Hoy te voy a a proponer un viaje al pasado en nuestras recomendaciones diarias de series alegres en El Ágora, para recordar una de las mejores comedías británicas de la historia. Es una propuesta ideal para revisionar durante estos días de confinamiento o descubrirla si no la conoces, porque La Víbora negra es un clásico entre los clásicos con un Rowan Atkinson brillantísimo dando vida al aristócrata Sir Edmund Blackadder a través de diferentes momentos de la historia, junto a su fiel lacayo Baldrick.
No te debes despistar si no te suena el nombre, porque a lo mejor la conoces como L’Escurçó Negre en catalán o Suge Beltza en euskera, siendo todas unas traducciones fidedignas del original británico Blackadder, una de mis comedias preferidas de siempre y que hoy tengo el placer de compartir contigo.
Blackadder desarrolla las desventuras de la saga del noble Edmund Blackadder y su ayudante Baldrick, en cuatro épocas históricas diferentes (una por temporada), donde son protagonistas involuntarios de algunos de los hechos acaecidos en esa cronología temporal. En cada serie los personajes de la saga son diferentes, pero son lejanos descendientes de la anterior y mantienen inmutable el sistema de castas a través de todas las generaciones.
Blackadder intenta siempre montar estratagemas para ganarse el favor de sus gobernantes pero normalmente las cosas no suelen salir como él espera, contando siempre con la inestimable torpeza y cortedad mental de su lacayo Baldrick.
Sus intentos por subir dentro de la escala social, a la vez que defender su posición de los arribistas como él, son el centro de todas sus intrigas y tejemanejes en los cuatro momentos históricos en los que se desarrollan las cuatro temporadas que se produjeron de la serie, que van desde el final de la Edad Media hasta la primera guerra mundial.
La lucha de clases británica subyace en todo momento en la serie, con un protagonista de la clase dominante pero siempre en un segundo plano a las puertas del poder de reyes, príncipes o generales, y su lacayo un pobre desgraciado que representa a la plebe de las clases bajas británicas.
La primera tanda sentó las bases de la serie y empezaron a destacar los diálogos que tenía Edmund (Rowan Atkinson, derecha) con Baldrick (el genial Tony Robinson, izquierda), donde lo trataba de todo con comparaciones absolutamente hilarantes del tipo «Baldrick, tienes la misma inteligencia que una mosca a la que le han trepanado el cerebro y le han succionado los jugos que le quedaban’ a lo que el lacayo asentía y decía que tenía razón.
En el centro tienen a Tim McInnerny que interpretaba a Lord Percy, un aristocrata inútil que era el mejor amigo del ladino Blackadder.
La segunda temporada, rodada tres años después, y ambientada durante el reinado de Isabel I en la segunda mitad del siglo XVI, representa un cambio en la personalidad de Edmund, que pasa de ser un petimetre y un alfeñique a un ser maquiavélico e inteligente, mientras que Baldrick que era el mas listo en la primera temporada recorre el camino inverso, volviéndose el ser mas tonto del planeta.
La tercera temporada da otro salto temporal y nos muestra a Blackadder como el mayordomo personal del Príncipe de Gales Jorge, a caballo entre lo siglos XVIII y XIX, paralelo a la Revolución francesa. En esta entrega vemos a un príncipe que es un verdadero carcamal y un imbécil de marca mayor, mientras que Blackadder está completamente arruinado y frustrado de tener que estar al servicio de semejante inútil.
En la foto superior, seguro que vas a reconocer a un joven Hugh Laurie (el memorable Doctor House), que fue un fijo en la serie, casi siempre interpretando al personaje con más poder pero más incompetente de esa época, sin olvidar a su habitual compinche Stephen Fry, al que reconocerás en diversas fotos del articulo.
La interpretación de Rowan Atkinson (antes de su mundialmente famoso Mr Bean) en las diferentes reencarnaciones de Sir Edmund Blackadder ha pasado a los anales de la historia como un personaje maquiavélico y ladino donde los haya, pero al que siempre todo le sale mal, una especie de ‘Pierre Nodoyuna’ histórico y sobre todo hilarante.
La última temporada da otro gran salto en el tiempo y se planta en las trincheras de la Primera Guerra Mundial en 1917, con el capitán Blackadder, intentando no morir en el frente y haciendo todo lo posible para que lo envíen a la retaguardia ante la incompetencia de sus jefes. Su ayudante Baldrick es el encargado de mostrarnos la miseria de la vida en las trincheras, comiéndose cualquier cosa que se mueve.
No soy muy amante de utilizar el adjetivo imprescindible para calificar a una serie, pero es el único para describir la brillantez y el humor de ‘La Víbora Negra’ que sigue funcionando a la perfección en nuestros días y te invito a recordarla en Filmin, donde está completa.
Para finalizar te dejo con el escueto trailer inicial de la segunda temporada de la serie.
La Víbora Negra esta disponible al completo en Filmin.