El primer ministro, Giuseppe Conte, ha anunciado este domingo que Italia comenzará la desescalada del confinamiento a partir del próximo lunes 4 de mayo. El primer foco europeo de la pandemia de coronavirus ve cada vez más cerca la vuelta a la normalidad



Italia se prepara para la hora de la verdad. El país transalpino, primer foco europeo de la pandemia de coronavirus, empezará a relajar las estrictas medidas de confinamiento que ha impuesto a la población para contener la enfermedad a partir de la semana que viene. Así lo ha anunciado este domingo el primer ministro, Giuseppe Conte, que ha explicado que a partir de esa fecha se permitirán las visitas a familiares y abrirán los parques y jardines públicos.
Conte ha dado el pistoletazo de salida a la denominada «fase dos» de la contención de la pandemia, que incluirá a partir del 4 de mayo la reanudación de la actividad industrial, de la construcción y la venta al por mayor. Si todo va como está previsto, el comercio minorista abrirá sus puertas el 18 de mayo, al igual que museos y bibliotecas, mientras que bares y restaurantes tendrán que esperar al 1 de junio.
Eso sí, se prohibirá la salida a la calle de quienes tengan temperatura superior a 37,5 grados, que deberán permanecer en casa, evitar los contactos sociales y llamar al médico. De hecho, esta primera apertura no llevará aparejada una total libertad de movimiento, ya que las personas no podrán cambiar de región, aunque sí se les permitirá desplazarse dentro de ella, con motivos justificados de tipo laboral, sanitario o de necesidad.
«Ahora se inicia la fase de convivencia con el virus. Debemos comprender que en esta fase dos la curva de contagios puede volver a subir. Ese riesgo existe, debemos afrontarlo con responsabilidad», señaló Conte. Para el primer ministro, será fundamental que la gente tome conciencia de la importancia de esta pandemia y evite los contactos para no enfermar.
El coronavirus en Italia ha dejado ya más de 26.000 fallecidos y casi 200.000 casos de contagio. Además, las medidas de bloqueo para contener la pandemia han causado un severo impacto económico en el país, cuyo producto interior bruto (PIB) se contraerá un 8% en este año, según las estimaciones del Gobierno. Por eso, el nuevo objetivo de las autoridades es el de equilibrar la reactivación paulatina de la economía con la vigilancia estrecha de la salud pública, para evitar en la medida de lo posible un repunte que podría dar al traste con los planes del Gobierno.
Primero las visitas, luego los museos
«Somos conscientes de que muchas familias se han separado. Queremos permitir visitas específicas respetando la distancia, con el uso de mascarillas y prohibiendo las reuniones», explicó Conte sobre una de las medidas más importantes del comienzo de la desescalada. Eso sí, las autoridades han querido puntualizar que esto no da carta blanca a los italianos para juntarse en grupos demasiado grandes. «No se permiten fiestas y reuniones familiares. Está prohibido mudarse a otras regiones, excepto por razones de trabajo, situaciones de necesidad y razones de salud», añadió el primer ministro.
Eso sí, las familias que han perdido a un ser querido podrán empezar a despedirse de una manera más tradicional. A partir del 4 de mayo se permitirán ceremonias fúnebres con la presencia de un máximo de 15 familiares, aunque será obligatorio el uso de máscaras y las reglas de distanciamiento social. Conte ha indicado que estos actos religiosos deberán en cualquier caso celebrarse «posiblemente al aire libre».
Esta primera fase del desconfinamiento durará en principio dos semanas, hasta el 18 de mayo. A partir de ese momento, habrá una nueva relajación de las normas y podrán abrir el comercio minorista, los museos y las bibliotecas y se permitirán los partidos de equipo en campos deportivos. Esto implica que los equipos de las ligas profesionales, como la Serie A de fútbol, podrán volver a los entrenamientos, aunque el Ejecutivo ha aplazado a más adelante la decisión sobre la posibilidad de continuar con la competición.


Posteriormente, el 1 de junio, habrá nuevas aperturas: los bares y restaurantes quitarán el cartel de cerrado y también los establecimientos de cuidado personal como peluquerías, centros de estética, de masaje y barberías. Eso sí, los colegios no abrirán en lo que queda de curso escolar y la idea del Gobierno es que se reanude la actividad docente a partir de septiembre.
Aunque parte de la vida económica y social de Italia seguirá bajo estrictas normas de confinamiento mientras avanzan las diferentes fases del plan, la próxima semana sí que podrán reabrir las actividades empresariales consideradas «estratégicas», como las productivas e industriales ligadas a las exportaciones, después de demostrar que están en condiciones de garantizar protocolos de seguridad para sus trabajadores.
Nuevas ayudas
Lo que parece tener claro el Gobierno de Italia es que, una vez pasado lo peor en términos de contagios, aún queda una muy difícil batalla económica por delante. Para amortiguar estos efectos, ya se aprobó en marzo un primer paquete de estímulos de hasta 25.000 millones de euros y en abril un plan de garantías públicas que facilitan hasta 400.000 millones de euros en créditos para empresas.
Ahora, las autoridades se preparan para dar luz verde a un nuevo decreto de hasta 55.000 millones de euros con iniciativas de apoyo a autónomos, empresas, familias y sectores más golpeados, puntualizó el primer ministro.
Pero la verdadera lucha se libra en Europa. Conte se ha referido al Fondo de Recuperación, la opción que parece más posible que genere acuerdo en el Consejo Europeo, como una «herramienta innovadora» que pone a disposición de los países más afectados importantes cantidades de dinero para poder llevar a cabo la reconstrucción tras la pandemia. Sin embargo, para el primer ministro italiano este fondo es por ahora solo una «voluntad política», que debe convertirse en el futuro próximo en una herramienta de «consistencia económica y equilibrada» que esté «inmediatamente disponible».


La versión definitiva del plan para la recuperación se hará pública el próximo 6 de mayo por parte de la Comisión Europea, que aún está trabajando en lograr un documento de consenso antes las importantes diferencias políticas entre el norte y el sur de Europa. Conte ha insistido en que el dinero debe ser entregado a los países más afectados en forma de transferencias a fondo perdido y no mediante préstamos, para no generar más deuda a Estados ya muy endeudados como Italia, cuya deuda pública supera el 134 % del PIB
«Tenemos que arremangarnos, el gobierno hará su parte. Necesitamos una intensa agenda de reformas. Es una oportunidad para cambiar las cosas que no se han cambiado desde hace mucho tiempo. El equipo de ministros no se detiene. Luchamos y lucharemos en Europa e Italia», ha remachado.
