Paisajes de la batalla (III): la industria automovilística - EL ÁGORA DIARIO

Paisajes de la batalla (III): la industria automovilística

Paisajes de la batalla (III): la industria automovilística

La tercera entrega de Paisajes de la batalla del economista Lorenzo Dávila se centra en analizar el impacto del coronavirus en uno de los sectores con más peso en nuestra economía, la industria automovilística, que mira con incertidumbre al futuro tras varios años complicados para el negocio


Lorenzo Dávila Cano
Madrid | 24 marzo, 2020


La industria manufacturera española ha ido perdiendo peso y relevancia en la economía nacional progresivamente. Si en el año 2000, de acuerdo con los datos proporcionados por el INE, la industria manufacturera suponía el 16,2% del PIB, en el año 2018 (último dato cerrado) este porcentaje había disminuido hasta el 11,2%, un porcentaje que se ha mantenido constante en la última década. Asimismo, analizando la evolución del número de ocupados del sector manufacturero de acuerdo con los datos proporcionados en la Encuesta de Población Activa, en el último trimestre de 2019 ocupaba a casi 2,5 millones de personas, un 11,5% menos respecto a 2008. De estos 2,5 millones de ocupados, 2,26 millones son asalariados, de los cuales el 19,34% tienen un contrato temporal.

El principal motor del sector manufacturero de nuestro país es el sector automovilístico. De acuerdo con los datos facilitados por el ICEX, España es el segundo productor europeo con 2,8 millones de vehículos fabricados en 2019, siendo además líder europeo en la fabricación de vehículos comerciales. La importancia de esta industria se ve refrendada en la importancia que tiene en las exportaciones españolas, dado que, según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), el 82% de los vehículos fabricados en España fueron destinados a exportaciones. Todo ello provoca que la fabricación de automóviles represente un 8,6% del PIB de 2018, más que ninguna otra industria, y genere el 9% del empleo en España.

Este sector, sin embargo, estaba antes de la crisis sanitaria sumido en un mar de incertidumbres. Por una parte,  se han iniciado diversos cambios normativos como por ejemplo, las nuevas normativas que impiden el paso a vehículos contaminantes a los centros de las ciudades o las nuevas normativas de cálculo de emisiones WLTP. Pero sobre todo ha influido la entrada en vigor este año de la normativa europea Euro6, que impone un límite de emisiones de 95 g/km de CO2 por coche vendido, imponiendo multas cuantiosas, que ascienden a 95 euros por cada g/km de CO2 excedido, multiplicados por los coches vendidos el año anterior.

Ante esta situación, las ventas de vehículos de combustión, pero en especial el diésel, señaladas por medios de comunicación y por entidades gubernamentales como los más contaminantes, se han visto severamente afectadas. Por ejemplo, de acuerdo con los datos proporcionados por ANFAC, las matriculaciones de turismos gasolina han caído en lo que llevamos de año un 15% y un 12% los diésel, siendo éstos últimos los más damnificados por los cambios normativos, ya que en 2019 la venta de este tipo de vehículos descendió un 25,9%.

«El 91% de los modelos fabricados en España todavía son de combustión»

El problema para la industria española del automóvil es que, según ANFAC, en 2019, de los 44 modelos de automóvil que se fabrican en nuestro país, únicamente nueve modelos eléctricos, por lo que el 91% de los modelos fabricados en España todavía son de combustión. De este modo, el aumento de la venta de modelos alternativos a los de combustión registrado en lo que llevamos de año (55%), pone en peligro el actual modelo de producción de estas fábricas.

A esta situación tampoco ayudan las bonificaciones fiscales aprobadas para la adquisición de modelos con etiqueta ECO o 0, aunque no es menos cierto que, de momento, los vehículos eléctricos en España están teniendo una escasa presencia (24.261 vehículos en 2019, de los cuales únicamente 3.334 fueron adquiridos por particulares), debido fundamentalmente a su alto precio, la necesidad de contar con un enchufe para recargar el vehículo y la duración de la autonomía de estos.

Futuro lleno de incertidumbre

En estas últimas semanas, la industria del automóvil se enfrenta a un nuevo reto. La actividad productiva del sector del automóvil se está viendo seriamente afectada, dado que ya han sido cerradas varias plantas de producción a lo largo del país y algunos de los principales productores han anunciado ERTEs para el 100% de su plantilla. Esta situación pone en peligro a un sector que venía experimentando caídas en la producción de vehículos, tanto en 2018 como en 2019, y que, como se ha analizado anteriormente, se encontraba en un estado de incertidumbre.

La producción y venta de automóviles tiene una fuerte correlación con el estado de la economía, de hecho, se le considera como un indicador adelantado de la economía, dado que para el comprador supone un desembolso importante o incluso endeudarse, por lo que en épocas de bonanza el número de vehículos vendidos aumenta y en épocas de crisis, disminuye. Durante estos próximos meses, con media Europa en jaque por el coronavirus, es esperable que el número de vehículos fabricados en nuestro país disminuya, por lo que están en juego decenas de miles de puestos de trabajo, especialmente el personal con contrato temporal, además del efecto que tendrá sobre el PIB nacional (recordemos que es la principal industria española) y sobre las exportaciones nacionales, dado que en 2018 representaron 35.780 millones de euros.

«La producción y venta de automóviles tiene una fuerte correlación con el estado de la economía»

Precisamente por esto último, el impacto de la actual crisis sanitaria en la industria española del automóvil va a depender de la evolución de la misma en los países importadores de nuestra producción, dado que como se ha mencionado anteriormente, más del 80% de la producción de vehículos en España se destina a exportaciones. Se presenta un problema importante, dado que los cuatro primeros importadores de la producción automovilística española, que concentran el 60,3% de nuestras exportaciones, se encuentran actualmente afectados por la crisis derivada del COVID-19.

El primer lugar de destino de estas exportaciones es Francia, con más de 437.000 vehículos y una cuota sobre el total de exportaciones del 19%, en segundo lugar se encuentra Alemania, con más de 421.000 unidades y una cuota del 18,3%, en tercer lugar Reino Unido, con más de 287.000 unidades y una cuota del 12,5% y, en cuarto lugar, Italia, con más de 240.000 unidades y una cuota del 10,5%. Por ello, la actual situación de estos países preocupa, y mucho, al sector de fabricación de vehículos españoles, dado el peso e influencia que tienen en su producción.  Por ello, sería conveniente aprobar un paquete de medidas que favorezca la compra de automóviles producidos en España, independientemente del combustible que utilicen, que podría consistir, por ejemplo, en moratorias en las medidas anticontaminación actuales, beneficios fiscales para la compra de cualquier tipo de vehículo nuevo y bonificaciones en la contratación de personal.


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