En nuestras recomendaciones diarias de El Ágora para pasar la cuarentena de la mejor manera posible, intento diversificar los orígenes de las series, ya que al ser imposible que todas las series que propongo te puedan interesar, por lo menos que de vez en cuando, haya alguna que te parezca interesante. Por eso hoy te propongo un viaje al Reino Unido para conocer Miranda, una de las mejores comedias británicas de este siglo que consagró a su protagonista Miranda Hart como la cómica más brillante del panorama audiovisual británico.
Miranda Hart ha triunfado con su serie al tener el único objetivo de hacer reír a los espectadores con las peripecias de una chica desgarbada y socialmente tan inepta como algún imputado reciente al dejar las trazas de sus fechorías.
En tiempos donde el humor sofisticado o basado en el patetismo de sus protagonistas se ha impuesto como última moda, es refrescante ver cómo un producto de la vieja escuela consigue hacernos soltar carcajadas en diversas ocasiones en cada episodio, aunque sea explotando nuestros instintos más primarios, siendo una risoterapia televisiva altamente recomendable en estos tiempos tan duros de confinamiento.
Miranda es una treintañera que socialmente no consigue encajar en ningún lado, ni en su entorno familiar de clase media-alta ni mucho menos con los chicos, con los que no consigue ni tener una cita mas o menos decente. Al recibir una herencia de su tío, decide invertirla en una tienda de artículos de broma, con su vivienda en el piso superior y donde somos testigos de su indudable habilidad para meter la pata en todo tipo de situaciones.
La llegada de un amigo de la Universidad como chef en un restaurante cercano, por el que siempre había bebido los vientos, hace que Miranda vaya a intentarlo de una vez por todas, aunque el camino no le va a ser fácil.
Miranda empieza cada episodio, hablando directamente a la cámara y explicando a los espectadores con un “Previamente en mi vida”, las cosas que le han sucedido en los últimos tiempos como si fuera una conversación entre amigos, para acabar dando entrada a la cabecera de la serie.
Cada episodio tiene un tema central, que es la excusa para que Miranda vaya interaccionando con su entorno mas cercano, compuesto por su mejor amiga y a la vez empleada de la tienda Stevie (Sarah Hadland, segunda derecha), su impagable madre (Patricia Hodge, izquierda) cuyo único objetivo en la vida es encontrar un novio y casar a su hija y Gary (el macizorro Tom Ellis conocido posteriormente por Lucifer, segundo derecha) el apuesto chef del restaurante cercano y amor platónico de Miranda desde su juventud.
Miranda es una mujer inteligente, entrañable y de buen corazón, pero increíblemente patosa, además de tener un aspecto desgarbado y algo desaliñado. Se ve envuelta una y otra vez en situaciones derivadas de su falta de habilidad en las relaciones sociales y para poder seguir los convencionalismos de la sociedad británica lo que la hace caer en el ridículo una y otra vez, con resultados muy cómicos en la gran mayoría de las veces.
Sus intentos de llamar la atención y de conquistar a Gary son el eje de continuidad de la serie y sus avances son el único elemento que se traslada de un episodio a otro y hacen que nos encariñemos con un personaje entrañable que en el fondo solo busca lo que todos en la vida, alguien a quien amar, pero en su caso por caminos poco ortodoxos.
Las comedias clásicas británicas son la clara inspiración de Miranda y el ejemplo mas claro lo tenemos en el uso de latiguillos por parte de los personajes secundarios, basados en repetir la misma frase, multitud de veces sin importar el contexto, como en el caso del satírico “Such Fun» ( ¡Qué divertido!), que utiliza su madre continuamente.
El humor de Miranda es muy físico y gestual con elementos del humor tipo slapstick presentes en todo momento, sobre todo con caídas continuas de todos los personajes o quedarse en ropa interior, consecuencia casi siempre de la patosidad de Miranda Hart.
Su gran mérito es utilizar todos los elementos clásicos y modernizarlos para conseguir lo mas difícil, que es divertirnos con unas tramas y situaciones que nos hacen pasar de la risa a al carcajada de forma continua en los escasos treinta minutos que dura cada episodio.
El humor de la serie queda perfectamente explicado en el trailer de la serie donde las caídas y las bromas están a la orden del día
Miranda tiene sus dos primeras temporadas (son cuatro en total) disponibles en Movistar.