Países y empresas se alían para eliminar coches de combustión en 2035

Países y empresas se alían para eliminar coches de combustión en 2035

Más de 30 países y varios de los principales fabricantes de automóviles se han comprometido en la cumbre climática COP26 a eliminar los coches de combustión para el 2035, mientras las ciudades piden duplicar los viajes en transporte público


Sin descarbonizar el transporte es muy complicado alcanzar neutralidad climática. Este sector es el principal contribuyente en Europa y el segundo a nivel global de las emisiones de efecto invernadero que provocan el calentamiento global, por lo que el abandono de los combustibles fósiles en coches, furgonetas, camiones, trenes, barcos y aviones es una prioridad global en la que tenemos que volcar gran parte de nuestro esfuerzo. Así se ha puesto de manifiesto este miércoles en la COP26 con una jornada dedicada al transporte que ha dejado al menos un importante titular en forma de alianza público-privada: más de 30 países se han comprometido junto a varias de las principales empresas de automóviles y propietarios de flotas a eliminar los coches de combustión para el 2035,

En concreto, el denominado Acuerdo de Glasgow sobre Emisión Cero de Vehículos ha sido firmado por más de 100 entidades, entre las que figuran 31 países, 38 autoridades regionales, 11 fabricantes de vehículos, 27 propietarios de flotas y empresas de movilidad compartida. Aunque por el momento los tres mayores mercados -EEUU, China y Japón-, así como España, Alemania y Francia no se adhieren a la iniciativa, la participación de grandes compañías de estos países como General Motors, Toyota, Mercedes Benz o Volvo, que juntos suponen casi un cuarto de las ventas a nivel global, supone un importante espaldarazo a la descarbonización del transporte.

La ausencia de los países europeos en la alianza ha sido justificada por la necesidad de cerrar en el seno de las instituciones comunitarias y con los gobiernos de los Veintisiete una propuesta común sobre descarbonización del transporte que previsiblemente irá en la misma línea. De hecho, la Comisión Europea ha propuesto a través de su plan Fit For 55, el paquete de medidas con el que pretende reducir un 55% las emisiones para el 2030, que el fin de este tipo de coches que emiten gases de efecto invernadero sea también en 2035.

El transporte representa actualmente una quinta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero
Según la presidencia de la COP26, este acuerdo deja claro que los países y las empresas que no logren electrificar rápidamente su fabricación de automóviles durante esta década simplemente perderán su actual cuota de mercado frente a los competidores. Y es que esta alianza pretende suponer el principio del fin para los vehículos de gasolina y diésel, que serán eliminados y sustituidos por vehículos de cero emisiones para 2035 en los mercados clave y para 2040 en el resto del mundo.

El transporte representa actualmente una quinta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, de las cuales el 89% corresponde al transporte por carretera. Por eso, la electrificación de la «movilidad del asfalto» es vital para reducir a la mitad las emisiones de carbono en esta década, a fin de estabilizar el calentamiento global en 1,5 grados centígrados. En este sentido, los vehículos de emisiones cero impulsados por fuentes renovables aparecen como la gran esperanza blanca, ya que pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 80% durante el ciclo de vida del vehículo.

Las ciudades reclaman más transporte público

Pero no todo es electrificación: también es importante apostar por el transporte público, sobre todo en el contexto urbano. En este sentido, las grandes metrópolis mundiales contra el cambio climático, reunidas en el grupo C40, han pedido también este miércoles en la COP26 una mayor inversión estatal en el transporte público, que llegue hasta los 208.000 millones de dólares anuales (179.600 millones de euros) y permita duplicar el número de viajes para 2030.

Esta inversión, según estudiaron ambas partes, permitiría la reducción del 25% de las emisiones mundiales de CO2 a la atmósfera, y a la vez la creación de 4,6 millones puestos de trabajo, así como conectar “áreas que históricamente no han tenido la conexión necesaria con el centro de las ciudades”, ha explicado el secretario general de la Federación Internacional de Trabajadores del TLransporte (ITF), Stephen Cotton.

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La financiación de transporte público ecológico es una de las prioridades de cualquier estrategia de descarbonización.

“El transporte público es clave para que reduzcamos la emisión de carbono en la ciudad”, afirmó el concejal de Transporte de Río de Janeiro, Marcelo Calero. El propósito es “que todas las áreas urbanas tengan un seguro, frecuente y accesible sistema de transporte dentro de un radio de 10 minutos andando desde sus casas”, dentro del grupo de más de mil ciudades que forman el C40, según un comunicado conjunto.

El objetivo es que “a los lugares lejanos el transporte público llegue con mayor calidad”, dijo el concejal brasileño, y que sea también accesible a “personas más vulnerables”, expresó el gerente del sistema público de transporte de la capital de Colombia, Bogotá, Felipe Ramírez. Desde ITF se entiende el sistema como un agente social clave ya que, según el secretario general Stephen Cotton, «sin acceso al transporte público, cómo puedes tener acceso a un mejor salario. Todo forma parte de una gran estrategia”.

Luz verde a la nueva Euroviñeta

El Consejo de la Unión Europea (UE) ha dado esta semana luz verde a las nuevas normas de tarificación vial más estrictas y amplias, conocidas como Euroviñeta, para incentivar operaciones de transporte por carrtera más limpias y eficientes. De acuerdo a las nuevas normas, que afectarán sobre todo a los camiones, las viñetas basadas en el tiempo se eliminarán gradualmente para los vehículos pesados en Red transeuropea de transporte (RTE-T) en los ocho años posteriores a la entrada en vigor de la directiva.

Al mismo tiempo, se introducirá una nueva herramienta para diferentes infraestructuras y tarifas de usuario de vehículos pesados en función de las emisiones de CO2 y se basará en los estándares ya existentes. Inicialmente, el esquema solo se aplicará a los camiones más grandes, pero puede extenderse gradualmente a otros tipos de vehículos pesados y se puede adaptar periódicamente al progreso tecnológico.

Según la UE, este sistema permitirá la plena aplicación de los principios de «el usuario paga» y «quien contamina paga», al tiempo que permitirá a los Estados miembros la flexibilidad necesaria para diseñar sus propios sistemas de tarificación vial. «Impulsar el uso de los vehículos más limpios y eficientes en combustible hará que el transporte sea más sostenible» y es «un paso importante hacia el cumplimiento de los objetivos climáticos de la UE», destacó el ministro esloveno de Infraestructura, Jernej Vrtovec, cuyo país ostenta la presidencia semestral de la UE.



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