El fundador de Microsoft ya avisó en un vídeo de 2015 que el mundo no estaba preparado para evitar la dispersión de una enfermedad como el coronavirus. Ahora, acaba de publicar una carta pidiendo inversiones millonarias a los estados y a los inversores privados para frenar la epidemia. Cualquier gasto será una ganga comparada con los daños que se van a sufrir, afirma



“Cuando era un niño, el peligro que más temor nos causaba era una guerra nuclear. Pero hoy en día, la mayor catástrofe mundial no se parece a eso. En realidad, si algo ha de matar a más de 10 millones de personas en las próximas décadas no será una guerra sino probablemente un virus muy infeccioso. No misiles, sino microbios”. Así empezaba Bill Gates una premonitoria charla en 2015.
El fundador de Microsoft, una de las mayores fortunas del mundo, se ha distinguido por dirigir los esfuerzos de su fundación filantrópica, la Bill & Melinda Gates Foundation, a la ayuda al desarrollo y, especialmente, a la inversión en salud. Entre otras iniciativas, el magnate ha creado hace años un fondo de 5.000 millones de dólares para combatir el sida, la tuberculosis y la malaria en África.
Dada su preocupación por la salud mundial, Bill Gates participó en marzo de 2015 en una de las charlas organizadas por Ted Talks, en la que expuso su visión sobre los riesgos sanitarios globales. Lo hizo en menos de 10 minutos, el formato habitual de las charlas Ted, y el vídeo, alojado en su plataforma, ha acumulado 16 millones de visitas. En estos momentos de emergencia por el coronavirus, su contenido resulta de lo más premonitorio.


“Se ha invertido muy poco en sistemas de detención de pandemias. No estamos preparados para la próxima”, afirmó Gates en 2015.
“La falta de preparación podría hacer que la próxima epidemia sea mucho más devastadora que la del ébola en 2014. Murieron unas 10.000 personas, casi todas en tres países de África Occidental. Hay tres razones por las cuales no se expandió más. Primero, por el trabajo heroico de los trabajadores de la salud. Segundo, por la naturaleza del virus. El ébola no se propaga por el aire. Cuando alguien llega a ser transmisor, ya estará tan enfermo que permanecerá en cama. Tercero, no llegó a muchas áreas urbanas. Eso fue pura suerte. Si hubiese llegado a muchas más áreas urbanas, el número de casos habría sido mucho mayor”, afirma Gates en el vídeo.
“Pero la próxima vez podemos no tener la misma suerte. Podría ser un virus con el que los transmisores no se sientan mal y puedan viajar en avión o ir al mercado. Por ejemplo, si vemos un modelo de un virus que se propaga por el aire, como la gripe de 1918, se difundiría por todo el mundo muy, muy rápidamente. Sabemos que más de 30 millones de personas murieron en esa ocasión. Este es un problema bien serio. Deberíamos preocuparnos”, añadía Gates en su charla de hace cinco años, que a la vista de lo ocurrido ahora resulta de lo más anticipatoria.
Según el magnate de la informática, es posible construir un sistema de respuesta eficaz: “Tenemos teléfonos móviles para recibir y difundir información al público. Tenemos mapas satelitales para ubicar a la gente y ver cómo se moviliza. Tenemos avances en biología. que cambian el tiempo de estudio del patógeno y permiten fabricar fármacos y vacunas que ataquen esos gérmenes. O sea, que sí tenemos los instrumentos, pero hay que ponerlos al servicio de un sistema mundial general de salud. Y necesitamos estar preparados”.
Según Gates, para evitar la difusión de una pandemia hay que invertir en sistemas de salud fuertes en los países pobres y ser capaces de detectar el brote desde el principio.
Además, hace falta una coordinación a escala militar: “Necesitamos contingentes de reserva médica; suficiente personal con el conocimiento y el entrenamiento adecuado y listos a desplazarse. Y luego hay que coordinar a estos médicos con los militares y beneficiarse de la capacidad de estos para moverse rápidamente, hacer logística y tener áreas seguras”.
“Aunque no sé el el presupuesto exacto de lo que esto podría costar, sí estoy seguro de que sería muy poco, comparado con el daño potencial. El Banco Mundial calcula que una posible epidemia mundial de gripe costaría no menos de tres billones de dólares y millones y millones de muertes. Las inversiones necesarias conllevan beneficios bien significativos más allá de contener la epidemia. Los servicios primarios de salud, la investigación y el desarrollo son asuntos que reducirían también la desigualdad en el tema de salud, concluía Gates su discurso en Ted Talks.
Bill Gates escribe sobre el coronavirus
Gates ha vuelto a insistir estos días en la necesidad de poner en marcha una estrategia mundial contra pandemias como el coronavirus.
En una carta publicada el pasado 28 de febrero en The New England Journal of Medicine, una de las publicaciones científicas de referencia mundial, defiende que hay que mejorar los sistemas de fabricación de vacunas, mejorar el acceso a los tratamientos a toda la población y ofrecer más financiación pública y privada.
“En toda crisis los líderes tienen dos responsabilidades igual de importantes: resolver el problema con rapidez y evitar que vuelva a pasar”, escribe Gates.


El empresario y filántropo afirma que lo que está ocurriendo con el coronavirus era de esperar: “Los expertos globales en salud han estado repitiendo durante años que la repetición de una pandemia cuya velocidad de transmisión y letalidad fuera tan grande como la de la gripe de 1918 era posible y que la cuestión no era si iba a ocurrir, sino cuándo iba a hacerlo”.
Gates lamentad que falta mucho por hacer, y eso considerando que su carta se remonta a hace más de dos semanas, cuando la crudeza y extensión de la pandamia era menor. Para el autor, es especialmente importante tener capacidad de respuesta en un momento como ahora, cuando la epidemia está expandiéndose a toda velocidad por el mundo y no hay remedio conocido para combatirla.
En ese sentido, el líder de Microsoft aboga por crear un esquema mundial de respuesta rápida: “Necesitamos construir un sistema que pueda desarrollar vacunas efectivas y antivirales, aprobarlos y fabricar miles de millones de dosis en unos pocos meses desde el descubrimiento del patógeno. Esto es un gran desafío que presenta obstáculos técnicos, diplomáticos y de presupuesto y que demanda una estrecha colaboración entre el sector público y el privado”, escribe Gates.
Una de las grandes barreras es la propia regulación de la innovación farmacológica, que exige una serie de ensayos previos y pruebas con humanos para garantizar la seguridad de un nuevo fármaco antes de poder aprobarlo. En ese sentido, Gates considera que es necesario un “gran esfuerzo diplomático y de compartir datos” para lograrlo. “El desarrollo de antivirales y vacunas supone ensayos clínicos masivos y acuerdos de patente que tienen escala transfronteriza. El objetivo sería tener ensayos clínicos concluyentes y una aprobación regulatoria en tres meses o menos, y hacerlo sin comprometer la salud de los pacientes”, afirma Gates.
Gates también pide a los países ricos que destinen ayuda internacional a los menos desarrollados para evitar que el virus se disperse en estados con sistemas de salud débil. En ese sentido, declara que su fundación ha donado ya 100 millones de dólares a estas naciones durante la crisis del coronavirus.
«Destinar miles de millones de dólares a luchar contra la pandemia actual parace un montón de dinero. Pero esa es la escala de inversión que necesitamos para resolver el problema. Y teniendo en cuenta el daño económico y humano que está causando, esa inversión será una ganga. Los líderes tienen que actuar ya. No hay tiempo que perder», concluye Gates.
