Recuperar la normalidad en Europa: un repaso de los principales países

Recuperar la normalidad en Europa: un repaso de los principales países

Mientras la pandemia de coronavirus mantiene confinada a gran parte de la población europea, algunos países donde la plaga está perdiendo fuerza han empezado a planificar o incluso poner en marcha una cautelosa y escalonada vuelta a la normalidad


Las cifras del coronavirus asustan. Los contagiados y fallecidos a nivel mundial no paran de crecer: ya son casi dos millones de infectados y más de 125.000 muertos. Y en algunos países de África y América, sobre todo aquellos que aún están en desarrollo y tienen unos sistemas de salud débiles, se teme que lo peor esté aún por llegar. Pero en Europa, el segundo foco más importante de la pandemia, muchos países, que llevan ya un mes de confinamiento más o menos estricto, están empezando a pensar ya en la salida de lo que el Fondo Monetario Internacional ha denominado como el Gran Encierro.

Italia es sin duda, junto con España, el país europeo en el que más miradas de la comunidad internacional están puestas. La nación transalpina, en la que se cuentan ya más de 20.000 fallecidos, fue el primer epicentro del coronavirus dentro de la UE. Por ahora, y a pesar de que ya parece haberse logrado frenar la curva de contagio, el Gobierno liderado por Giuseppe Conte no quiere bajar la guardia y ha prolongado hasta el 3 de mayo las medidas de confinamiento de las personas en sus casas.

Eso sí, ya se han empezado a implementar algunas medidas de apertura gradual, aunque son sobre todo simbólicas. Desde el pasado lunes, las librerías, papelerías, tiendas de ropa para niños y algunos servicios forestales han abierto al igual que las tiendas de primera necesidad aún en activo, como supermercados o farmacias.

Las autoridades italianas insisten en que, aunque se está aplanando la curva de contagios y muertos, aún no es suficiente para retomar otras actividades. «No podemos poner en riesgo los sacrificios cumplidos porque así todos los resultados positivos logrados se podrían perder«, ha asegurado Conte. Su esperanza es que tras el 3 de mayo se pueda iniciar una verdadera apertura gradual del país, razón por la que ha pedido a las empresas susceptibles de reiniciar la actividad que preparen protocolos de seguridad y desinfecten sus instalaciones cuanto antes.

Algunas regiones, dentro de sus competencias, han adoptado algunas medidas diferentes. Por ejemplo, Lombardía, la más afectada por la epidemia, ha decidido que no permitirá la apertura de las librerías y papelerías, contradiciendo las disposiciones anunciadas por Conte. En cambio, en Véneto, donde la epidemia se ha podido contener mejor, va a flexibilizar algunas prohibiciones: se permitirá abrir mercados al aire libre y se podrá salir a hacer deporte a más allá de 200 metros del domicilio.

Alemania y Francia

Los dos países más importantes en cuanto a población y peso económico de la zona euro viven dos situaciones radicalmente distintas. Mientras Alemania ha conseguido mantener relativamente baja la cifra de fallecidos y gracias al testeo masivo se empieza a conocer precisamente la extensión del coronavirus entre la población, en Francia manejan una curva de contagios muy similar a la italiana y la española. Por eso, los germanos ya se empiezan a plantear relajar parte de unas medidas de confinamiento que nunca fueron demasiado estrictas, los galos ya saben que hasta el 11 de mayo no podrán empezar una apertura progresiva.

En Alemania rige desde el 22 de marzo y, en principio, hasta el 19 de abril, la prohibición de reuniones o salidas de más de dos personas, una cifra que es ampliable para núcleos familiares u otras formas de convivencia. Se permite tanto la práctica individual de deportes al aire libre como los paseos de niños y ancianos por motivos de salud.

Las medidas fueron acordadas entre la gran coalición de la canciller Angela Merkel y los poderes regionales, a los que corresponde implementarlas. Baviera, el estado federado con más contagios, implantó el cierre casi total de la vida pública, mientras que otros Länder fueron mucho más permisivos.

Dos policías ante una desierta Torre Eiffel, en París.

El miércoles próximo habrá otra reunión entre Merkel y los líderes regionales para acordar los pasos a seguir. Se estima que serán clave para ello las recomendaciones emitidas por el grupo de investigadores de la Academia Superior Leopoldina, que aconsejan la «pronta apertura» de las escuelas para alumnos a partir de diez años. En cualquier caso, este consejo de expertos condiciona la apertura gradual a que se «mantengan a un nivel bajo consolidado» los contagios y a «nivel alto» los parámetros de higiene en toda la vida pública. En ese contexto, se podría «reanudarse gradualmente» la actividad comercial, laboral y administrativa, así como, en fases siguientes y sin concretar plazos, la vida social, cultural, acontecimientos deportivos e incluso viajes privados o de trabajo.

Por otro lado, en Francia, el presidente, Emmanuel Macron, anunció el lunes por la noche que la orden de confinamiento para luchar contra el coronavirus se extenderá, como mínimo, hasta el 11 de mayo. El dirigente ha lanzado un mensaje de optimismo a la población al asegurar que se han producido avances en la lucha contra la enfermedad, pero al mismo tiempo apuntó que la epidemia sigue fuera de control.

Aunque esa fecha del 11 de mayo ya ha sido señalada como el principio del fin, e incluso Macron indicó que se podrán reabrir las escuelas y las guarderías, el presidente señaló que en cualquier caso los bares, restaurantes y salas de fiestas deberán continuar cerrados porque son lugares donde se producen aglomeraciones. Es decir, el desconfinamiento se hará de manera gradual y será obligatorio portar mascarillas en muchas situaciones.

Holanda y Reino Unido

Tanto holandeses como británicos optaron desde el principio por un confinamiento «ligero» que no dañara en exceso su economía, aunque el Gobierno de las Islas se ha visto obligado a recular e imponer medidas más duras ante el avance imparable de la enfermedad y la posibilidad de que su sistema de salud colapsara.

El ministro británico de Exteriores, Dominic Raab, que sustituye a un Boris Johnson que se recupera tras haber sido ingresado por coronavirus, dijo este lunes que «es demasiado pronto» para plantearse un relajamiento de las restricciones impuestas hace tres semanas para contener la propagación del virus. «Habrá un momento en el futuro en que podremos hablar de una transición, pero aún no estamos en ese punto«, afirmó Raab, en vísperas de que el jueves se cumpla la fecha en que legalmente el Ejecutivo debe revisar esas restricciones.

Covid-19
La National Gallery de Londres, completamente vacía por la crisis del coronavirus.

Por su parte, los holandeses siguen confiando en su «confinamiento inteligente». En los Países Bajos se permite aún salir a la calle pero los lugares de reunión social seguirán cerrados hasta al menos el 28 de abril, y los eventos como conferencias, ferias o partidos de fútbol están prohibidos hasta el 1 de junio.

El Gobierno holandés todavía no ha decidido cuándo empezará a relajar las medidas establecidas para luchar contra los contagios, aunque el primer ministro Mark Rutte advirtió de que el regreso a la vida normal será «una cuestión de largo plazo» y que solo empezará una desescalada cuando las cifras de ingresos hospitalarios se hayan estabilizado. «Los datos muestran con cautela que (las medidas) no se aplican por nada. Existe el riesgo de que la gente piense que pueden aflojar las reglas, pero eso puede ser un gran error», explicó Rutte.

Los más avanzados

Israel, Austria, República Checa y Dinamarca son algunos de los países que más avanzados tienen los planes de vuelta a la normalidad, si bien están condicionados a que la situación siga mejorando.

El Gobierno austríaco presentó ya el 6 de abril una hoja de ruta para reactivar la economía de forma paulatina, con un primer paso que será la reapertura este miércoles de los pequeños comercios de menos de 400 metros cuadrados. Además, también volverán a abrirse importantes parques del país, aunque se reforzará la presencia policial para supervisar el cumplimiento de las reglas de distanciamiento social y evitar que se formen grupos. El uso de mascarillas también será obligatorio en los transportes públicos como ya lo son en los comercios. El resto de comercios, si todo va bien, se abrirán a partir del 1 de mayo en Austria.

En Israel, el Consejo de Seguridad Nacional ha diseñado un plan para salir de la emergencia sanitaria y reactivar la economía en cuatro fases. En una primera etapa, que es en la que se trabaja actualmente, los trabajadores del ámbito financiero, alta tecnología o industrias -que emplean a más de un 10% de la población- podrían volver a trabajar adoptando reglas para prevenir el contagio: con mascarillas, una distancia de dos metros y estrictas normas de higiene. En esta fase también se ampliaría el transporte público -ahora funciona bajo mínimos-, podrían reabrir los centros de educación especial o preescolares y las oficinas del sector público retomarían su actividad en un 50%.

Trabajadores israelíes con trajes protectores desinfectan la plaza del Muro de las Lamentaciones, en Jerusalén. | EFE/EPA/ABIR SULTAN

Por otro lado, República Checa permite desde el pasado jueves la apertura de algunos comercios, como grandes tiendas de bricolaje, ferreterías y establecimientos de venta de equipamiento de ocio. La reapertura de los negocios se realiza con estrictas medidas de higiene, con geles desinfectantes a disposición de la clientela y una distancia de seguridad.

Por último, en Dinamarca reabrirán este martes las guarderías y escuelas de todo el país, pero se mantienen hasta el 10 de mayo al menos la prohibición de concentraciones de más de diez personas, así como el cierre de fronteras a extranjeros sin permiso de residencia.



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