EEUU lanza el mayor plan de rescate de su historia mientras Trump desafía al virus

EEUU lanza el mayor plan de rescate de su historia mientras Trump desafía al virus

Estados Unidos ha aprobado un paquete de estímulo económico de dos billones de dólares para luchar contra el coronavirus, en un día en el que el presidente Trump se desmarcó de los expertos sanitarios al pedir que se relajen las restricciones para que no haya una recesión


Estados Unidos puede ser el próximo epicentro del coronavirus. Así lo afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS), que mira con preocupación la gran aceleración de las infecciones que se registran en ese país. Con 54.000 contagiados y 775 muertos, la mayoría en el estado de Nueva York, EEUU es ya el tercer lugar con más casos, tras China e Italia, y se teme que su desigual sistema de salud tenga serias dificiltades para frenar la pandemia.

Sin embargo, el Gobierno de Donald Trump parece más preocupado por una recesión económica, razón por la que han pactado con la oposición un enorme plan de estímulo de dos billones de dólares, el mismo día que el presidente aseguró que preferiría levantar las restricciones «cuanto antes» para no dañar el tejido productivo, una afirmación que va contra las recomendaciones de los expertos sanitarios.

Por ahora, el plan acordado es el mayor paquete de estímulo económico en la historia moderna de EEUU, y solo ha podido alcanzarse tras largas negociaciones entre la Casa Blanca y los republicanos y demócratas del Senado. Según los términos del acuerdo, que ahora deberá ser aprobado por el Congreso, se prevé efectuar pagos directos y beneficios por desempleo a los ciudadanos más vulnerables, así como a los estados y a las empresas afectadas por la crisis de salud pública desatada por el COVID-19.

Los detalles completos del acuerdo aún no se han difundido, aunque según han publicado diversos medios en los últimos días unos 250.000 millones se reservarán para pagos directos a individuos y familias, 350.000 millones en préstamos para pequeñas empresas, otros 250.000 millones en beneficios de seguro de desempleo y 500.000 millones en préstamos para empresas en dificultades.

Esta monumental inversión se suma al programa de estímulos que anunció el lunes la Reserva Federal, que se comprometió a una compra ilimitada de activos, sin límite de tiempo, con tal de mantener el flujo de crédito en marcha. Las bolsas ha reaccionado muy positivamente a este paquete multimillonario: Wall Street cerró este martes con fuertes ganancias y el Dow Jones, su principal indicador, se disparó un 11,37 %, su mejor día desde 1933.

Para el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, el coronavirus es «la amenaza más seria para la salud de los estadounidenses en un siglo y probablemente el mayor riesgo para el empleo y la prosperidad de EEUU desde la Gran Depresión«.

Trump desafía al virus

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, junto al vicepresidente Mike Pence y los responsables sanitarios de la Administración, el viernes en la Casa Blanca. | EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS

Aunque muchos republicanos se pronuncien en unos términos parecidos a los de McConnell, otro sector, liderado por el presidente Trump, está dejando claro que para ellos es mucho más importante las posibles consecuencias económicas de un parón productivo que las funestas predicciones en términos de contagios y muertes que se pueden producir si no se impone una cuarentena general.

Esta particular estrategia ya fue anunciada a comienzos de semana por el canal que más gusta al mandatario estadounidense: Twitter. «No podemos dejar que el remedio sea peor que la enfermedad. Cuando termine este periodo de 15 días decidiremos en qué dirección ir», aseguró en la red social.

Pero es que Trump ha insistido varias veces en que le gustaría regresar pronto a la normalidad e incluso ha fijado el próximo 12 de abril, domingo de Pascua, como fecha para «abrir el país». Por mucho que los expertos sanitarios estén hablando de hasta dos meses de confinamiento para poder doblegar la curva del virus en EEUU, el político republicano lo tiene claro: «Pienso en el domingo de Pascua y vamos a tener iglesias repletas por todo el país, y creo que va a ser un momento bonito. Y es justo en el cronograma que pienso es correcto».

La postura ha sido defendida también por el vicepresidente, Mike Pence, que ha defendido limitar el confinamiento e incluso ha asegurado que las personas que hayan estado en contacto con algún enfermo confirmado «pueden volver a trabajar de inmediato» mientras lleven «mascarilla y guantes». Pero el que ha ido sin duda más lejos es el vicegobernador de Texas, el republicano Dan Patrick, que ha afirmado que hay abuelos dispuestos a sacrificar sus vidas para salvar la economía en beneficio de sus hijos y nietos.

Patrick fue muy claro en Fox News: «A mí nadie me ha preguntado si, como ciudadano de avanzada edad, estoy dispuesto a jugarme mi supervivencia a cambio de mantener América tal y como es para nuestros hijos y nuestros nietos. Porque mi respuesta es que sí, que estoy dispuesto», explicó el republicano, de 69 años. «Creo que hay muchos más abuelos que se sienten como yo ahí afuera» zanjó.

Nueva York, de nuevo zona 0

EEUU
Un hombre usa una máscara protectora y guantes mientras espera que un metro salga de una estación , la semana pasada en Manhattan.

Casi dos décadas después de que el 11-S cambiará para siempre la historia de EEUU y convirtiera Nueva York en la zona 0 del terrorismo yihadista, la ciudad que nunca duerme vuelve a estar en el corazón de una crisis internacional. El estado de Nueva York suma más de 26.000 positivos por COVID-19 y 271 fallecidos, lo que le convierte en el mayor foco con diferencia de todo el país.

Los gobernadores y alcaldes de los estados más urbanizados y densamente poblados de EEUU ya han decretado medidas de distanciamiento social o impuesto una cuarentena que afecta a más de un tercio de la población. Sin embargo, los estados más rurales apenas han pasado de las recomendaciones.

Ante lo focalizado de los contagios hasta ahora y el miedo a que se extiendan de una de las mayores ciudades al resto del país, el Gobierno de Donald Trump ha pedido este martes a las personas que abandonen Nueva York que se sometan a una cuarentena de 14 días por el enorme brote de coronavirus que enfrenta el estado, con la mitad de los casos de todo EEUU.

Según apunta Deborah Birx, coordinadora del equipo de la Casa Blanca contra el coronavirus, el área metropolitana de Nueva York «está experimentando una tasa de incidencia de un enfermo cada mil ciudadanos, es decir, cinco veces más que el resto de las otras áreas«. El 28% de los test en esa región salieron positivo mientras que en el resto de la nación ese porcentaje es inferior al 8%, lo que para el Gobierno indica claramente que ha habido contagio local. «Claramente el virus ha estado circulando allá durante varias semanas para alcanzar este nivel de penetración en la comunidad general», ha señalado Birx.

Tanto el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, como su alcalde, Bill DeBlasio, están adoptando medidas de confinamiento mucho más cercanas a la de los países europeos que a las del resto del país. Desde el lunes, sólo están autorizados a salir de casa a trabajar los que realizan tareas esenciales. Se están patrullando de manera intensiva los parques para evitar cualquier reunión y Cuomo incluso ha propuesto cerrar algunas calles de manera completa.



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