuestro NDC (el compromiso nacional)», ha manifestado la ministra chilena que espera «con humildad y dolor» hacer un mejor compromiso el año próximo.
Según Ribera, las confirmaciones de autoridades internacionales que acudirán a la COP «supera las 50 personas», entre jefes de Estado o de Gobierno, ministros y otras autoridades de diferentes organizaciones.
