Estados Unidos se prepara para el impacto del coronavirus

Estados Unidos se prepara para el impacto del coronavirus

En esta segunda entrega del ‘Diario Internacional’, repasamos cómo está afectando el coronavirus a una de las grandes potencias económicas: Estados Unidos. Del otro lado del Atlántico también hay contagio local, pero la lentitud en la toma de decisiones está aumentando el riesgo de una epidemia masiva


En Estados Unidos, el coronavirus preocupa cada día un poco más. Lo que al principio fue calificado por su presidente, Donald Trump, como una «enfermedad extranjera» se está expandiendo también del otro lado del Atlántico, obligando a las autoridades estatales, federales y locales a tomar medidas para frenar la tasa de contagio del virus. A pesar de las rápidas prohibiciones a la entrada de extranjeros, primero chinos y luego europeos, expertos y oposición están criticando la lentitud en la toma de decisiones por parte de la Casa Blanca una vez ya hay contagio local.

En el corazón del desafío que presenta el coronavirus está la deficiente sanidad estadounidense, que con un modelo casi completamente privado -el 25% de la población no tiene ningún tipo de seguro médico- dificulta mucho tratar y sobre todo realizar pruebas a potenciales infectados. Solo se han realizado en torno a 10.000 tests de coronavirus, una cifra que sitúa a EEUU como el país desarrollado que menos pruebas realiza per cápita.

Este despliegue extremadamente lento de las pruebas para identificar casos de coronavirus está obstaculizando la respuesta del país al brote, ya que impide que los funcionarios de salud sepan hasta qué punto se ha propagado el virus.  Trump culpó primero a la administración Obama de esta situación, pero esta semana ha tenido que recular y anunciar una colaboración público-privada sin precedentes en EEUU para agilizar la identificación y tratamiento de los contagios.

Por ahora, el número de casos confirmados de coronavirus en Estados Unidos supera los 4.200, incluidos 74 muertos, aunque las cifras reales de contagio podrían ser mucho mayores.

Trump declaró la emergencia nacional el pasado viernes, un paso que sirve para liberar las restricciones presupuestarias del estado central con el objetivo de poder transferir más fondos a los estados federales para combatir al Covid-19. 50.000 millones serán movilizados para ayudar a todas las administraciones, aunque también servirán para potenciar estudios en busca de tratamientos contra el coronavirus, incluida pruebas con tratamientos experimentales para avanzar hacia una vacuna.

Medidas por Estados

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El centro de Los Ángeles, completamente vacío tras el cierre de negocios y escuelas. | EFE/EPA/ETIENNE LAURENT

A pesar de ese estado de emergencia, Washington se ha limitado hasta el momento a emitir recomendaciones pidiendo distancia social y cuarentena a los ciudadanos, pero sin restricciones al movimiento obligatorias. Han tenido que ser los estados federales y las ciudades las que lleven la iniciativa en esta materia, al tiempo que piden que haya una respuesta coordinada a nivel nacional.

Por ahora, en al menos 31 estados, así como en Los Ángeles y Nueva York, más de 30 millones de alumnos no irán a clases. Varios estados, como Massachusetts, Nueva Jersey y Connecticut están cerrando bares, restaurantes y otros negocios y han impuesto un toque de queda a partir de las 8 de la tarde. Las medidas más drásticas se han producido en California, que ha decidido poner a casi 7 millones de personas en el Área de la Bahía (incluido San Francisco) en cuarentena total.

Los minoristas también se están uniendo a la lucha, con algunos establecimientos reduciendo las horas de apertura al público y otros cerrando temporalmente la tienda. De hecho, fueron actores privados, como las grandes ligas deportivas –NBA, NFL, NHL– los primeros en tomar medidas drásticas contra el coronavirus al suspender todos sus eventos casi una semana antes de que Trump declarara el estado de emergencia.

Por supuesto, la propia administración y la vida política también se está viendo obligada a parar. Las primarias demócratas para elegir el rival de Trump van a ser pospuestas en Ohio, aunque este martes se celebrarán con normalidad en Florida, Arizona e Illinois. El presidente Trump ha sugerido una pausa en la mayoría de las actividades sociales durante 15 días y ha pedido a los estadounidenses que no se reúnan en grupos de más de 10 de personas.

Pánico económico

El peor escenario posible para Estados Unidos es bastante oscuro: entre 160 y 214 millones de casos y de 200.000 a 1,7 millones de muertos, según proyecciones de funcionarios de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC). En esa situación, entre 2,4 y 21 millones de personas podrían requerir hospitalización, aunque ahora mismo hay tan solo unas 925.000 camas en hospitales con personal para atenderlas, de las que menos de un 10% están preparadas para pacientes en estado crítico.

Esta importante crisis sanitaria tiene una segunda cara: la posibilidad de un colapso económico y financiero. La Bolsa de Nueva York ha cerrado la sesión de este «lunes negro» con una caída del 12,97%, la segunda mayor en una sola jornada en los 124 años de la historia del índice, a pesar de los esfuerzos de la Reserva Federal de Estados Unidos de infundir confianza a los inversores dejando las tasas de interés y el precio del dinero en cero.

Además del hundimiento del Dow Jones, que agrupa a las principales empresas industriales y se ha dejado un 31% de valor en un mes, el tecnológico Nasdaq ha cerrado la sesión de este lunes con un descenso del 12,32%, el mayor de su historia, mientras que el S&P 500 terminaba el día un 11,98% por debajo del cierre del pasado viernes.

Hasta el propio Trump ha reconocido que es posible que Estados Unidos se encamine a una recesión debido a la pandemia, que está haciendo tambalearse toda la economía global. Y lo peor parece estar por llegar.

El director general de salud pública del Gobierno de EE UU, Jerome Adams, ha asegurado en una entrevista con Fox News que si no se pasa de las recomendaciones a las prohibiciones, el coste puede ser enorme. «Estamos en un punto de inflexión crucial en este país. Estamos donde estaba Italia hace dos semanas. Si miramos las proyecciones, hay muchas posibilidades de que podamos ser como Italia», ha explicado.

Reino Unido da marcha atrás a su estrategia

El Gobierno del Reino Unido ha cedido solo en parte a las críticas de la comunidad científica y de la opinión pública a su plan contra el coronavirus, que preveía que el virus circulase libremente para intentar lograr una inmunidad colectiva contra esta nueva enfermedad. Este lunes la cifra de infectados en el Reino Unido ha ascendido a 1543 personas y los fallecidos, que sumaban 10 el pasado viernes, han aumentado a 53.

Aún así, las medidas anunciadas este lunes siguen estando a gran distancia de las adoptadas por otros países europeos. Las clases continúan y no se ha impuesto ninguna prohibición: solo recomendaciones y peticiones a los ciudadanos. Eso sí, a partir del próximo fin de semana, todos los mayores de 70 años, las mujeres embarazadas y las personas con patologías previas deberán recluirse en completo aislamiento durante un plazo de al menos 12 semanas.



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