Una tradición que hemos adoptado cada miércoles en nuestras series para la cuarentena de El Ágora, es desayunar una salchicha con judías para acompañar nuestra reseña semanal, que en esta ocasión es para la fabulosa Little Britain.
Sus creadores, Matt Lucas y David Walliams, recogen lo mejor de la tradición cómica británica de sketches, que empezó con los Monty Python. La actualizan con hechos y personajes actuales, dando como resultado una de las mejores series cómicas, brillante y cáustica a la vez, en la que desmenuzan y pulverizan con un humor políticamente incorrecto los convencionalismos de las glorias imperiales británicas a través de una serie de personajes que representan lo peor de esa sociedad civil.
Su enorme éxito en la primera década de este siglo propició una serie de especiales donde primero enviaban a toda esa galería de personajes por toda Europa y posteriormente y a lo grande a los EEUU con una nueva serie Little Britain USA, donde los soltaban en la América profunda con los resultados que te puedes imaginar.
Little Britain es una comedia a base de sketches, donde una serie de personajes fijos, interpretados únicamente por dos actores, Matt Lucas (derecha) y David Walliams (izquierda) , representan lo peor de los defectos de la sociedad británica de forma totalmente irreverente y sin dejar títere con cabeza.
El enorme éxito de la serie se debe a la increíble galería de personajes que han creado Lucas y Walliams, entre los que podemos destacar a unos cuantos como Carol Beer, una agente de viajes indolente y sin ninguna pasión por el trabajo, que siempre acaba diciendo «El ordenador dice que no», a cualquier pregunta de los clientes, como si la cosa no fuera con ella, como puedes ver en el siguiente vídeo que resume su vagancia supina.
También tenemos a Marjorie Dawes, una oronda especialista en dietas de adelgazamiento, especializada en vejar públicamente a los obesos que intentan seguir su dieta, además de mostrar su solapado racismo en todo momento. En esa linea de brillantez tenemos a Andy Pipkin (foto) un falso minusválido que se aprovecha de todo el mundo, en especial de su pobre cuidador.
No hay que olvidarse del secretario gay del primer ministro, completamente celoso de cualquier reunión que su jefe tuviera con cualquier hombre y, sobre todo los que en mi opinión son los dos mejores personajes de la serie.
En primer lugar Daffyd, un homosexual en un pueblecito galés, que se autoflagela y victimiza diciendo que es el único gay del pueblo y no puede encontrar el amor, cuando el lugar está lleno de gente como él, pero evitando las relaciones se abstiene de tener problemas.
La mejor de todas es Vicky Pollard, una adolescente poligonera inglesa que habla atropelladamente y como un carretero, sin oficio ni beneficio, quedándose embarazada cada nueve meses, y un buen exponente de la generación perdida de las clases bajas inglesas, que vive a base de subvenciones y ayudas del estado.
Este abanico de personajes, que van desde las primeras instancias del país hasta los suburbios mas empobrecidos de los extrarradios urbanos, permiten una visión autoparódica y políticamente incorrecta de los modos y costumbres británicas, con especial énfasis en su superioridad ética y moral sobre el resto del mundo.
Un detalle importante en esta serie es verla en versión original subtitulada. Las voces son parte primordial de los sketches y con el doblaje, especialmente en este caso, pierde demasiados matices.
Escuchar la ampulosa voz de Tom Baker narrando a su bola no tiene precio, así como los atropellados parlamentos de Vicky Pollard jurando en arameo, difíciles de entender hasta para los propios ingleses. Con estos datos si que te recomiendo que prescindas del doblaje para ver mad, como puedes comprobar en su genial cabecera con ese narrador que suelta de todo y por libre en apenas treinta segundos.
Little Britain está disponible en DVD’s y Little Britain USA está disponible en HBO España.