Día a día, hemos llegado al final de la décima semana del confinamiento y del estado de alarma y como cada viernes voy a proponerte algo descerebrado como Blue Mountain State, una de esas series que no vamos a reconocer nunca en público que la estamos viendo o la hemos visto. La serie funciona a la perfección como un verdadero vaciacocos o placer culpable, en especial si te gustaban las comedias universitarias del siglo pasado, tipo American Pie, Porky’s o Desmadre a la Americana.
Blue Mountain State deja claro desde su primera escena que es la heredera natural de ese subgénero cinematográfico que todavía tiene bastantes adeptos que pasan religiosamente por taquilla en cada estreno del ramo para ver las gamberradas que hacen en las pantallas, con el sexo, las drogas y el alcohol como catalizador de todo tipo de gags gamberros.
En este contexto se entiende la creación de Blue Mountain State una comedia despendolada sobre un potente equipo de fútbol americano de una universidad ficticia, consagrándose como la heredera directa de las películas de ese género y adquiriendo una estatus de culto entre muchos adolescentes y universitarios que todavía perdura.
La universidad ficticia de Blue Mountain State, tiene uno de los mejores equipos de fútbol americano del país, las ‘Cabras’, pero la realidad deportiva oculta el comportamiento salvaje de los jugadores cuando están alejados del terreno de juego, con fiestas continuas donde el sexo y el consumo de drogas y alcohol es más importante cualquier otra actividad escolar que se supone que deberían hacer en una universidad.
Los componentes del equipo son una banda de obsesos sexuales, misóginos y consumidores masivos de drogas y alcohol, que gracias a sus cualidades como jugadores de fútbol americano tienen carta blanca por parte de sus entrenadores y de los rectores académicos de hacer absolutamente todo lo que les venga en gana que ya se encargarán ellos de taparlo.
El hipotético carácter académico de la universidad Blue Mountain State es parodiado hasta limites insospechados, dejando bien a las claras que el deporte es lo primero y lo mas sagrado, mientras que los estudios universitarios son meramente una excusa para tener un equipo lo mas competitivo posible, y hacer un gran negocio con los patrocinios deportivos.
Los episodios tienen una trama liviana centrada en algún aspecto deportivo o extradeportivo que afecta al equipo y que es la excusa para hilvanar una serie de gags de brocha gorda con innumerables referencias sexuales, enmarcadas en fiestas inacabables donde todas las chicas llevan la ropa máxima permitida por la censura, para celebrar todo tipo de ceremonias de apareamiento o borracheras diversas , con juegos clásicos como el «beer-pong».
Las drogas de todo tipo circulan y son consumidas con más frecuencia que cualquier tipo de vegetal en su dieta, lo que hace que los atletas estén colgados en casi todo momento y puedan aprovecharse esos momentos para hacer cosas todavía mas desmadradas bajo el influjo de todo tipo de sustancias.
Para regocijo de todos los espectadores tenemos abundantes cuerpos esculturales de ambos sexos, que no dudan en evadirse a la más mínima de las rozaduras de todo tipo de telas para mostrar torsos como el de Alan Ritchson, que interpreta a la estrella del equipo con esos abdominales tan cincelados.
En el reparto tenemos desde jóvenes actores desconocidos hasta gente en declive absoluto de sus carreras como es el caso de Ed Marinaro (Hill Street Blues, abajo), que interpreta al entrenador del equipo, pero sobre todo a Denise Richards, viviendo todavía de su fama como icono sexual de los noventa de películas como Juegos Prohibidos o Starship Troopers.
Una muestra de la popularidad de la serie fue que tras ser cancelada tras finalizar su tercera temoraa, sus dos creadores Chris Romano y Eric Falconer tuvieron la idea de proponer una película posterior de cierre, para financiarla por suscripción popular. Sorprendieron a todo el mundo, cuando su enorme base de fans consiguió recaudar rápidamente los 1,5 millones de dolares que necesitaban para rodar la película, que se estrenó con el título de Blue Mountain State: The Rise of Thadland
Hoy no he intentado colarte gato por liebre y creo que tienes suficiente información para decidir si te puede interesar este tipo de serie o directamente te olvidas de ella y de este artículo, lo más rápidamente posible.
Al diversificar mucho nuestras recomendaciones en El Ágora no pretendemos que todas te tengan que agradar, pero en este caso si con el articulo hemos conseguido que se te encienda una lucecita con respecto a esta serie, ya hemos cumplido el objetivo deseado.
Para finalizar te dejo con su trailer oficial:
Blue Mountain State está disponible en Amazon Prime.